Guía, efeméride fundacional y reconversión de la Plaza Mayor - por Erasmo Quintana *

En el presente año Guía de Gran Canaria cumple el 495 aniversario de su fundación como municipio, al desgajarse o segregarse de Gáldar, al que pertenecía como barrio. Así, la disposición del gobernador Martín Fernández Cerón se consideró un “notorio y manifiesto agravio” por Gáldar.  Esto ocurría en 1526 y el primer alcalde de vara y justicia fue Fernando Alonso de la Guardia.

Para celebrar tan importante efeméride, la culta corporación actual tiene patas arriba la Plaza Mayor, destruyendo su imagen histórica, que correspondía a esas plazas con sabor colonial. Años ha, habían destruido un templete de la música, que era su símbolo. ¿Nos podemos imaginar que la Plaza de Santa Ana, modelo para el Nuevo Mundo de plazas Institucionales, la destrozaran despejando el paisaje? 

La Plaza Grande de Guía arranca las obras para su modernización

Hace veinte años, coincidiendo con mi concejalía de Cultura y Patrimonio, celebramos el 475 aniversario con una semana de conferencias de prestigiosos historiadores que comandaba el irrepetible exrector de la ULL, Antonio de Bethencourt Massieu. Dichas conferencias fueron objeto de  publicación, y, asimismo, el cronista Pedro González Sosa, confeccionó una Historia de los Ayuntamientos de Guía, la cual me cupo el honor de prologar:

Antonio Bethencourt Massieu - Pedro González Sosa

“Amable y estimado lector, tienes en tus manos una pieza singular, elaborada con el rigor y la profesionalidad de un canario nacido en Guía, periodista, Cronista e Hijo Predilecto, Pedro González Sosa, cuyo indeclinable amor por la ciudad de Luján le transpira por los poros de su piel. Ello es fácilmente constatable por el menos avisado nada más adentrarnos en su prosa ajustada y sumamente descriptiva.

Gregorio Marañón, brillante científico español y fecundo prologuista cuando sus estudios sobre el Trigémino se lo permitían, dejó dicho que el prólogo de un libro es como esas pequeñas alfombras o felpudos que se suelen poner a la entrada de las viviendas, en los que el visitante de manera mecánica, espontánea e inconsciente quiere desprenderse del polvo de la calle, dispuesto su ánimo a conocer, ya limpios sus pies, cada rincón íntimo, desconocido y misterioso del hogar. Ese ánimo expectante y prometedor es el que te acompaña amigo lector en estos momentos, conozcas o no el fondo de la trama, que no es otro que los entresijos históricos del emblemático y bello casco histórico de la ciudad Guía de Gran Canaria.

Como se verá rápidamente, este hermoso libro al que te asomas consta de   dos partes bien delimitadas y diferenciadas; la primera, aquella y quizá la más importante por lo novedoso de la materia de que trata, referida a la vida errante de las Casas Consistoriales y la historia de cada uno de los solares donde tuvieron su asentamiento, llamándonos poderosamente la atención el triste y penoso ir de un lado para otro sin conseguir un lugar adecuado y definitivo, hecho que por fin ocurrió hace tan solo unas décadas. Las razones parecían siempre las mismas: no reunir las condiciones de comodidad para empleados y público, negativa del arrendador a renovar el contrato y búsqueda de la idoneidad de su ubicación lo más cerca posible de la Iglesia y plaza grande. Con nuestra visión de ahora nos cuesta comprender cómo no hubo razones para plantearse seriamente en aquellas calendas la necesidad de comprar o edificar de nueva planta el edificio del Ayuntamiento de un municipio tan rico económicamente como influyente en lo político. Tanto trasiego, ir de  un lado para otro los despachos con su mobiliario, fue lo que hizo posible que hayan desaparecido los difícilmente reemplazables libros de Actas pertenecientes a los años de 1812-1840 y 1851-1854, inclusives, lamentablemente perdidos por siempre para la historia de esta ciudad.

La segunda parte del libro que estás ojeando, viene preñada de reminiscencias histórico-poéticas de algunas casas solariegas, las cuales hacen un todo bello, armonioso y sugerente casco histórico, orgullo de los guienses. Aquí se van desgranando citas y anécdotas desconocidas hasta ahora de la casa de la calle de Enmedio, hoy de Pérez Galdós, donde venía por temporadas nuestro imaginero José Luján Pérez, y donde quiso morir. La casona de los Díaz Bilbao, donde nació el padre de la canción canaria, Néstor Álamo, ahora su museo. La casa natal del Canónigo Gordillo, al fin declarada, con la modesta participación nuestra, monumento de interés histórico artístico por el Gobierno de Canarias, pero cayéndose en la más completa e insidiosa ruina. Las casas de los Acedo, los Quintana, los “Valdeses” y los Sánchez-Ochando.

Las noticias históricas de la Villa Melpómene, relacionada con el universal músico galo, Camile Saint-Saëns y su vinculación con Guía; la aclaración del cronista sobre el nombre de la casona, debido a la heroína de la Tragedia griega, añadiendo por nuestra parte que también coincide con el título del canto VIII del poema épico “Hermann y Dorotea”, del gran poeta alemán Goethe.

Por último, se da cuenta pormenorizada de documentos del nacimiento de Guía (1526), el cual por la importancia que fue adquiriendo, se segregaba de otro también importante, Agáldar. De este hito arranca la historia de Guía de Gran Canaria, fundada en los repartimientos por el señor de la Conquista, Sancho de Vargas.

Ciudad que no se ha detenido hasta hoy por el tesón indesmayable de sus hijos; llena de altibajos unas veces y sobresaltos otras; de incuria y escasa imaginación que la tuvo frenada en su desarrollo, pero al fin, siempre y en toda circunstancia, con el trabajo y el valor de los guienses, prosperando, los cuales se han ganado merecida fama de imaginativos creadores de artesanía y enriquecedora referencia de los valores etnográficos de nuestra querida tierra.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana