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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Historia de un represaliado del franquismo – (V) La Caída de Sardina - por Ramón Armando León Rodríguez

Un domingo, el 15 de septiembre de 1968 para ser exacto, acudí en unión de otros camaradas a la Cala de Martorell, barrio de Sardina del Norte en el municipio de Gáldar (Gran Canaria). Nos desplazamos en «guagua», en la «guagua» (autobús) había un jolgorio de mucho cuidado, íbamos cantando, tocando guitarras, todo era una fiesta, nadie auguraba lo que más tarde iba a suceder.

Historia de un represaliado del franquismo – (V) La Caída de Sardina - por Ramón Armando León Rodríguez *

Un domingo, el 15 de septiembre de 1968 para ser exacto, acudí en unión de otros camaradas a la Cala de Martorell, barrio de Sardina del Norte en el municipio de Gáldar (Gran Canaria). Nos desplazamos en «guagua», en la «guagua» (autobús) había un jolgorio de mucho cuidado, íbamos cantando, tocando guitarras, todo era una fiesta, nadie auguraba lo que más tarde iba a suceder.

 

Llegamos a la playa bastante temprano, sobre las nueve de la mañana. Nuestro objetivo era reunirnos con unos trabajadores a los que una empresa no les habían pagado sus salarios durante meses; para ello habíamos convocado una asamblea con la intención de asesorarlos y planear las estrategias para el día siguiente.

Cala de Martorell

Mientras se preparaba la comida, paella, papas arrugadas, chuletas, unos nos bañábamos, otros jugaban a la pelota y algunos tocaban la guitarra y cantaban. Todos estábamos divirtiéndonos, parecíamos una gran familia pasando un día de playa. Pero, cerca del mediodía, aparecieron dos señores bien trajeados preguntando por un abogado y otro compañero, pero no se les dio ninguna información y se marcharon.

Un poco más tarde, supimos que eran policías porque un compañero los había reconocido. No tardaron mucho tiempo en volver, pero esta segunda vez, no venían solos, les acompañaba un pequeño grupo de guardias civiles y volvieron a preguntar lo mismo, pero tampoco obtuvieron información. Mientras tanto, varios guardias civiles ocupaban estratégicamente las laderas. Esto nos hizo reaccionar, nos agrupamos y emprendimos la marcha hacia la salida de la cala.

Pero la guardia civil tenía todo bajo control, habían acordonado las guaguas y los coches. Nos quedamos momentáneamente paralizados; en ese momento, la guardia civil hace unos disparos al aire y nos obligan a dirigirnos hacia la playa de Sardina del Norte, allí nos arrinconan contra el muro de la playa. Volvieron a preguntar por dos personas determinadas y se les contestó que todos nos llamábamos igual, ellos insistían y nosotros «erre que erre», no querían detenernos a todos, pero nosotros, dada la euforia del momento, no valoramos suficientemente el riesgo que estábamos corriendo y ocurrió lo que ya era inevitable: apareció un mando de la guardia civil con mucha mala leche y empezó a disparar causando dos heridos, (un obrero portuario y otro de la construcción).

El pánico se apoderó de todos nosotros, hombres, mujeres y niños, gritábamos con el miedo metido en el cuerpo, pero a partir de ese momento la guardia civil se hizo con la situación, nos trasladaron a un rincón de la playa, a la espera de nuevas órdenes.

Habían transcurrido aproximadamente un par de horas cuando apareció una «Guagua» para trasladarnos a la comisría en el Gobierno Civil.. Una vez allí fuimos seleccionados y enviados al cuartel de la guardia civil donde fuimos interrogados, mi interrogatorio comenzó después de haber estado aislado en una habitación desvencijada. El interrogatorio no fue excesivamente duro, me trasladaron a una oficina bastante deteriorada en la que me estaban esperando tres guardias civiles, me sentaron en una silla para comenzar a interrogarme, me hicieron una serie de preguntas relacionadas con el Partido Comunista, a las que contesté con evasivas, me dieron un golpe en el labio con la culata de una pistola, que puso fin al interrogatorio.

 

Capítulos anteriores:

Historia de un represaliado del franquismo – (I) Mi primera detención

Historia de un represaliado del franquismo – (II) Barranco Seco

Historia de un represaliado del franquismo – (III) Juicio y apelación

Historia de un represaliado del franquismo – (IV) Actividad política

* En La casa de mi tía por gentileza de Ramón Armando León Rodríguez