Gaspar Cabrera Viera, Una víctima más en manos de los fascistas, en Gran Canaria (I) - por Micaela Sagaseta Paradas *
 

Algún tiempo antes de morir, ya mayor, Gaspar me entregó unos folios escritos a máquina para que los leyera, "cuando pasen unos años". 

Gaspar Cabrera, fue el amigo-padre, de mi padre. Mi padre queda huérfano a los 14 años y Gaspar se convierte desde entonces, en su protector, compañero de trabajo y amigo, hasta el fin de los días de mi progenitor, que le antecedió en la muerte. 

Fueron inseparables. Gaspar a mi me quería, como la hija que no tuvo, eso me decía, porque fueron tres sus hijos, Gaspar, Tomás y Gonzalo. Era Gaspar un ser de una intensa personalidad. Un masón de una sola palabra. Un hombre recto y justo. Siempre estuvieron él y su mujer, Isabel Roca, muy cerca, imbricados diría yo, en nuestra familia. Yo le recuerdo a él, desde muy niña, aún sentada en sus rodillas y contándome cuentos de la guerra, del mundo de la navegación y de la vida.

Ahora tengo entre mis manos estos sus folios, que malamente se pueden leer, pero donde deja testimonio de algunas de las bestialidades que hicieron los fascistas aquí en Gran Canaria, siendo él protagonista de los hechos que narra y es mi deber, en su honor y legítimo recuerdo, en primer término, y consecuentemente por la Memoria Histórica de nuestra tierra, que todo esto se sepa. 

Serán varias entregas, porque hay cosas que contar. Por eso identifico este documento, como entrega primera.

Todo lo entrecomillado son palabras textuales de Gaspar Cabrera Viera.

GOLPE MILITAR 

"Franco llegó a Gran Canaria, a bordo del barco interinsular "Viera y Clavijo", al Puerto de la Luz, el 17 de julio de 1936. Presidió oficialmente el entierro del General Balmes" (del que se sospecha por averiguaciones recientes del historiador Angel Viñas, que fue muy posiblemente asesinado por órdenes directas del Dictador, al no estar conforme el General Balmes con el proyecto de Golpe Militar que se le plantea, por ser fiel a la República). 

"Terminado el entierro, se reunió con sus colaboradores para ultimar detalles del alzamiento y el control de Canarias. Se alojó en el Hotel Madrid, (que existe en la actualidad) contando con escolta especial, dentro y fuera del establecimiento". 

..."A las 16,20 horas de este 17 de julio los amotinados de Melilla, se apoderaron del mando civil y militar, deteniendo y asesinando al General Romerales. Una vez la plaza en su poder, el nuevo Comandante General, Coronel Solana, establece comunicación con el teniente coronel Yague, que se encontraba en Ceuta y que también se había apoderado de la ciudad al tiempo que movilizaba Tetuan y el resto de las guarniciones y plazas africanas."

General Romerales, asesinado por los franquistas alzados contra la República

... "Debidamente informado Franco de los acontecimientos del norte de Africa, se trasladó al Gobierno Militar de Las Palmas para entregar el mando al General Orgaz". 

..."Franco escribía de su puño y letra, el primer Bando, declarando el Estado de Guerra". 

"Una vez tomado el mando por los militares, se "invitó" a todos los que estaban dispuestos a coadyuvar, a acudir al Gobierno Militar, para entregarles un fusil- si no inspiraban sospechas- y enseñarles rapidamente su manejo, pues la mayoría eran jóvenes que no habían hecho el servicio militar correspondiente". 

"Aquel día 18 de julio, fue para estos jóvenes un festival de tiros al aire o contra los riscos en las calles que, como Buenos Aires, Domingo j. Navarro o Perdomo, tenían acceso a la parte alta de la ciudad, que por ser residencia de obreros, suponían que estarían en contra de la insurrección, lo mismo ocurría en el Puerto,especialmente en la Isleta."

Afortunadamente solo hubo alguna víctima por lo inexperto del manejo del fusil de aquella tropa improvisada. Al día siguiente, en vista de que no había resistencia, se les retiran los fusiles."

"LAS DETENCIONES EMPEZARON SEGUIDAMENTE.

Cada cual se consideraba con autoridad para detener a aquellas personas que habían mostrado alguna vez, en un mitin o en una manifestación, simpatía por la República. En el Gobierno Civil, entonces en la calle de Triana, frente a la desembocadura de la calle Domingo J. Navarro, se habían concentrado a petición del Gobernador Civil, el Alcalde de Las Palmas,D. Luis Fajardo, todos o casi todos los Concejales; el Presidente del Cabildo, D. Francisco García García, así como los Consejeros , además de algunos funcionarios que querían cooperar en la posible defensa del orden. También se concentró la Guardia Civil y Guardia de Asalto, con sus jefes respectivos, a excepción de algunos oficiales de la Guardia Civil, que prefirieron presentarse en el gobierno militar, para adherirse a los facciosos.

Se opinaba en el Gobierno Civil, que estando rodeados de tropas con ametralladoras, y amenazados por un cañón instalado al final de Domingo J. Navarro, que apuntaba directamente al edificio, era inútil entablar una lucha que sólo iba a producir un lamentable derramamiento de sangre. Además consideraban que este asunto se resolvería en la Península, donde según la radio de Madrid, el levantamiento había fracasado en la mayoría de las poblaciones importantes de España, por lo que fué aceptada la propuesta del General Orgáz, en el sentido de que si se rendían sin oponer resistencia alguna dentro del plazo que había señalado, todos podrían irse libremente a sus domicilios, puesto que no serían considerados culpables de un delito de sublevación militar. 

Resuelto este problema, este posible foco de resistencia....se permitió la salida de todos los concentrados y se les conminó a que permanecieran en sus domicilios. 

La Junta militar que desde Burgos o Salamanca dirigía la sublevación, no aceptó el pacto del General Orgáz, por lo que ordenó el procesamiento y encarcelamiento de cuantas personas estuvieran en la noche del 17 al 18 de julio en el Gobierno Civil, incluyendo además del Gobernador, a los jefes de la Guardia Civil, al Teniente Coronel Sr. Baraibar, un Comandante, Sr. García Silva y un Capitán, así como al Teniente de los Guardias de Asalto por no haberse adherido desde el primer momento a los militares insurgentes. Cuando pasados varios meses fueron juzgados, se condenó a la pena de muerte al Gobernador Civil y al Teniente Coronel de la Guardia Civil, y a penas de 30, 20 o 15 años, al resto de los procesados. Finalmente, después de muchas y activas gestiones, en las que creo intervino de manera muy eficáz el Obispo Pildain, fueron indultados los dos condenados a la máxima pena. No tuvo la misma suerte el Gobernador Civil de Tenerife, que si fue fusilado en aquella isla".

Manuel Vázquez Moro, gobernador civil de Santa Cruz, asesinado por los franquistas alzados contra la República

Continuará...

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Micaela Sagaseta Paradas