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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

La Laguna y el tapón del cambio - por Santiago Pérez

 

santiago pérezEn realidad, el título de este artículo iba a ser ¿Mociones de censura en cascada?, pero no me resistí a utilizar el titular que nos ha regalado el portavoz de la Gestora Federal del PSOE a propósito del papel de obstáculo del cambio en Canarias que empieza a jugar el PP.

La Laguna y el tapón del cambio - por Santiago Pérez *

En realidad, el título de este artículo iba a ser ¿Mociones de censura en cascada?, pero no me resistí a utilizar el titular que nos ha regalado el portavoz de la Gestora Federal del PSOE a propósito del papel de obstáculo del cambio en Canarias que empieza a jugar el PP.

Que Coalición Canaria no tiene un think-thank para elaborar ideas, sino una churrería, ya lo sabíamos. Pero esta nueva campañita denigratoria de lo que llaman "Mociones de censura en cascada” ya es mucho-demasié para el cuerpo.

Se trata de un mero juego de palabras, más propio de trileros. Las mociones de censura en cascada, como respuesta a la destitución de Patricia Hernández y los consejeros socialistas y del contumaz incumplimiento de Coalición Canaria de los pactos con el PSOE en todas las instituciones donde ha podido, no existen, ni han existido, ni existirán.

Lo que sí ha existido son unos pactos en cascada que impone tradicionalmente Coalición Canaria al socio de turno, para que sólo se cumplan cuándo y dónde convenga a los autobautizados “nacionalistas canarios”.

Los pactos en cascada son una aberración en un sistema político inspirado en la descentralización y en el reconocimiento del derecho a la autonomía de las entidades territoriales, sean estas nacionalidades o regiones, provincias, islas o municipios.

La autonomía o derecho al autogobierno, tanto si incluye la participación en el poder legislativo del Estado (propia de los sistemas de corte federal, como el Estado de las Autonomías) como si se trata de la autonomía en el marco de la Ley o autonomía administrativa -que es el caso de los entes municipales, insulares o provinciales- tiene como primera exigencia el respeto a un proceso político propio. La elección de un gobierno del ayuntamiento, cabildo o diputación provincial que refleje la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas, sin interferencias externas, es un momento esencial de ese proceso político autónomo. Así de claro.

Los pactos en cascada son una desnaturalización de la autonomía local, como lo sería -por ejemplo- un Gobierno de Canarias impuesto por exigencias o conveniencia de la política española. Que sean precisamente los “nacionalistas” canarios los que han alcanzado el virtuosismo en ese tipo de manejos demuestra lo que tienen de nacionalistas y de canarios.

Ahora, en la churrería de ideas de CC, se han inventado un nuevo engendro. Probablemente lleva la firma de quien inspiró a Clavijo ese otro eslogan de “se me acabó la paciencia”, que ha batido el propio record de Coalición Canaria en materia de falta de respeto a la inteligencia de la gente de esta tierra. Dice así: “No es bueno que haya mociones de censura en cascada como venganza. El interés de los ciudadanos es lo importante”. Agüita!!!

Roto en mil pedazos el pacto entre Coalición Canaria y el PSOE, no va a haber una cascada de mociones de censura. Y, si la hubiera, sería tan detestable como los pactos en cascada. Lo que a mí me asombra --es un decir-- es que los comentaristas, tertulianos, escribidores y cagatintas del Régimen, que aplaudieron como la cosa más natural los mentados pactos en cascada, ahora empiecen a lanzar anatemas contra una cascada de mociones de censura que ni se debe producir, ni se va a producir.

Porque pactos en cascada y mociones de censura en cascada sólo son los dos términos de una ecuación interesada e imaginaria, inventada para camuflar lo que sí ha existido y continuará existiendo mientras la mayoría de los canarios no lo remediemos: el sacrificio de la dignidad de las instituciones municipales e insulares del Archipiélago, de los principios más elementales de la autonomía y de la democracia local y de las preferencias electorales de los canarios en el altar de este decadente Régimen político en que Coalición Canaria y lo que representa han convertido el sistema democrático por el que se enfrentaron al centralismo y la dictadura los mejores hombres y mujeres de nuestras Islas.

Lo que toca ahora es liberar el panorama singular y la dinámica política propia de cada ayuntamiento y cada cabildo, retomando la sintonía con el resultado de las urnas 2015, que tiene legitimidad y validez durante 4 años. Caso por caso, institución por institución.

Y, donde los pactos en cascada hayan suplantado la voluntad de los ciudadanos, recuperar ésta que es el fundamento de la democracia.

Y aboliendo otra regla maloliente de este Régimen, aquella de que “sólo Coalición Canaria puede pactar con quién quiera; pero lo demás, no”

La forma de gobierno de cabildos y ayuntamientos responde, aunque imperfectamente, a los principios del régimen parlamentario: los ciudadanos eligen una asamblea representativa, que aprueba las normas legales y presupuestarias y nombra y controla al gobierno, que responde políticamente ante esa asamblea (el Pleno de cabildos y ayuntamientos).

Y en el régimen parlamentario caben pactos entre todos los grupos políticos para formar gobierno y una mayoría que lo sustente y le permita desarrollar un programa con el que dar respuesta a las necesidades y expectativas de la ciudadanía. Y más aún en el campo de las entidades locales, donde la disputa ideológica pierde terreno ante la gestión de servicios públicos esenciales.

En La Laguna, las elecciones de 2015 hicieron retroceder a Coalición Canaria desde 13 a 7 concejales, algo casi imposible cuando se detenta el poder y se ejerce con la obsesión clientelar tan suya de Coalición Canaria. En mi opinión, fue una censura en toda regla. Y dieron 14 concejales, por primera vez desde 1987, a candidaturas que se identifican con principios y políticas progresistas: Unid@s Podemos, PSOE y XTF-NC.

El "pacto en cascada” impidió a los socialistas laguneros hacer realidad la alternancia que se nos negó hasta cuando, desde la oposición y en tiempos muy difíciles para el PSOE, obtuvimos 13 concejales. Un resultado que Clavijo, y desde el poder, no llegó a obtener.

Por eso estoy seguro que el PSOE va a hacer honor “al camino que nos trajo hasta aquí” (cito a Rodríguez Fraga) a generaciones de socialistas laguneros, se incorporará a una mayoría progresista y no hará de TAPÓN DEL CAMBIO, ni de seguritas de una Coalición Canaria sumida en declive y cada vez más aislada políticamente.

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Santiago Pérez

santiago pérez