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viernes, 19 de abril de 2024 00:10h.

¿Por qué no hubo pacto entre PSOE y Podemos? - por Antonio Aguado

ANTONIO AGUADO 350Aún habiendo obtenido el Partido Socialista el pasado 20 de diciembre su peor resultado electoral, pero como consecuencia de que ninguna fuerza política consiguió los votos y escaños suficientes para poder formar gobierno, tuvo esa oportunidad el PSOE, que descartando apoyar al Partido Popular, lo podía intentar pactando con los dos partidos políticos emergentes: Podemos y Ciudadanos.

 

¿Por qué no hubo pacto entre PSOE y Podemos? - por Antonio Aguado *

Aún habiendo obtenido el Partido Socialista el pasado 20 de diciembre su peor resultado electoral, pero como consecuencia de que ninguna fuerza política consiguió los votos y escaños suficientes para poder formar gobierno, tuvo esa oportunidad el PSOE, que descartando apoyar al Partido Popular, lo podía intentar pactando con los dos partidos políticos emergentes: Podemos y Ciudadanos.

Por afinidad ideológica y programática, mayor número de diputados y la experiencia positiva    que están viviendo gobernando juntos muchas instituciones, era de esperar que el pacto del PSOE en principio se materializara con Podemos. Sin embargo no fue así,  y los socialistas se decantaron y pactaron con Ciudadanos, que como se ha podido comprobar desdibujaron muchas de las propuestas electorales que Pedro Sánchez, públicamente había presentado y defendido, entre otras y de las más importantes: las derogaciones de las leyes: Laboral, Wert y Mordaza. Como así mismo revertir el articulo 135 de la Constitución para blindar los servicios sociales.

Ciudadanos dejó claro que en el pacto que suscribió con el PSOE, no se contemplaba la derogación de esas leyes y si sus paralizaciones y como mucho posibles revisiones. La promesa del PSOE con relación al referido articulo 135 de la Constitución, ni se la han planteado y menos aún, el compromiso de los socialistas para denunciar el Concordato con el Vaticano y acabar con los privilegios de la Iglesia Católica y la construcción de un estado federal y laico, tampoco la subida como pretendía Pedro Sánchez del salario mínimo interprofesional etc.  

Todos esos compromisos electorales del Partido Socialista y otros muchos, seguro que podían haber sido acordados con Podemos, entonces… ¿por qué el PSOE optó pactar con Ciudadanos?, que salvo las aportaciones como las medidas regeneracionistas del sistema democrático ambiciosas pero racionales y que deberían ser asumidas, como pretendían con la disolución de las desfasadas y obsoletas instituciones del Senado y diputaciones provinciales, impusieron en el pacto suscrito con los socialistas, la mayoría de las suyas en lo económico y social, que tienen un marcado acento conservador.

El principal argumento que esgrimía el PSOE para no pactar con Podemos era que éstos apoyaban un referéndum en Cataluña, pero quedó desmontado cuando Pablo Iglesias expuso que al respecto, Podemos asumiría la decisión y acuerdo que pudieran adoptar sus homólogos catalanes y los socialistas del PSC. Sobre el mismo tema y en los 30 puntos planteados por Compromis, para desbloquear un posible acuerdo entre el PSOE y Podemos, se contemplaba aparcar esa medida e ir como quieren los socialistas a un modelo de estado federal.

En lo referido a los puestos para configurar un hipotético gobierno, Podemos que inoportunamente se había postulado para una serie de ministerios y la vicepresidencia para Pablo Iglesias,  rectificó renunciando éste a ese y cualquier otro cargo.

Igualmente Pablo Iglesias reconociendo su equivocación cuando acusó a Felipe González por el tema de los GAL y las muertes de Laza y Zabala pidió disculpas. En consecuencia, las diferencias y/o desencuentros que se habían producido entre el PSOE y Podemos para pactar la investidura de Pedro Sánchez se aclararon y rectificaron.

Los vetos entre Ciudadanos y Podemos marcaron todo el proceso de negociación, haciéndose prácticamente imposible un acuerdo del PSOE con ambos. El pacto del Partido Socialista con Ciudadanos, aparte de ser ideológicamente contranatura, por su composición numérica hubiera sido menos consistente, que si lo hubiera suscrito con Podemos.

De cara a las elecciones del 26 de junio, al PSOE se le podría complicar su situación en caso de no conseguir un mejor resultado que el obtenido el 20 de diciembre y sobre todo si la coalición entre Podemos e Izquierda Unida (Unidos Podemos) logra sobrepasarles en votos y escaños, dificultando  a los socialistas por estar en minoría, protagonizar unas futuras negociaciones para configurar y presidir el próximo gobierno.

A no ser que desde los jerarcas y la mayoría de los dirigentes “socialistas”, acuerden la participación activa con el voto a favor para el gobierno de Gran Coalición: PP, PSOE y Ciudadanos, o pasiva (abstención), posibilitando el gobierno de la derecha: PP y Ciudadanos.

Si se cumple las encuestas, lo más probable es que lamentablemente  el PSOE no volverá a tener la oportunidad que se le produjo después del 20D, sobre todo si pasa a  ser la tercera fuerza política, detrás del PP y de Unidos Podemos, en cuyo caso es de esperar que por afinidad ideológica y proyecto en gran medida compartido, apoye a éstos y no al Partido Popular con toda la corrupción que tiene muy arraigada y lo que representa: injusticias, falta de libertad y cada vez más desigualdad.

Para conseguir su investidura, Pedro Sánchez estuvo exigiendo a Podemos apoyo incondicional y por no facilitárselo, pasó a acusarles de permitir la permanencia del PP en el gobierno. Con arreglo a ese mismo argumento, los socialistas que en la consulta no votamos a favor del pacto (ambiguo) suscrito con Ciudadanos, estaríamos igualmente de acuerdo en que el Partido Popular siga gobernando.

Nada más lejos de la realidad, quienes no apoyamos el pacto con Ciudadanos lo hicimos desde la coherencia y para que el PSOE recupere valores perdidos, lo que ha propiciado la creación y arraigo de Podemos.

El PSOE (sus dirigentes), tiene ante si, el gran reto de no seguir decepcionando a sus militantes y simpatizantes, de lo contrario, seguirá en franca decadencia  de incalculables consecuencias.   

* En La casa de mi tía por gentileza de Antonio Aguado Suárez