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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

El legítimo derecho a la moción de censura - por Nicolás Guerra Aguiar

 

nicolás guerra aguiarDías atrás UP (Unidos Podemos) concentró en la Puerta del Sol a un sector de sus votantes, pues reclamaba el apoyo moral ante las dos mociones de censura contra la presidenta de la Comunidad de Madrid -señora Cifuentes- y el presidente del Gobierno, señor Rajoy, respectivamente. En la primera el PSOE se abstuvo. La segunda comenzó el martes 13: UP se vio casi solo. Y el PSOE se abstuvo. Ambas iniciativas, pues, fueron rechazadas. (Por cierto: grosera actitud la de Cifuentes, más pendiente de poses, cuchicheos, charlas y móviles durante la sesión en el Parlamento madrileño, como si le urticariara el desarrollo de un procedimiento democrático.)

pablo iglesiasRAJOYLORENA RUIZ-HUERTACIFUENTES

El legítimo derecho a la moción de censura - por Nicolás Guerra Aguiar *

Días atrás UP (Unidos Podemos) concentró en la Puerta del Sol a un sector de sus votantes, pues reclamaba el apoyo moral ante las dos mociones de censura contra la presidenta de la Comunidad de Madrid -señora Cifuentes- y el presidente del Gobierno, señor Rajoy, respectivamente. En la primera el PSOE se abstuvo. La segunda comenzó el martes 13: UP se vio casi solo. Y el PSOE se abstuvo. Ambas iniciativas, pues, fueron rechazadas. (Por cierto: grosera actitud la de Cifuentes, más pendiente de poses, cuchicheos, charlas y móviles durante la sesión en el Parlamento madrileño, como si le urticariara el desarrollo de un procedimiento democrático.)

SUÁREZ FELIPEHERNÁNDEZ MANCHA

    Antecedentes hay: también fracasaron las presentadas en el Congreso de los Diputados por el psocialista señor González -1980- contra el presidente del Gobierno (señor Suárez, de UCD) y la del señor Hernández Mancha en 1987 (Alianza Popular) contra el presidente González. Por lo que se refiere a Canarias, el señor Saavedra perdió la presidencia del Gobierno en 1993: su vicepresidente, de ATI, consiguió el apoyo de Asamblea Majorera e Izquierda Canaria. (Inciso: se cubrieron de gloria las dos últimas. 24 años llevan los conservadores de CoATIción con el poder.)

SAAVEDRA HERMOSO

   Y como las mociones de censura deben presentar, a la vez, un candidato alternativo a la presidencia del Gobierno, en las cuatro primeras no triunfó ninguno de ellos. La de 1980 debilitó al señor Suárez y propició la victoria de los socialistas en 1982. La del señor Hernández Mancha fue pura estrategia publicitaria: nadie lo conocía salvo la vieja guardia franquista del exministro Fraga, padre ideológico de AP. Así, cámaras de televisión y fotos en periódicos y revistas actuaron como padrinos de bautismo para su promoción pública.

   Las mociones defendidas por UP respondían a posicionamientos tácticos de cuya nula efectividad material todos eran conscientes: las esperadas abstenciones del PSOE y el voto en contra de Ciudadanos cerrarían, matemáticamente, hipotéticas posibilidades. Además los socialistas, en su derecho, nunca jamás apoyarán una candidatura ajena a ellos.

       El nuevo PSOE se vio entre dos fuegos el martes 13: o el voto contrario a la candidatura del señor Iglesias o la tan pregonada negativa a entendimientos con el PP. Con mucha prudencia optó por la abstención, a fin de cuentas aun no ha terminado su interna reestructuración. Sin embargo, el renacimiento ideológico fortalecido por las ayer emputadísimas bases le permitió tender la mano a UP (no puede olvidar a otras fuerzas imprescindibles) para iniciar la primavera de la regeneración política.

    No obstante, cabe la posibilidad de que UP presentara las mociones como coactiva táctica para quitar el velo a la princesa mora, pues todas las encuestas anteriores a las mociones la daban como vencedora en su sangrante pugna con el señor Sánchez. A fin de cuentas la elegida del PSOE oficial forzó la abstención frente a la candidatura del señor Rajoy (2016). Por tanto le negaría el apoyo a UP (“izquierda inútil”) con la abstención, lo cual sumaría dos muy próximos posicionamientos cercanos al PP y a su política radicalmente antisocial.

   El señor Iglesias justificó ambas mociones como imperativo moral, "mecanismo excepcional que responde a una situación excepcional". Y excepcional es el momento actual. Pero tengamos presente algo básico: la descomposición ética de sectores peperos no entona sus primeros balbuceos, ni es neonata, ni tan siquiera de esta legislatura. Tiene su tiempito, ya es galletona como rémora arraigada a la estructura política del PP, ciega, sorda y muda.

CHUCHANGO   Más: cual si se tratara de un chuchango (voz masculina en Fuerteventura y Gran Canaria), su paso hacia un imprescindible reajuste es desesperadamente lento y cansino. Por no saber de agilidades (o acaso por el tremendo peso sobre sus principios, o la manifiesta descomposición de algunos sectores), el PP ni tan siquiera se ha lanzado a imponer disciplina, sentido honesto a la Política. Y así le va, y le seguirá yendo a pesar de las buenas intenciones de un sector muy desmoralizado.

   Por tanto, en el legítimo derecho que lo asiste, UP mantuvo su voto de censura aun sabiendo los resultados con antelación. Lo cual conduce, de inmediato, a una pregunta clave: ¿iba acaso de protomártir con la otra mejilla por delante? En absoluto, es mi respuesta. Avala a la conjunción una verdad: el PP hace de Lázaro de Tormes con la ética política, como cuando el pícaro consigue que su primer amo, ciego, salte y se estrelle contra un pilar.

LAZARILLO Y CIEGO

SULTANA SUSANA   Pero la princesa mora no ganó la secretaría general. UP, entonces, pudo haber retirado la moción, a fin de cuentas el señor Rajoy -sospecho- solo era la ALBERT RIVERAexcusa. No lo hizo. Y el nuevo PSOE pregonó en público su oferta de colaboración siempre, claro, como conductor. Ciudadanos, inteligentemente, mostró abismales desavenencias con los populares. Y de su propagación se encargó el mismo señor Rivera: “La corrupción del PP daña la imagen de España”. Pero lo apoya por “responsabilidad” frente al caos. Sangre de mártires, intuyo.

 

   Por tanto, considero muy acertadas ambas mociones como operativo, sobre todo la del martes 13 – miércoles 14: por una parte el nuevo PSOE se definió por acuerdos, entendimientos, incluso esperanzadoras perspectivas de futuro a la búsqueda de una mayoría capaz de desplazar al PP, acaso la frustrada de 2016. De otra, y a pesar de ironías, burlas y burdas coñas marineras, frente a las rigurosas denuncias de la señora Montero y el señor Iglesias sobre su corrupción interna -con nombres, apellidos y etiquetas esclarecedoras- el señor Rajoy no pudo defender ni la integridad moral ni la honorabilidad del PP y su Gobierno: guardó sepulcral silencio.

  Fue, pues, la gran victoria de los “extremistas y radicales”, así llamados por el PP. Y no hubo “circo” (en Canarias, machangada) durante las sesiones: solo el ejercicio de un derecho constitucional y, de paso, titánicas tempestades, como llama Unamuno a las convulsiones internas durante la formación de Canarias.

UNAMUNO

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR RESEÑA