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jueves, 25 de abril de 2024 22:08h.

El imposible pacto progresista - por Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIARLa cosa parece que está diáfanamente clara: si el PP obtiene 176 diputados, gobernará. Si no, gobernará también. Porque las fuerzas conservadoras del PSOE –acérrimas enemigas de Unidos Podemos (no hay más que analizar las atronadoras palabras del señor Rodríguez Ibarra, expresidente de Extremadura) impondrán la abstención ante el posible pacto PP – Ciudadanos, numéricamente insuficiente para obtener la mayoría absoluta en el Parlamento.

El imposible pacto progresista - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

   La cosa parece que está diáfanamente clara: si el PP obtiene 176 diputados, gobernará. Si no, gobernará también. Porque las fuerzas conservadoras del PSOE –acérrimas RODRÍGUEZ IBARRAenemigas de Unidos Podemos (no hay más que analizar las atronadoras palabras del señor Rodríguez Ibarra, expresidente de Extremadura) impondrán la abstención ante el posible pacto PP – Ciudadanos, numéricamente insuficiente para obtener la mayoría absoluta en el Parlamento. Sin embargo, quizás casi seguro Gobierno con el silencioso visto bueno de los psocialistas. El refranero español, en aquello de la sabiduría, vuelve a acertar: “El que calla, otorga”.

PSOE MARCHITO   O lo que es lo mismo: el centenario partido que luchó desde sus orígenes por la libertad de los pueblos y la justicia social permitirá que la derecha conservadora mantenga el poder político en sus manos. La misma derecha que ha promulgado injustas leyes contra la masa trabajadora, hoy absoluta propiedad de unilaterales contrataciones. Porque el empresariado lo único que hace es llevar a la práctica los dictados del BOE en lo que a empleos, nóminas, flexibilidades máximas, reducciones salariales y ajustes se refiere. No delinque, en absoluto, en cuanto que todo es legal. Llega hasta donde se le permite: es el Gobierno, desde su poder, quien redacta las leyes.

PP CIUDADANOS   Quizás callará su voz el PSOE ante el impecable pacto PP – Ciudadanos.  Pacto normal en cuanto que aglutina idénticas estructuras mentales del más arraigado liberalismo. Doctrina esta, por otra parte, que con todo su derecho propone y defiende las limitaciones a la intervención del Estado (poder público) incluso en lo cultural aunque, fundamentalmente, la absoluta autonomía para la iniciativa privada. Liberalismo que, hoy por hoy, se impone con acelerada rapidez y, muchas veces, sustituye al propio Estado o Gobierno autonómico en actuaciones hasta ayer reservadas a organismos oficiales como, por ejemplo, básicos servicios.

   Esa es la realidad. Tampoco es nueva (tiene siglos de historia). Pero en estos últimos treinta años su acceso al poder político ha sido un triunfo indiscutible, imparable. Entre la mentalidad de los años ochenta (arraigada en principios de justicia social, defensa del trabajador y consideración humana de los asalariados) a hoy se ha producido tal pacífica revolución en las estructuras de nuestra sociedad que nada es, en lo más mínimo, igual o parecido a tres decenios atrás.

   Y lo curioso ha sido la propia evolución de los psocialistas. No podemos olvidar el extraordinario mérito de aquel PSOE (conciencia social arraigada) que transformó el andamiaje de una España dominada por intereses empresariales frente al más absoluto abandono de la clase trabajadora. Para muestra, un botón: entre los años 1970 y 1972 (etapa de la revista regional canaria Sansofé, perseguida, multada y condenada por la dictadura) empresas como AICASA (Transportes Interurbanos de Gran Canaria), Jardineras Guaguas (de Las Palmas) y TITSA (Transportes Insulares de Tenerife) fueron auténticos emporios del más rudimentario, explotador y deshumanizado capitalismo frente a la justicia social. Conductores, cobradores, mecánicos… estaban obligados a trabajos de catorce, quince horas diarias para recibir a cambio pagas de miseria, negreras insolencias y burlas mientras los dueños de las empresas ingresaban correntías de beneficios a costa de la esclavizada mano de obra.

   Pero, qué cosas, los explotados no estaban solos. Cuando obreros de TITSA se encerraron en la iglesia de La Concepción (Santa Cruz de Tenerife), el obispo nivariense fue a visitarlos. Aunque no para rogarles que abandonaran la estancia religiosa: les dijo que aquella era la casa de Dios, pero también de ellos, suya. Por tanto, allí podían permanecer el tiempo que necesitaran. Y al siguiente domingo, desde los púlpitos de todas las iglesias, se leyó una pastoral del mismo obispo: reclamaba justicia social y la atención para quienes padecían acosos y explotaciones. Iglesia católica comprometida la del Vaticano II, de ayer mismo.

   Pues bien: la revista Sansofé denunció la situación real de aquellos obreros. Además se comprometió con aparceros de los tomates, campesinos del interior, trabajadores de los muelles… Por tal posicionamiento y malévolas ideas (democratización de las instituciones; Régimen Económico y Fiscal; defensa de la igualdad hombre – mujer…) fue perseguida y expedientada (multas de hasta 50 000 pesetas cuando un maestro en Canarias cobraba 4500 pesetas mensuales) y, al fin, eliminada de la circulación aunque tres años después el Tribunal Supremo reconoció la ilegalidad del Gobierno franquista.

 

ULPGC.Biblioteca digital. 2004

Una de las viñetas de Faustino García Márquez, PASTINO, publicadas en SANSOFÉ

   De ella formaban parte muy activas personas relacionadas con el PSOE aunque ninguna –obviamente- sabía de compromisos políticos ajenos (Alfredo Herrera Piqué fue senador socialista; Santiago Gutiérrez Montesdeoca, fundador de Sansofé, ingresó en el PSOE, 1975). Otros (Ángel Tristán Pimienta, candidato al Senado en 1979) se incorporaron al Partido poco después. Jerónimo Saavedra Acevedo (dos veces ministro del PSOE…) era presidente del Consejo de Administración cuando en mayo de 1972 el ministerio de Información y Turismo cierra la empresa GRAFICÁN S.A., editora de la revista… (De José Alemán Henríquez –Pepe Alemán-, José Carlos Mauricio, Faustino García Márquez, Antonio González Viéitez y varias decenas más hablaré en un trabajo).

sansofé

   Pero hay más: en enero de 1972 un grupo de intelectuales (abogados, profesores…) compra la empresa editora. Varios de los nuevos accionistas (de Gran Canaria y Tenerife) o eran clandestinos militantes del PSOE o simpatizantes y, aparte de Jerónimo Saavedra, algunos llegaron a ocupar cargos políticos ya en la democracia. Junto a ellos don Juan Gutiérrez Peña, uno de los vendedores. Industrial acomodado, hombre conservador pero liberal a la manera europea de aquellos años: pagó sanciones económicas impuestas a la revista porque no aceptaba los regímenes dictatoriales. Creía en la democracia.

   Así pues, con todos mis respetos, tengo la impresión de que el PSOE se ha dejado mecer por pasiones y rechazos personales o, acaso, teme perder influencia. Su silencio –supuesto, claro- para que las leyes antisociales impuestas por el PP se mantengan acaso lo lleve –qué triste- a un enfrentamiento interno que podría fraccionarlo en perjuicio de libertades, justicia social y valores democráticos tan identificados con el PSOE.

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

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