Si esto no es democracia, ¿de qué nos quejamos?- por Erasmo Quintana

lacasademitia.opennemas.com 10 de noviembre de 2018 (05:42 h.)

Si esto no es democracia, ¿de qué nos quejamos?- por Erasmo Quintana *

Este país nuestro lleva en democracia justo el mismo tiempo que duró la dictadura de Franco. Por lo que vemos que sucede da la impresión que de democracia, más bien poco, pues en el fondo sociológico del pueblo se esconde todavía una ideología franquista de ochenta años de duración. La nación española es por ello sorprendente, se mire desde el ángulo que se quiera. El genocida fascista Francisco Franco usó durante cuatro décadas todos los resortes que tenía en sus manos para presentar aparentemente “amable” su férrea dictadura, cuando lo que hacía era salir bajo palio de las Iglesias y exterminar a garrote vil o un tiro en la nuca al oponente sin la más mínima compasión, y su resultado: el exilio voluntario de los que no querían morir de modo miserable, y los que eligieron el exilio interior temiendo también por sus vidas.

Tantos años de lavado de cerebro consiguieron el efecto deseado: hacer que vieran al dictador como alguien humano y benefactor, al que le perdonaron todo. Por esta razón aguzo mi entendimiento para comprenderlo, pues lo siguiente fue, una vez desaparecido el facineroso, hacer una Transición que no fue tal, resultó una Continuidad de la dictadura, solapada, en la que permitieron implantarse partidos de distintas ideologías, pero el sistema, ahora denominado Democracia, continuaba siendo franquista, de la mano de Alianza Popular, primero, y después del Partido Popular.

Ahora, en derechura, el paisaje nacional es indescriptiblemente antidemocrático, donde los poderes económicos son los que marcan el paso a los gobiernos que se han ido sucediendo. Lo hemos visto que incluso el más alto estamento de la Justicia, el Tribunal Supremo (por encima de él no hay nadie), está en manos del gran capital. Todo y todos se pliegan al gran poder económico. Los partidos, menos Podemos, todos son rehenes de los Bancos, a los que acuden solicitando préstamos para sus campañas electorales. La situación actual de emergencia del país es la principal causa de preocupación. España, que en distintas épocas llegó a ser referente mundial de la Cultura, también se ve afectada por las prácticas mafiosas generalizadas. Flaubert dijo que el Arte es una cuestión de ambiente. Y el colofón de Goethe: “Más que a los autores de las grandes obras hemos de admirar la época y la nación que los hizo posibles”.

Flaubert y Goethe

El problema es también que el PP, sin necesidad de que gobierne, tiene un gran predicamento en esta sociedad aletargada, gregaria y superconformista. Lo vemos en ese muchacho, Pablo Casado (PP), cuyo arrojo temerario va en consonancia con la edad; desde que lo conocí me divirtió mucho verlo encopetado, compuesto y remilgado, haciendo el papel de su mentor, José María Aznar. Con la sobreexcitación ricamente ornamentada, lo quiere imitar en todo.

Hablaba más arriba de marcar el paso, pues ahora VOX se lo viene marcando al PP y a Ciudadanos, y en días pasados, en Alsasua se juntaron “las tres derechas”. Extraña que tanto Casado como Rivera no vean el daño que se hacen a ellos mismos y a la democracia queriendo parecerse a ese partido de extremaderecha, tan salvaje, que no conoce límites y nada bueno presagia. La existencia de seres satánicos y su satanismo lo representan muy bien esos dictadorzuelos fascistas de nuevo cuño.

Instalados que estamos en el disparate, aparece de rondón un lunático ultraderechista, hijo de alcalde franquista, que quería acabar con la vida del presidente, Pedro Sánchez. Su casa es un arsenal con todo tipo de armas, entre las que hay armamento militar. Una vez que lo han “cogido”, viene a decir que todo fue fruto del alcohol, que lo comunicado a una amiga fue para demostrarle su “gran patriotismo” y oposición a la exhumación de su admirado Franco. A la derecha le ha faltado tiempo para quitarle hierro a este turbio asunto. Si el susodicho hubiera sido de izquierdas, ni les cuento.

Manuel Murillo y su arsenal

Lo siguiente que aparece es el escándalo destapado sobre el exchófer de Luis Bárcenas, que cobró hasta 48.000 euros de los Fondos Reservados, para Mariano Rajoy rescatar, mediante ese exchófer, papeles suyos comprometedores en el caso Gürtel, y para lo que se valió como intermediario, al momento de pagar, del ahora encarcelado Villarejo (el de las cloacas del Estado), modo eficacísimo para recuperar unos documentos que estaban en poder de Bárcenas. Soborno, chantaje y fondos reservados del Partido Popular. ¿Qué les parece, mis amigos?