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jueves, 28 de marzo de 2024 22:35h.

El estado fallido - por Santiago Pérez *

 

FRASE SANTIAGO PEREZ 5

El estado fallido - por Santiago Pérez *

Empiezo a leer por todos lados predicciones sobre las dificultades de todo tipo para aplicar el artículo 155: desde la resistencia política y de sectores ciudadanos, hasta el boicot de órganos y funcionarios de la Generalitat.

Esas dificultades eran y son perfectamente previsibles y se ven agravadas por la mínima presencia en Cataluña de la Administración del Estado.

FRASE SANTIAGO PEREZ 4

Esas previsiones lo que hacen es poner de manifiesto el riesgo de que el Estado de las Autonomías, es decir el Estado democrático fundado por la Constitución de 1978, se convierta ante los ojos de todos en un Estado fallido. 

Y también fallida nuestra democracia constitucional: que no se rige por el mero gobierno  de las mayorías, ni en el ámbito estatal ni en las comunidades autónomas o en las entidades locales. Sino por el principio del gobierno de la mayoría limitado por los derechos y principios establecidos por la Constitución, que tienen en el Tribunal Constitucional y en el Poder Judicial sus garantías principales.

De modo que hay temas que no pueden imponer las mayorías, ni en las Cortes Generales ni en los Parlamentos autonómicos o en los Plenos de las corporaciones locales. Forma eso que se llama la esfera de lo no decidible. Pero en un país de tradiciones autoritarias, es difícil que esto lo entiendan muchos políticos y muchos ciudadanos.  

Y aquí reside la diferencia entre una democracia autoritaria, que funciona como dictadura de las mayorías, y una democracia constitucional. Como la que define y a la que aspira la Constitución de 1978 y el pueblo español que la votó masivamente.

Un sistema federal -y el Estado de las Autonomías lo es- no deja de ser un Estado. Y, por lo tanto, fuerza; aunque, en el Estado constitucional y democrático, fuerza legítima.

Los Estados Unidos, cuya naturaleza de Estado Federal nadie cuestiona, han tenido que afrontar varios momentos extraordinariamente críticos en sus más de 200 años de historia. No me estoy refiriendo a la  trágica Guerra de la Secesión (1860-1865). Sino, por ejemplo, a la rebeldía de varios Estados sureños a aplicar la Sentencia del Tribunal Supremo Norteamericano en la caso Brown vs Board of Education (1954) que declaraba contraria a la Enmienda 14ª de la Constitución la legislación que establecía la  segregación racial en las escuelas. El presidente Lyndon B. Johnson recurrió  a las Fuerzas Armadas  para imponer el cumplimiento de la Sentencia.

Me preocupa todo esto; porque la experiencia enseña que, cuando la democracia falla en España, lo que viene detrás no es más democracia; sino menos democracia. O algo peor todavía.

Santiago Pérez, octubre 2017

* En La casa de mi tía por gentileza de Santiago Pérez

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