Momentum - por Antonio Cabrera de León *

En un artículo le pronostiqué a Pedro Sánchez, nada más ser descabalgado como secretario general por las huestes socioliberales de González&Susana, que ganaría ampliamente las primarias de su partido. Le pronostiqué también, tras las elecciones generales de abril de 2019 que acabaría formando gobierno con la izquierda le gustara o no. Fue capaz el hombre de repetir las elecciones sólo para que yo quedara mal, pero tuvo que acabar dándome la razón y lleva un par de años sin dormir porque gobierna “en progresista”.

Sin embargo, la guerra en Ucrania le ha sacado lo peor de sí mismo, su yo socioliberal, el que le pedía gobernar con Rivera y ahora le pide echarse en brazos de Feijóo. Su pretendido “pacto de rentas” puede, si la izquierda no lo impide, acabar siendo un “pacto de rentistas” contra los trabajadores. Y la única razón que hoy encuentro para seguir en el gobierno es la de mantener en él una nueva lucha por evitar que esta nueva crisis se gestione contra la gente modesta, como la de 2010-2012, en lugar de protegerla como se ha hecho durante la crisis de 2020-2021.

España no está en guerra, y si un día lo estuviera sería con Marruecos. No tener eso claro nos lleva a una ridícula política de apaciguamiento de los reyes marroquíes que, por inverosímil que parezca, son más corruptos y más inviolables que los españoles. Contra ese reino mantuvimos la última guerra de la monarquía española, que fue derrotada como suele. Pero hoy no estamos en guerra. Sin embargo, Sánchez quiere aprovechar que el Pisuerga pasa por Kiev para duplicar el presupuesto militar. Un despilfarro en toda regla, cuando tenemos al país hecho unos zorros tras tres crisis consecutivas en sólo una década.

Me he manifestado a favor de enviar armas al gobierno de Ucrania porque defiendo que cualquier pueblo invadido, o que sufra un golpe de Estado contra la democracia, tiene derecho a defenderse y a ser armado solidariamente. Pero por esta misma razón he defendido siempre que hay que ayudar con armas al frente Polisario y a la OLP. Ocurre sin embargo que, lejos de ello, Pedro Sánchez ha decidido traicionar una vez más al pueblo Saharaui entregándolo definitivamente a Marruecos. La lista de traiciones del PSOE a los saharauis desde la famosa visita de González a Tinduf en el 76, es más larga que los 50 años que llevan enterrados en el desierto. Y hasta aquí llegó mi capacidad de aguante. No voy a ayudar a traicionar a un pueblo que siento como hermano.

He defendido en todo momento la conveniencia para los trabajadores españoles de que haya un gobierno de coalición entre el PSOE y las izquierdas. Y los resultados sociales y económicos han sido buenos. Pero la entrega de todo un pueblo y su territorio al país invasor no la acepto en Ucrania ni en el Sáhara. Y espero que la izquierda que hoy está en el gobierno entienda que esta decisión de Sánchez, si no se rectifica de inmediato, es un MOMENTUN. Es un quédate con el gobierno, que para eso no vine. Venga, Yolanda, déjales los atarecos y vámonos.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León