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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Millones de asiáticos migrarán hacia Europa - por Nicolás Guerra Aguiar

 

FRASE AGUIAR

 

INMIGRANTES REFUGIADOS

Millones de asiáticos migrarán hacia Europa - por Nicolás Guerra Aguiar *

No tiene vuelta de hoja: el cambio climático revolucionará Europa si Europa no se anticipa. Lo vienen diciendo años ha personas nada alarmistas ni aficionados agoreros o iluminados profetas. Son geógrafos, meteorólogos y rigurosos científicos quienes avisan del cercano desequilibrio climático: las inundaciones en países asiáticos (Tailandia, Filipinas, Camboya, Vietnam…) serán de tal magnitud que destruirán inmensos espacios geográficos y forzarán a millones de personas a migrar. ¿Hacia dónde?

Obviamente buscarían tierras para rehacer su mediavida, errabunda y miserable. ¿África, acaso? De nuestro vecino continente mueren miles de personas en vanas escapatorias por sequías, hambruna, esclavitud, colonialismos... Inmensos océanos los separan de América. La isla australiana de Christmas es un centro de detención en medio de la jungla. Además, solo admite a europeos y pocos latinos. ¿Qué les quedaría, pues, sino Europa? Y Europa lo sabe. Pero solo levanta muros, tiende alambradas y dispara a matar: las sombras de la noche disimulan los ayes de dolor.   

EUROPA ESPINAS

República Checa, Hungría, Polonia… se niegan rotundamente. Países como Suecia o Dinamarca instauraron controles fronterizos. Suecia analiza exhaustivamente la identidad de hipotéticos refugiados llegados de Dinamarca -aunque no daneses- (160 000 en 2016). Y este país también filtra desde sus fronteras con Alemania: Dinamarca no quiere ser el destino final. Alemania comenzó los controles en el linde con Austria. Austria, a su vez, construye un muro próximo a los límites con Italia. Grecia los devuelve a Turquía…

Allí se aglomeran: tres millones y medio por el momento. Proceden de Siria, Afganistán, Líbano, Irak…, donde las guerras convierten en infiernos cualquier rincón. Y hospitales, escuelas o refugios son improvisados cementerios de cuerpos e ilusiones para la vida gracias al armamento europeo, ruso, norteamericano, israelí…

REFUGIADOS TURQUÍA

Al final queda Turquía, a cuyo dictador nadie levanta la voz. Ningún Gobierno europeo –de los avanzados- le envía copia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no vaya a sentirse ofendido porque denuncia tropelías realizadas por las fuerzas armadas (desapariciones, encarcelamientos a miles -jueces, demócratas, periodistas, políticos-…).   Europa entrega a cambio miles de millones de euros cuyo control se pierde. Y armas, muchas armas, pues el negocio de las multinacionales europeas tiene rigurosa preferencia. Europa, pues, ennegrece sus conciencias y enmudece sus cantos a la libertad cuando ni tan siquiera se atreve a preguntar en qué condiciones mantiene Turquía a los refugiados: “Es una fosa para seres humanos. Es el infierno”, dice alguien.

Las inundaciones, estimado lector, forman parte del paisaje en el sudeste asiático. A fin de cuentas son países de monzones, cambios muy bruscos en la dirección de los vientos más fuertes. Se sabe cuáles son las estaciones de mayor actividad, cuándo producen abundantes lluvias. Pero estas anegan poblados, aldeas… y llevan la muerte por sus naturales caminos.

Todo está estudiado. Tailandia, por ejemplo, padece violentísimos monzones entre mayo y noviembre. Hasta hoy casi un millón de tailandeses ha sido víctima de las inundaciones. La pregunta, pues, es obvia: si están localizados los meses en los cuales se producen, ¿por qué destruyen tanto y despeñan y matan? La respuesta, también, es obvia: afectan sobre todo a tierras deforestadas por políticas madereras, a bosques aceleradamente destruidos, a campesinos, a viviendas sin ingenierías ni asentamientos sólidos…; es decir, al noventa por ciento de la población.

Y como la infraestructura es deficitaria o inexistente, Asia sufre los violentísimos impactos de fenómenos atmosféricos cuya memoria arranca de muchos siglos atrás, pues no son de hoy. Sin embargo, dicen los expertos, algo está cambiando: la temperatura global del planeta va en aumento. Grandes extensiones de los casquetes polares se convierten en agua líquida. La subida de los niveles azota cada vez más las costas. Flora y fauna se ven directamente afectadas. Las corrientes oceánicas se alteran y producen devastadores temporales…

MONZÓN TAILANDIA

Si no se actúa con la mayor urgencia, el nivel del mar podría disparatarse: algunos científicos apuntan para dentro de poco subidas de hasta cuarenta centímetros (¿cuántas ciudades costeras desaparecerían? ¿A cuántos cientos de millones de seres humanos afectarían?). Miembros del Programa Mundial de Investigaciones Científicas y la UNESCO lo advierten (julio): “Desde mediados del siglo XX el nivel del mar está aumentando de forma acelerada como consecuencia del calentamiento global, causado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana”. (¿Qué ocurriría en Venecia? ¿Y con las tierras holandesas que dan al mar del Norte? ¿Y en Canarias?)

Hace cuatro meses India, Bangladesh y Nepal sufrieron violentas inundaciones muy distintas a las normales de todos los años. La virulencia de las aguas afectó a casi nueve millones de personas y destruyó setecientas mil viviendas (miserables chabolas atadas al escurridizo suelo de barrios marginales, pueblos, aldeas…). Y esta situación, dicen los expertos, no es más que el inicio de la más grande migración humana: podría comenzar acaso en treinta años... si no se revolucionan gobiernos y mentalidades para, al menos, paliar lo que se les viene encima a quienes hoy están empezando a nacer, viven la infancia, son jóvenes o empiezan a madurar….

SEQUÍA

La Naturaleza avisa: la sequía nos va a convertir en puro pellejo; destruirá las básicas fuentes de alimentación (las abejas desaparecen, no tienen donde libar… Y con ellas, el polen necesario para nuevas plantas, flores, árboles…). Sin agua no hay acuíferos, ni riego, ni terrenos cultivables, ni cosechas… Se nos vacían albercas, albercones, maretas, presas, pantanos. Y cuando las inundaciones destruyan irremediablemente, acaso se haga realidad la hipótesis de Norman Myers, Universidad de Oxford: “Para el 2050 podría haber hasta 200 millones de migrantes derivados del cambio climático”.

Europa está sola en la encrucijada: o actúa aceleradamente o las oleadas hacia el Viejo Continente serán imparables: solo de Bangladés han salido ocho millones de ciudadanos, casi todos reinstalados en países vecinos. Pero no son naciones ricas, ni medianamente... ¿Lamentará la Europa de nuestros hijos y nietos su obsesión por el crecimiento económico y el abandono de la estabilidad ambiental? ¿Llorará, como Quevedo, la ruina de sus muros “si un tiempo fuertes, ya desmoronados”?

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR RESEÑA