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jueves, 25 de abril de 2024 15:48h.

El papa Francisco y el viernes de sangre - por Nicolás Guerra Aguiar

 

FRASE AGUIAR

El papa Francisco y el viernes de sangre - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

  MARCHA DE GAZA

 

 

Lo dicen observadores del entramado vaticano: el papa Francisco mostraba un rostro excesivamente serio mientras presidía el Vía Crucis del Viernes Santo en Roma. No aclaran las causas, pero quizás la emotividad del acto -a fin de cuentas rememora hechos fundamentales para los cristianos- impone en el papa ritmos de exquisita sensibilidad arropados por sus pálpitos religiosos.

FRANCISCO

   O acaso ya sabe que el todopoderoso Ejército israelí estaba asesinando a dieciséis civiles palestinos mientras algunos lanzaban piedras y neumáticos ardiendo en la frontera entre Gaza e Israel. A la par, francotiradores hebreos apostados a estudiadas distancias disparaban a placer, a matar, a segar vidas de todo joven activo o simplemente sospechoso. El TAR 21, su fusil de asalto, alcanza hasta los 550 metros.

TIRADORES ISRAELÍS GAZA TAR 21

CASCO ESPAÑOL   Mientras el inerme e inerte joven de la foto (estratégicamente camuflado con llamativa camiseta de intenso color rojo) deposita medio cuerpo en el suelo, otros rambos palestinos intentan socorrerlo. Estos, armados por Satán, llevan invisibles cascos de un solo quilo capaces de resistir impactos de bala de 9 mm, no como los nuestros de dos quilos y medio en Smara (1975), yelmos medievales del Ejército nazi en el interior del Sájara a casi 250 kilómetros de la costa y 40º de media en agosto.

MUERTO GAZA MARCHA DEL RETORNO HAMASSOLDADO ISRAELÍ GAZA

   

   Bien es cierto que los palestinos de la Gran Marcha del Retorno no necesitan monoculares para visión nocturna a tales horas del día, por eso no los llevan puestos con el uniforme. El tonto de la camiseta roja no tenía el obligatorio chaleco antibalas, imprescindible cuando avezados profesionales salen para enfrentarse al enemigo, y mira que se lo dijeron en el campamento. Pero los jóvenes palestinos se creen inmortales, seguramente convencidos de su poder disuasorio ante las balas. O acaso no funcionó el visor que iba a proporcionarle nítidas imágenes del campo de batalla, el diablo son las cosas. O tal vez era su destino, a fin de cuentas ya viene escrito en las estrellas tal como recogen tradiciones orales y literarias.

MARCHA DEL RETORNO HAMAS GAZA

   Quizás a la misma hora el papa se dirigía a los fieles: vínculos de fe religiosa y creencias los identificaban con quien presidía la ceremonia del Vía Crucis. Quizás fue el mismo minuto de la muerte del joven olvidadizo medio cambado en el suelo, escena evocadora de El descendimiento de la cruz, pintura flamenca de Van der Weyden. (Digo evocadora y digo bien, pues las diferencias son notables. A Jesús descendido, por ejemplo, lo acompañan cuatro mujeres, entre ellas su madre desmayada casi en el suelo. Al veinteañero palestino solo tres mercenarios fuertemente armados. Mientras, otros huyen despavoridos.) Pero no importa: la Iglesia rememora aquella crucifixión de su creador. Metro más, metro menos, y a pesar de los dos mil años de diferencia, se trata de la misma tierra.

DESCENDIMIENTO VAN DER WEYDENDESCENDIMIENTO VAN DER WEYDEN

 

   El papa les habló a los 20 000 fieles allí presentes. Y denunció la vergüenza por las guerras. Sospecho cuáles: asolan día a día a millones de afganos, iraquíes, sirios, rohingyanos de Myanmar, yemenitas… obligados a los infiernos de destrucciones, salvajes aniquilaciones, bombardeos, hambre, sed, enfermedades desconocidas en el mundo oriental… Mientras, industrias de la barbarie humana fabrican sofisticados proyectiles de destrucción masiva vendidos a precio de oro, silencios de las sensibleras organizaciones internacionales y aplausos de la multinacional bancaria.

   A la par la civilizada Europa, cuna de democracias y pensamientos occidentales, echa al vuelo campanas de muerte y regocijos ante las guerras: a fin de cuentas se trata de dinero; se manejan cientos de miles de millones, importes de lo que algunos llaman “armamento inteligente”, máquinas para sembrar con cadáveres.

   Sí, Europa se enriquece con las guerras. Pero también condena a muerte a quienes huyen de ellas a través del Mediterráneo: la pasada semana cien personas fueron salvadas en alta mar por el buque humanitario Acuarius. Europa obligó por la fuerza su devolución a Libia, país en guerra. Dos semanas atrás ordenó el secuestro judicial de un barco español de Proactiva Open Arms, Premio ALBA al Activismo de los Derechos Humanos. Se acusa a la ONG de “presuntos vínculos con el tráfico ilegal de personas”. Tres bomberos sevillanos esperan la condena por acciones humanitarias…

   Sí, fueron las palabras del papa ante “Un mundo devorado por el egoísmo donde los jóvenes, los más pequeños, los enfermos y los ancianos son marginados”. Mientras resuenan, los periodistas impactan en sus cámaras imágenes de muertes, asesinatos, demencias humanas; y a la vez temerosos de que cualquiera de los dos bandos armados con exquisitos sensores confundiera el clic de las fotos con el suave susurro del gatillo de los, AK – 74, M – 27 israelíes…

PALESTINO MUERTO Abdelfatá Abd al Nabi   Para el Ejército israelí, claro, todos son terroristas. Y como tales, se ponen a tiro de los cien francotiradores. E incluso les dan la espalda cuando huyen. Es el caso de Abdelfatá Abd al Nabi, palestino de 18 años y cuyo asesinato fue grabado. Tiene, en efecto, un neumático entre sus manos: pero corre en sentido contrario a la valla fronteriza. Es el blanco perfecto: una bala le entra por la espalda. Otro más para las estadísticas: 16 muertos y casi 1400 heridos (o son exageraciones propagandísticas de los palestinos y resulta que solo fueron 1000, vaya usted a saber).

   La Gran Marcha del Retorno da su mano a 1948 cuando los palestinos iniciaron la Nakba, éxodo del pueblo ganadero, agricultor y analfabeto: tras la proclamación del Estado de Israel huyeron para salvar el pellejo. Como Abdelfatá setenta años después. Tampoco sobrevivió.  Quizás lo consigan otros palestinos en otras marchas por su tierra: la ONU pide a Israel que solo use “la fuerza letal como último recurso”.

NAKBA

   Pero si en aquellas inmensas llanuras hubo muertes violentas por armas de fuego frente a palestinos armados de piedras y ruedas de vehículos incendiadas, ¿a qué se refiere Naciones Unidas cuando reclama “último recurso”? ¿Acaso al material de guerra surtido por España, Alemania, Bélgica, Austria, Rusia, EE UU, Suecia, Francia…, desde pistolas semiautomáticas hasta los F – 35, aviones de combate de quinta generación?  

 

AK-12AVIÓN F-35

 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

 

NICOLÁS GUERRA AGUIAR RESEÑA