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jueves, 18 de abril de 2024 07:56h.

Historia de un represaliado del franquismo – (XX) La deserción de Juan Luis Betancor - por Ramón Armando León Rodríguez

ramón armandoMientras todo esto sucedía, me encontré con el camarada Juan Luis Betancor Ojeda. Juntos habíamos peleado contra el franquismo y ahora estábamos en las mismas circunstancias, en el ejército. Me dijo que no resistía tanta represión y persecución y me propuso desertar, pero le dije; eso conduce a una perpetua huida y a estar escondido mientras dure la dictadura. Él hizo caso omiso a mi advertencia y se fugó del cuartel. Largo tiempo después le volví a ver, yo había cumplido el servicio militar y él seguía en busca y captura. Había huido a Alemania, volvió para ver a su familia y desapareció.

Historia de un represaliado del franquismo – (XX) La deserción de Juan Luis Betancor - por Ramón Armando León Rodríguez

 

Mientras todo esto sucedía, me encontré con el camarada Juan Luis Betancor Ojeda. Juntos habíamos peleado contra el franquismo y ahora estábamos en las mismas circunstancias, en el ejército. Me dijo que no resistía tanta represión y persecución y me propuso desertar, pero le dije; eso conduce a una perpetua huida y a estar escondido mientras dure la dictadura. Él hizo caso omiso a mi advertencia y se fugó del cuartel. Largo tiempo después le volví a ver, yo había cumplido el servicio militar y él seguía en busca y captura. Había huido a Alemania, volvió para ver a su familia y desapareció.

juan luis betancor

Pasaron muchos años sin saber de él, hasta que un día recibo una llamada de teléfono de su hermana, me explicó que su hermano se encontraba muy enfermo en un hospital de Alicante y que tenía la necesidad de hablar conmigo, me dio un número de móvil y cortó.

Llame inmediatamente al teléfono que me había proporcionado. Al otro lado de la línea escuché la voz entrecortada de una mujer ¿Quién es? Me preguntó; hablaba tan bajito que a duras penas pude escucharla, me han dado este número para hablar con un amigo que ha estado buscándome, le contesté; soy su compañera enseguida le pasó, me respondió; oí la tenue voz de mi camarada a través del auricular y sentí escalofríos, su voz no era la que yo recordaba, había perdido el tono fuerte que era característico en él, su lejana voz me impresionó. Se me hizo un nudo en la garganta y no podía articular una palabra, me tomé miguel hernándezun respiro y le pregunté ¿Cómo estás? Me estoy muriendo, tengo un tumor en el cerebro, me dijo entre sollozos, y quería despedirme de ti, sus gemidos me llegaron al alma y me vino a la memoria el poema de Miguel Hernández: (Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas órganos mi dolor sin instrumento las desalentadas amapolas Daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.) Me sentí preso del dolor, sentía que desaparecía parte de mi propia historia, no sabía qué decir, no encontraba las palabras adecuadas, para consolarlo, se me saltaron las lágrimas añorando nuestras aventuras políticas. Fue uno de los días más tristes de mi vida. Al día siguiente falleció prácticamente olvidado...continuará...

el confitalCreo que a mi camarada, Juan Luis Betancor Ojeda, en su agonía, le vino a la memoria, entre otras cosas, la parte positiva que vivimos juntos en nuestra lucha política. Pudo sucederle lo que me sucedió a mí en una ocasión; estaba en compañía de un amigo tomando un baño en la playa de El Confital, cuando de repente, y sin que me diera cuenta, una ola me arrastró mar adentro y me hundió en la profundidad, sentí como me ahogaba y que mi vida se acababa, algo se puso en marcha en mi cerebro, porque en segundos visualice una película de toda mi vida, todos los sucesos malos y buenos de mi existencia aparecieron en imágenes a gran velocidad. No se sabe a ciencia cierta porqué ocurre esto, hay opiniones encontradas al respecto. Muchísimas personas no creen en la posibilidad de que esto suceda, pero sucede, quien lo haya experimentado lo sabe.

Capítulos anteriores:

Historia de un represaliado del franquismo – (I) Mi primera detención

Historia de un represaliado del franquismo – (II) Barranco Seco

Historia de un represaliado del franquismo – (III) Juicio y apelación

Historia de un represaliado del franquismo – (IV) Actividad política

Historia de un represaliado del franquismo – (V) La Caída de Sardina

Historia de un represaliado del franquismo – (VI) Consejo de Guerra sumarísimo

* En La casa de mi tía por gentileza de Ramón Armando León Rodríguez