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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

Nuevamente colonizados por la fuerza de las armas - por Ana Beltrán

Eso es justamente lo que quiero decir, ni más ni menos. Sólo con Canarias se atreve el Gobierno a cometer tamaño atropello; con cualquier otra región no se atrevería. 

Nuevamente colonizados por la fuerza de las armas - por Ana Beltrán *

Eso es justamente lo que quiero decir, ni más ni menos. Sólo con Canarias se atreve el Gobierno a cometer tamaño atropello; con cualquier otra región no se atrevería. Desde luego no le voy  a pedir que  ame  a esta tierra, ¡faltaría más!, pero sí que la respete. Que sepa que tenemos derecho a ello. El ataque del ejército contra  unos  ciudadanos  desarmados, sólo por defender pacíficamente lo más que defendible, ya nos deja claro la calidad humana de estos gobernantes, su falta de empatía con los habitantes de esta  región, con sus  problemas habituales y  los  que las prospecciones  petrolíferas  les  va  a acarrear. Pero qué vamos a esperar de este Gobierno, el peor en la historia de la democracia. Qué valientes todos los que lo componen,  y más que ellos uno que no quiero ni nombrar,  tanta es la vergüenza.  Siempre hubo quien traicionara a su tierra, no hay más que recordar a aquellos afrancesados…  Ahora no hace falta ir  tan lejos, ni en el tiempo ni en el espacio.

Pero volvamos al ataque del ejército. Parece mentira  que la  historia se repita: después de más de 500 años nos vuelven a encañonar. ¿Hasta cuándo vamos a permitir tanto mal trato, tanta humillación? Ya no sé si los actuales mandamases, ésos que nos mal gobiernan,  actúan  así  por  inoperancia o por desvergüenza; creo que de ambas cosas andan más que sobrados. Hace poco, escuché a una tertuliana en la radio nacional que venía a decir algo así como que los canarios deberíamos aceptar las prospecciones de buen grado, casi como un regalo, que para eso somos los más pobres entre los pobres. Y no es que no sea cierto, pero su forma despectiva tenía mucho de colonialista.  Confieso que al oírla se me revolvió el estómago.

Hoy me pasó lo mismo escuchando a la señora Hernández Bento, fiel vasalla de  tal señor. Con estos oídos que ha de tragarse  la tierra,  o tal vez devore el fuego, le oí decir que el ejército está ahí para defender los intereses del Estado. Pero,  ¿de qué Estado habla esta buena señora, del estado Repsol? Si es así lo entiendo perfectamente. Como la otra, sólo le faltó decir: Yo, por Repsol, ma-to. Lo grave, para más inri, es que también lo hace con el dinero de los propios canarios.  

* Publicado con autorización de la autora