Con la apariencia de que se administraba justicia. Pero haciendo política
Epidemia de arrogancia en el Tribunal Supremo, Javier Pérez Royo, en EL DIARIO. Comenta Federico Aguilera Klink
Javier Pérez Royo, en EL DIARIO analiza las actuaciones del Tribunal Supremo, que califica de arrogante, reconociendo haber tomado prestado el conceto de Matt Ford. Aunque yo, Chema Tante, utilizaría los términos fanatismo y arbitrario. Sin embargo, Federico Aguilera Klink, que señala el artículo, encuentran otro matiz transcendental. La apariencia. Y pienso que es una reflexión muy certera, porque apunta a una de las características mas presentes y nocivas de la vida política en este estado. No solamente estamos en una plutiocracia, sino que la disfrazan, aparentando democracia y justicia.
Comenta Federico Aguilera Klink:
Me parece muy bueno... y lo que describe es similar a cuando los poderes económicos hablan del mercado pero, en realidad, son ellos los que tienen el poder real de tomar las decisiones sobre las reglas de juego, que dan privilegios a la banca... etc, .
Apariencia y más apariencia o mentiras y más mentiras para simular una neutralidad que nunca han tenido, tampoco, en materia económica. Todo es una farsa y si no... nos enfadamos...y decimos que la democracia no funciona...
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Cuando se pretende dar una respuesta al mismo no constitucional, sino penal, hay que empezar con los "malabarismos", magistralmente documentados por José Antonio Martín Pallín en 'El Gobierno de las togas'. Hay que disfrazar la respuesta política, inevitable una vez que se ha aceptado la subcontrata, como si de una respuesta exclusivamente jurídica se tratara. Hay que sostener contra viento y marea que no se está haciendo política, sino que se está simplemente aplicando derecho. Esto es lo que el TS viene haciendo de manera ininterrumpida.
https://www.eldiario.es/contracorriente/epidemia-arrogancia-tribunal-supremo_132_6484540.html
