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jueves, 25 de abril de 2024 03:32h.

La insensibilidad técnica - por Julio Muñiz Padilla

 

frase julio muñiz

 

 

La insensibilidad técnica - por Julio Muñiz Padilla, químico ambiental *

Hace más de mil años ya había cabras  en Tenerife. Y también entonces, más libres que ahora, se comían algunas especies botánicas endémicas y autóctonas. A su vez,  sus excrementos, las rodantes cagarrutas, esparcían las semillas de las plantas ingeridas por todo el territorio insular.

Y por eso, a pesar de las cabras, o gracias a ellas, cinco siglos después del inicio de la colonización europea aún conocemos la Viola cheiranthifolia en el Teide, la Viola anagae en Chinobre, la hierba de plata de Arico, Lotus Berthelotti,  o la Ceropegia dichotoma o cardoncillo en Teno.  Si algunas de esas especies botánicas ahora están bajo peligro de extinción, con seguridad, no es por culpa de la humilde cabra isleña.  

Insensibilidad también es eliminar a la foránea termita Reticulitermes flavipes, mediante el uso de dos peligrosos productos químicos el  hexaflumuron y el diflubenzuron, biocidas, persistentes durante décadas en el suelo,  que con toda seguridad lo contaminarán, reduciendo además, la cada vez más exigua población de abejas. Otra propuesta  técnica del Cabildo, que,  sin que se conozca  con seguridad el mecanismo de entrada de la plaga de termitas,  pone en riesgo el futuro del cultivo biológico en la comarca de Tacoronte y Valle Guerra. 

Mientras matamos cabras y abejas, contaminamos suelos, eliminamos los sebadales, la insensibilidad técnica y  política ha permitido que, a lo largo de años y más años, vertamos aguas sin depurar o mal depuradas en nuestro litoral. Y de nuevo, otras especies autóctonas, en este caso marinas, como el medregal, el mero, el abadejo, la cabrilla estén intoxicadas por  las emergentes colonias de bacterias, siendo vehículos de la ciguatera en humanos. 

Falta de sensibilidad ecológica que, por las prisas y el  reduccionismo lineal suele generar males peores en un ambiente complejo, lleno de interacciones. 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Julio Muñiz Padilla y la colaboración de Ramón Afonso

julio muñiz mar

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