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sábado, 20 de abril de 2024 08:14h.

Insoportable, abominable - por Isidro Santana León

isidro santana leónEs insoportable, abominable oír hablar al impresentable, imprudente, temerario, abusador y zoofóbico Brito, consejero de Medio Ambiente –de la mitad que le interesa– y Vicepresidente del cabildo de Gran canaria –hombre muy amado por Antonio Morales– pues de su boca so sale sino mentiras y ruindades. Algunas personas dirán que éstas no son formas de dirigirse a una autoridad, pero, esto es, la persona que no tiene autoridad moral como la que señalo arriba –porque carece de absoluta moralidad– no se merece que le hagan elogios plausibles y quien se lo quiera hacer haya ella con su consciencia y honor.

Insoportable, abominable - por Isidro Santana León *

Es insoportable, abominable oír hablar al impresentable, imprudente, temerario, abusador y zoofóbico Brito, consejero de Medio Ambiente –de la mitad que le interesa– y Vicepresidente del cabildo de Gran canaria –hombre muy amado por Antonio Morales– pues de su boca so sale sino mentiras y ruindades. Algunas personas dirán que éstas no son formas de dirigirse a una autoridad, pero, esto es, la persona que no tiene autoridad moral como la que señalo arriba –porque carece de absoluta moralidad– no se merece que le hagan elogios plausibles y quien se lo quiera hacer haya ella con su consciencia y honor.

No hay que ser muy docto ni ágil en materia alguna, para comprender que una persona que odia a los animales y además los mata por dinero, denota una insensibilidad que, potencialmente, le posibilita las mismas acciones con otra especie animal como es la humana. No entiendo –o quizás a estas alturas sí– cómo una formación ha sido capaz de poner a este energúmeno, a este monstruo sin sentimientos, como representante de un pueblo que ama a los animales, tal lo es el canario, sin que haya movimientos en las filas del partido que lo colocó porque pertenecen a una ideología que, aunque se hacen llamar de izquierda, sus componentes delatan no tener valores ni principios sino una etiqueta en la que escudarse como el monje detrás del hábito.

Aunque me resigno a oír a este trepa, pues me dan náuseas con sólo verlo, lo tengo que hacer para escuchar las nuevas pestilencias antisociales e insensibles que larga por su boca, ya que detrás hay siempre una intencionalidad política o un negocio engañoso que nuestro pueblo debe saber.

Pues sí, cristiano, este sujeto habló la otra noche de imponer a los consumidores de combustible un impuesto verde de un céntimo, por no sé qué cantidad –si por litro o por barco– intentona que hace años trata de llevar a cabo la derecha, entre ellos el PP, de los que ahora plagia la idea: esto no se llama impuesto, calamidad humana, esto es meterle la mano en el bolsillo a la gente sin su consentimiento. Los usuarios del combustible estamos amortizando con nuestros impuestos la mayor parte del gasto social que se genera en Canarias, pero aún quieren estrangular más al pueblo sordo, ciego y mudo. Si tenemos en cuenta que del coste del petróleo que pagamos –ya refinado y dispuesto para su consumo en las gasolineras o surtidores– las administraciones se llevan limpio más del 75%, se puede deducir el gran atraco que llevan tiempo cometiendo con los consumidores. También, un partido como el suyo, PODEMOS, que se jacta de llamarse de izquierda igual que sus socios Nueva Canarias-Roque Aguayro, PSOE, que se ufanan de no cobrarle impuestos a los más débiles sino a los más ricos, en este caso, como en otros que no van a resolver –porque son más de lo mismo– nos aplican el impuesto indirecto para que pague el canon verde el rico igual que el pobre, el que tiene un coche de lujo como el que tiene un pequeño coche familiar, el de gran cilindrada como el de pequeña cilindrada, el del que lo usa para el trabajo como el que lo tiene para el ocio... Es una desfachatez llamarle impuesto verde a este robo, que seguramente querrán para pagar otra cuadrilla de matarifes de cabras o sufragar los gastos de los que cooperen a extinguirlas, pues hasta ahora no han dicho una sola verdad, han inventado argucias para confundir a la gente, estrategias y formas no tan diferentes a las que usan los que están gobernando ahora en el reino. Como son pocas la aberraciones desde que están coogobernando en el Cabildo, encima, para más burla, nos cobra a los canarios la destrucción de nuestro acervo cultural y animal.

Resulta que nos entra en Canarias anualmente una cantidad de 13.000.000 millones de turistas, de cuyas rentas, aquí en nuestra tierra no se queda ni el 12%, siendo ésta cantidad de personas una carga demográfica para el Archipiélago generador de un gran volumen de residuos y que, además, deteriora el medio natural con sus excursiones y las infraestructuras que les están disponiendo a base de hormigón, muelles deportivos, campos de golf, destrozo de playas naturales para convertirlas en artificiales; autopista de Agaete a La Aldea para la futura especulación del lugar, carretera de Mogan a La Aldea para el mismo fin en Tasarte Tasartico y Gugüi; entrega de espacios público, como barrancos y demás, a empresas privadas…; recuperación de yacimientos arqueológicos, de cara a la galería, y destrucción de otros más importantes con obras y carreteras y un sinfín de asuntos de juzgado.

Creo –aunque no creo en nada– que lo más sensato y justo es que el céntimo verde se lo cobren a los turistas por el deterioro causado, a los touroperadores o a los dueños de los hoteles por llevarse el dinero de Canarias con la anuencia de nuestras administraciones o administradores. ¿O es que la excursión vacacional preparada por el Cabildo hacia los Campos de Tinduf también la tenemos que pagar los canarios?... ¡Oiga, usted!: pues no se me acaba de ocurrir que quieren pagar la arena del Sáhara, para paliar el destrozo de la Playa de Tauro con este impuesto… Fuera de elucubraciones continúo…

…Si, un céntimo verde que vuelven a robar a los canarios y, sin embargo, hay una planta de reciclaje en Salto del Negro, GC, construida hace más de 15 años, que costó unos cuantos miles de millones de pesetas: la planta no funciona, la basura se sigue enterrando en el mismo sitio, el dinero de la infraestructura no se sabe dónde está, no hay cuenta de él, ni responsabilidad por fraude sobre la empresa o a la administración que contrataron la obra. Cuando estos impresentables me hablan a mí de reciclar, a veces hasta me lo creo... No obstante, vuelvo en sí con rapidez y me pregunto… “¡¿qué coño reciclaje?!”

Ciertamente, en canarias no se recicla nada a excepción de algo de papel. Cuando nos ponen los contenedores de colores, pagos estos con el dinero del ayuntamiento, nuestro dinero, nosotros, el pueblo abandonado por Dios, no estamos reciclando nada: estamos clasificando materia prima que nuestros mandarines entregan a las empresas privadas, algunas de ellas en España, haciéndole una labor gratuita, un ahorro en mano de obra y un regalo a la empresa receptora, la misma que nos vuelve a cobrar los embases cuando los recicle. Sí creo que los politiquillos rateros que tenemos por estos lares roerán algo del queso podrido. Al menos, antiguamente, si que existía el reciclaje, pues, la gente pobre apañaba cartones que vendían en la cartonera, trapos, botellas, latas, chatarra y hasta la basura orgánica se vendía para estiércol o comida para los cochinos: aquello si era reciclaje ya que el pueblo se beneficiaba de su trabajo mientras hoy le regalamos el trabajo y la materia prima. ¿De qué céntimo verde habla este acéfalo metido a político colonial? Es que no puede ser de otra manera, en una colonia, la llamada izquierda y la derecha tienen la misma función: rapiñar la posesión, tener a su pueblo en la ignorancia, no dejarla desarrollar y rentarla con políticas especulativas y subvencionistas de donde se enriquecen. Nuestras cabras no sólo son más dignas, son más inteligentes que esta laya política colonial que nos mangonean en nombre de la “democracia”… ¡Qué le vamos a hacer!, no tienen vergüenza, no tienen pudor, el vil metal los convierte en residuos irreciclables e intransformables y tan sólo esperemos cien años a que aparezca un Movimiento de Liberación Nacional que ponga las cosas en su debido sitio.

* En La casa de mi tía por gentileza de Isidro Santana León