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jueves, 28 de marzo de 2024 08:39h.

Fuegos que arden y fuegos cruzados - por Ana Beltrán

Este año las vacaciones no han dado  de sí todo lo que tenían que dar; demasiadas preocupaciones  han venido  a  dar  con ellas al traste. Agosto no ha conseguido transmitir esa tranquilidad cargada de pereza que tanto se necesita para volver a retomar el ritmo cotidiano en septiembre; este  noveno mes que nos ha llegado bien repleto de nuevos precios...  

      

Fuegos que arden y fuegos cruzados - por Ana Beltrán
                   

Este año las vacaciones no han dado  de sí todo lo que tenían que dar; demasiadas preocupaciones  han venido  a  dar  con ellas al traste. Agosto no ha conseguido transmitir esa tranquilidad cargada de pereza que tanto se necesita para volver a retomar el ritmo cotidiano en septiembre; este  noveno mes que nos ha llegado bien repleto de nuevos precios. Unos precios desorbitadamente altos, opuestos al estado de ánimo de los ciudadanos, cada vez más bajo. Y todo por mor de estos políticos que parece que nos hayan tocado en una rifa de una tómbola cualquiera, una de tantas de las que deambulan  de fiesta en fiesta  a  lo largo y ancho del verano.   

Nos preocupa, y nos seguirá preocupando,  el fuego que arrasa  los montes y el cruzado entre políticos ineptos (no sé hasta qué punto ignoran que lo son), con su desmedido afán de protagonismo como prioridad. No tuvimos sino que verlos posando delante del fuego con cara de circunstancias, a ver quién se arrimaba más a las llamas. Mejor chamuscarse que perder un solo voto. Es verdad que las elecciones aún están lejos, pero no hay que perder la ocasión de salir en la foto. Tanto el señor Soria como el señor Rivero, entre otros, se acercaron a La Gomera a dejar constancia de su  presencia inútil, una ineficacia que se niegan a reconocer. Lo que realmente les  importa, por si se nos olvida, es que las hemerotecas recuerden que estuvieron allí, alicaídos  ante el fuego.             

Y hablando de  recuerdos… En el pasado cercano existió un tal Mario Conde tan brillante como su engominado pelo, envidia de nativos y  foráneos. Todos querían ser Mario Conde, todos los padres rezaban al santo de los imposibles para que sus hijos llegaran a ser como él.  Como él de inteligentes, como él  de guapos… El señor Conde ya no es tan guapo, la belleza suele ser pasajera, en cambio sigue igual de listo.  ¿O tal vez no lo es tanto, al creer que nosotros somos tontos de remate? Aunque por desgracia en este país hay algunos encantados de darle el voto, si tuviésemos la desgracia de que se presentara a los próximos comicios, que por ahí deben andar sus pretensiones. Que los dioses nos protejan de semejante charlatán.

Como también deben proteger a doña Cecilia de tanta gente sin piedad, que la ha vilipendiado en grado superlativo. Esta señora, que se metió  a restauradora  con  generosa  entrega,  erró en su cálculo de saber hacer,  lo mismo que tantos otros en cosas mucho más importantes que la restauración de un mural de dudoso valor artístico. Por ejemplo el ministro Wert, que  no ha emborronado un Ecce Homo,  ha hecho algo mucho más grave: mermar la educación de nuestros hijos y nietos, una educación ya de por sí precaria, a sabiendas de que los países, su grandeza, se mide  precisamente por el grado de formación de su gente. Y qué decir de la ministra Ana Mato (para Javier Marías, una pava), que ha cometido un verdadero crimen con la Sanidad Pública. Lo que han hecho estos ministros no tiene nombre, eso sí que es un gran borrón. Después de esto es fácil adivinar cómo será la cuenta nueva.

Y ya que hablamos de ministros hablemos del señor Soria, al que un periodista califica de vaina por aconsejar a los españoles pasar las vacaciones en territorio patrio porque en el extranjero hay mosquitos. Buena la íbamos a tener los canarios si  a los ministros de Turismo de los países europeos se les ocurriera una ʽgraciaʼ de ese calibre. En fin, que las  ocurrencias (por no decir tonterías) de algunos  paisanos  hacen que  uno se sonroje.

Un  paisano, y con  mayúsculas, es Manolo Millares; y digo es porque todos sabemos que los artistas nunca desaparecen, no mientras su obra perdure. Ahora, al cumplirse el cuarenta  aniversario  de la muerte del ʽforjador de arpillerasʼ, su viuda hace una reflexión sobre la intensa e interesante vida de este artista universal.  Gracias por venir a recordarlo.                 

Universal  es también la cantante que nos dejó  en agosto, la gran Chavela Vargas, la mujer de la voz rota, que tantos y tan buenos momentos nos ha hecho pasar con su inolvidable Macorina, La llorona  y tantas otras igualmente hermosas, que su voz engrandeció. Chavela, longeva y vivida, a pesar de las adversidades… Chavela, artista y chamana, nos apena tu adiós.