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jueves, 18 de abril de 2024 15:35h.

O somos sanacas o nos consideran toletes - por Nicolás Guerra Aguiar

"Sigo impactado emocionalmente (incluso con un ligero paralís mental) ante la página 50853 del BOE, 16 de julio. No sé si podré recuperar sensaciones y acciones, pero una teneguiasca convulsión está a punto de borrar la urbanidad recibida desde la niñez y que cual simplona tradición guardo en mis interiores, y ejerzo. Mas hete aquí que, como si de un milagro se tratara, recuerdo de repente ciertos acontecimientos de anteayer y de ayer, quizás porque la memoria quiere hacerme la puñeta o, tal vez, liberarme psicológicamente...."

O somos sanacas o nos consideran toletes - por Nicolás Guerra Aguiar

  Sigo impactado emocionalmente (incluso con un ligero paralís mental) ante la página 50853 del BOE, 16 de julio. No sé si podré recuperar sensaciones y acciones, pero una teneguiasca convulsión está a punto de borrar la urbanidad recibida desde la niñez y que cual simplona tradición guardo en mis interiores, y ejerzo. Mas hete aquí que, como si de un milagro se tratara, recuerdo de repente ciertos acontecimientos de anteayer y de ayer, quizás porque la memoria quiere hacerme la puñeta o, tal vez, liberarme psicológicamente.

  Algún anteayer, cuando el señor Rajoy dijo aquello de «Quiero ser el presidente del Gobierno de España porque quiero ser el presidente de todos los españoles», un periodista le preguntó que si sabía algo de la participación de policías españoles en interrogatorios a secuestrados en Guantánamo. Encochinado, el entonces aspirante a presidente de todos los españoles soltó dos retumbantes «¡coooños!» que habrían significado el paredón de fusilamiento a un profesor en caso de tal interjección a un alumno. Pero al señor Rajoy se le disculpó: era diputado.

  Cuando casi ayer en el Congreso «aquella» vociferó «¡que se jodan!» mientras el señor presidente enumeraba nuevas restricciones sociales, ivas y más impuestos, nadie de su Partido la obligó a dimitir y a disculparse ante los millones de ciudadanos, víctimas propiciatorias de la crisis económica: «aquella» es diputada (¡chaaacho!). Y a quienes aplaudían todas y cada una de las sangrantes medidas, nadie los apercibió por falta de respeto a los ciudadanos sobre cuyas espaldas ya latigadas aumentarán tragedias y padecimientos: son diputados.

  O lo que es lo mismo, quienes presumen y alardean de ser representantes de la voluntad popular olvidan a veces corrección y respeto. Y dan vida con absoluta contundencia oral o manual a todo aquello que merodea en sus cerebros, lo mismo que de cuando en cuando le ocurre en La desheredada a un personaje galdosiano –por cierto, también parlamentario- con las gotas de mercurio arriba almacenadas.

  Pues ya casi influido por sus señorías en tales convulsiones, o al menos en burda imitación a ellas, me vienen también a la boca –no las vuelco en el papel- largas listas de palabros, improperios, palabrotas, groserías, tacos, injurias, voces malsonantes, construcciones insultantes o expresiones ofensivas que nada envidian al Inventario lingüístico del profesor Celdrán Gomáriz. Y, dicho sea de paso, esta obra recoge lo más florido, vulgar y grotesco que se le puede decir a una persona, o de ella.

  Pero que el Ministerio de Interior publique en el BOE la Resolución a través de la cual se nos comunica que 16.287.266 euros (casi dieciséis millones trescientos mil) van a ser distribuidos entre partidos políticos y formaciones con representación en el Congreso es algo que, en las actuales circunstancias, lo vuelve a uno malhablado, por no decir grosero, tosco, vulgar. Así, cagonlá, el PP ingresará millones como tal PP, y además recibirá más de nuestro dinero por alianzas con aragonesistas ((PP-PA) y navarros, es decir, tres fuentes de financiación (en total, casi ocho millones). El PSOE, más de lo mismo: 4.380.000 euros, a los que deben sumarse los 656.000 como Partit dels Socialistes de Canalunya (cinco millones). Y dentro de la Izquierda Plural, el desglose es así: IU, 739.000 euros; IU-Chunta Aragonesista, 51.000 euros.

  No obstante, si lo anterior perpleja, anonada, emputa, la bomba de neutrones viene a continuación: se trata de lo que les corresponde… ¡por el segundo trimestre de 2012! Lo cual quiere decir (¡toma ya!)  que hubo un primer trimestre y que todavía faltan dos. (Todo por nuestra cuenta, y también nos reclamarán el pago de la cama, estoy seguro, y los condones, permítaseme tal vulgar metáfora hiperbólica.)

  Y se trata del Congreso de los diputados. Pero también están el Senado, diecisiete comunidades autónomas y diecinueve parlamentos, con Ceuta y Melilla. Así, descubro que la Comunidad Canaria es la que mejor paga: 76 céntimos por cada uno de los votos obtenidos y 20.457 euros por escaño. La de Castilla y León es la menos espléndida: 40 céntimos y 10.206 euros, respectivamente. En medio, las demás. ¿Y en los cabildos? Más de lo mismo: según datos oficiales,  65 céntimos por cada voto y 1.626 euros por cada consejero. Pero como somos europeos, pagamos a los partidos 32.509 euros por cada escaño obtenido para Estrasburgo. Y 1,08 por cada uno de los votos. Y como sobra dinero, también en los ayuntamientos perciben beneficios económicos: 271 euros por cada concejal y 54 céntimos por voto. ¡Si es que somos ricos!

  Ahora bien: esta multimillonada trimestral es para partidos y formaciones. Porque diputados, senadores, parlamentarios, consejeros cabildicios y miles de concejales cobran nominilla mensual, espléndida y dadivosa. Así, por ejemplo, sin descuentos ni cargos y dietas (que haylos, y muchos), cada una de las sesenta señorías canarias nos cuesta 3.830 euros mensuales; pero si se trata del señor Mayoral, la cuantía asciende a 4.118 euros en bruto (más del doble que en el aula).

  En conclusión: a lo que empezó como 16.287.266 euros trimestrales que cobran los partidos con representación parlamentaria en el Congreso, sumemos las percepciones por senadores, parlamentarios autonómicos y europeos, consejeros cabildicios y concejales. Cuando lleguemos a varias decenas de millones ¡trimestrales!, añadamos las nominillas de todos ellos y de miles de enchufados que se entregan a la causa nacional. (¿Que cómo se llama aquel libro? Apunte, apunte: Inventario General de Insultos. Desde la A a la Z los hay enjundiosos… Uno del siglo XV, «badajuelo», lo reservo para referirme a mí, pues «escribo y doy consejos». Significa  ‘tonto, necio’. Aquí, ‘sanaca, tolete, guanajo, papa frita’, es decir, votante.)

También en:

http://www.infonortedigital.com/portada/component/content/article/15522-o-somos-sanacas-o-nos-consideran-toletes