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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

Lo que nos faltaba: CCOO dice que sí - por Francí Xavier Muñoz

Ya tenemos el beneplácito de un comité de expertos, la mayoría vinculados a la banca y a los seguros, para reformar otra vez el sistema de pensiones. El Gobierno de Rajoy se apresuró a seguir la indicación de la canciller alemana, Angela Merkel, para desvincular salarios y pensiones españolas de la inflación, es decir, del Índice de Precios al Consumo (IPC). La reforma laboral de Rajoy ya exploraba ese camino y, ahora, le tocaba el turno a las pensiones.

Lo que nos faltaba: CCOO dice que sí - por Francí Xavier Muñoz. Secretario de Organización de Iniciativa Socialista de Izquierdas (ISI ES)

Ya tenemos el beneplácito de un comité de expertos, la mayoría vinculados a la banca y a los seguros, para reformar otra vez el sistema de pensiones. El Gobierno de Rajoy se apresuró a seguir la indicación de la canciller alemana, Angela Merkel, para desvincular salarios y pensiones españolas de la inflación, es decir, del Índice de Precios al Consumo (IPC). La reforma laboral de Rajoy ya exploraba ese camino y, ahora, le tocaba el turno a las pensiones.

El modelo elegido es el que más le gusta a nuestra derecha: renunciar a los altos funcionarios en nómina con los que cuenta siempre la Administración Pública y pagar adicionalmente unos jugosos euros a unos cuantos elegidos. Es la llamada “externalización” que tanto le gusta al neoliberalismo y que con tanta profusión aplican grandes empresas y administraciones gobernadas por nuestra derecha. 

El resultado del comité de expertos ya se veía venir y a nadie engañan, salvo a los más ilusos o descreídos. El diseño estaba hecho ya desde 2010, desde aquel mes de mayo en que Zapatero vino transmutado de Bruselas, y no es otro que el recorte del Estado del bienestar para beneficio de grandes corporaciones (bancos, aseguradoras y grandes empresas), que entrarán a saco en el negocio de la educación, la sanidad, las pensiones y lo que se ponga por delante de lo que hasta ahora habían sido nuestras prestaciones públicas. 

Cuando nuestros grandes sindicatos, CCOO y UGT, junto a nuestra gran patronal, CEOE, firmaron con Zapatero el Acuerdo Social y Económico, ya pusieron la primera piedra de ese gran mordisco a las pensiones españolas. Si nos preguntásemos por la razón última de aquella firma podríamos encontrar una respuesta en que CCOO y UGT tienen su mayor índice de asentamiento precisamente en la banca, donde alcanzan entre un 60 y un 70 por ciento de afiliación. 

Si esta fuese la respuesta acertada, no resultaría tan sorprendente aquel acuerdo pues al fin y al cabo sería el primer paso para abrir el negocio privado de las pensiones a la banca, ya que se sabía que cualquier reforma pública de las mismas iría hacia su rebaja y no hacia su incremento, lo que con el tiempo iría convenciendo a la mayoría de trabajadores de la conveniencia de contratar seguros privados de pensiones. Así que, a la larga –podríamos pensar- más negocio para la banca, más trabajo para los bancarios y más estabilidad laboral a futuro para los trabajadores de ese sector, que están mayoritariamente afiliados a CCOO y UGT. 

Así que, cuando nos hemos enterado de que el representante de CCOO en el comité de expertos ha votado a favor del informe que desvinculará las pensiones del IPC, algunos han puesto el grito en el cielo. Otros no, porque daban por hecho que éste no era más que el segundo paso de un camino que nuestros sindicatos mayoritarios ya habían iniciado con Zapatero. Lo único que nos ha sorprendido a todos a la vez, quizá, es que el apoyo del experto de CCOO haya sido tan evidente, y que no lo haya ocultado en una abstención, como ha hecho por ejemplo el experto vinculado al PSOE. Así, al final, el representante de UGT ha podido salvar la cara a su sindicato pues al fin y al cabo su voto en contra, el único, ya era meramente testimonial. 

El sector crítico de CCOO, que representa más o menos a un 10% de su afiliación, ya ha emitido un comunicado donde exige la rectificación pública de este desaguisado, lo que al menos nos hace pensar que todavía queda algo de oposición en ese sindicato, aunque no tenga la fuerza suficiente como para desacomodarlo del sistema. Si nuestros sindicatos mayoritarios estaban siendo fuertemente cuestionados en los últimos años, con esta actitud CCOO termina por asestar un golpe mortal a su credibilidad sindical y, decididamente, opta por convertirse en un sindicato para trabajadores indefinidos y cualificados, que es en lo que se había especializado últimamente. CCOO, con este voto afirmativo al cambio de criterio para la revalorización de las pensiones, ha sentado un precedente que muchos trabajadores temporales, desempleados, jóvenes, trabajadores precarios y pensionistas van a tener muy en cuenta a partir de ahora. Muchos se “buscarán a otro y olvidarán su nombre para siempre”, remedando una canción de hace veinte años.

 

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