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viernes, 29 de marzo de 2024 08:39h.

La mano que mece la cuna, por Paco Vega

 

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La mano que mece la cuna, por Paco Vega *
 

Históricamente la abstención ha favorecido a la derecha en este país, por lo que es bueno recordarlo si queremos que algo cambie para la clase trabajadora, y para evitar que se consume la involución histórica que se avecina con la llegada de la extrema derecha. En las últimas elecciones andaluzas, a pesar de la victoria de los socialistas, las derechas acabaron tomando el poder al asalto, a pesar de que juraran y perjuraran que debía gobernar el partido más votado. Pues bien, llegado el momento no lo dudaron ni un segundo, formando así un pacto de perdedores, tragándose sus propias palabras, pactando además con la extrema derecha recién salida de las catacumbas fanquistas. Aunque bien pensado, tanto Ciudadanos como Vox resultan ser costillas del mismo Adán (el Partido Popular -antes Alianza Popular-). En esas elecciones andaluzas la participación fue muy baja, el 58,65%, comprobándose una vez más que la abstención siempre favorece a las derechas. Tomen buena nota!

Es bueno recordar además por qué, cómo y cuándo comenzó esta deriva para situarnos correctamente en el mapa político actual y no perder memoria de lo acontecido en este país en los últimos años. La memoria siempre es muy importante para colocar las cosas en su justo lugar y saber de qué polvos vienen estos lodos…

Ya en 2014 los poderes económicos andaban “tentándose la ropa” ante el auge de Podemos, así que Josep Oliú (presidente del Banco Sabadell) recomendaba “la creación de “UN PODEMOS DE DERECHAS”, más orientado a la iniciativa privada -decía- ya que el otro Podemos daba un poco de miedo”. En la hemeroteca queda constancia de sus declaraciones para la posteridad y vergüenza de este país. A partir de ahí se empezó a dar cuerpo  y “financiación” a un Ciudadanos, gestado en Cataluña allá por el 2005, como contradique al auge -todavía minoritario- del independentismo, con la idea de darle presencia en todo el país.

En el 2015 irrumpía sorpresivamente en el Parlamento Europeo el partido Podemos, que posteriormente formaría alianza con Izquierda Unida para acabar conformando Unidos Podemos. Las encuestas empezaron a arrojar datos muy preocupantes para el bipartidismo dominante y sus principales beneficiarios (los grandes poderes económicos), que plácidamente se habían turnado en el ejercicio del poder sin sobresalto alguno. Mientras esto sucedía el PSOE andaba como pollo sin cabeza, con un nuevo líder -elegido por la militancia- que no terminaba de convencer al “aparato” del partido. El PP no paraba de desangrarse debido a una corrupción endógena y crónica. Por todo ello se hacía necesario FRENAR de alguna forma el auge del joven partido que venía pujando fuerte, ya sin los viejos complejos ni ataduras del bipartidismo tradicional. Mientras tanto el PSOE seguía su “vía crucis” particular con la expulsión de Pedro Sánchez y la imposición de la Gestora por parte del Aparato del partido, reacio a dar un giro a la izquierda en sus políticas; mientras la corrupción en el PP seguía formando parte de  la vergüenza nacional, a pesar del inestimable blanqueamiento de los medios de comunicación afines. Fue entonces cuando se puso en marcha toda la maquinaria de “las cloacas del estado”, en la que políticos, policías y periodistas se confabularon para fabricar y difundir noticias falsas con con el fin de DESACREDITAR y “FRENAR” a Unidos Podemos, una fuerza política dispuesta a levantar las alfombras de la corrupción, una formación política -esta vez si- DE IZQUIERDAS.

No hace falta que me extienda en exceso porque el resto es de sobra conocido por todos ¿o no?. El PSOE siguió durante un tiempo dando tumbos, mientras el PP daba “tongos”... Todo ello hasta la moción de censura a Rajoy que, incapaz de dimitir por todos los pufos en los que estaba envuelto y cometidos bajo su mandato, tuvieron que echarlo uniéndose las izquierdas y los nacionalistas. Mientras tanto se iban aireando puntualmente supuestos casos de financiación irregular u otras corruptelas inventadas sobre Unidos Podemos, que si bien se iban estrellando una detrás de otra en los tribunales, servía de munición a una prensa mercenaria compinchada con las cloacas para seguir bombardeando la credibilidad de la formación morada. Lo de menos eran las pruebas, de ahí su torpe elaboración, porque la estrategia estaba centrada en el bombardeo de mentiras durante años, como así ha sucedido, hasta el punto de mermar las expectativas electorales de la formación política.  El contubernio político-policial-mediático estaba montado para desacreditar a la formación política y a sus líderes.

Paralelamente se abrió otro frente judicial en Canarias de la mano de un ministro de infausto recuerdo -obligado posteriormente a dimitir por sus cuentas en Panamá- con la inestimable complicidad de un juez (ahora procesado por múltiples delitos), que forzó a la vez la dimisión de otra compañera y candidata de Unidos Podemos por Las Palmas, la jueza Victoria Rosell.

Ahora, con un PSOE en el Gobierno haciéndose fuerte con la ayuda de Unidos Podemos y el PP en la oposición, lamiéndose las heridas, constatan que sólo con Ciudadanos (“el podemos de derechas” ¿recuerdan?), no van a recuperar el poder. Por tal motivo visualizan la oportunidad de insuflar financiación y presencia en los medios a “UN PODEMOS DE EXTREMA DERECHA”, intentando recuperar así los votos que se le escapan al PP por culpa de la corrupción y captando los de una extrema derecha machista, misógina y antidemocrática, normalmente abstencionista.

Los medios de comunicación (otra vez) vuelven a ejercer de “encaladores”, blanqueando y dando carta de normalidad a un partido que desprecia los más elementales derechos humanos. Los mismos medios que daban difusión a las mentiras prefabricadas contra Unidos Podemos, a pesar de conocer su falsedad, ahora dan visibilidad y presencia a los que no tienen más discurso que el fascismo, el racismo y la violencia.

Con estos mimbres antidemocráticos nos enfrentamos en unos días a unas elecciones generales. Cada vez cobra más fuerza la necesidad de un comité internacional de observadores que velen por la limpieza de unos comicios ya de por sí muy contaminados.

La parte positiva de todo este contubernio es reconocer en muchos los frágiles cimientos de esta falsa democracia.

El temor al VOTO DE IZQUIERDAS es real, especialmente entre los grandes poderes económicos y financieros. Esos poderes han sido siempre “la mano que mece la cuna” en este país…

cuna

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Paco Vega

Paco Vega
 

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