Pasividad ante la nueva Ley Electoral canaria - por Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista *

El Parlamento de Canarias tenía un mandato emanado por el del Estado. a través de una Ley Orgánica, para que en el plazo de tres años, contados desde el 6 de noviembre de 2018, tuviera redactada y aprobada una nueva Ley Electoral. O sea, que desde el pasado 6 de noviembre del 2021 los parlamentarios canarios han venido incumpliendo con la referida ley. Las excusas esgrimidas han sido las de la pandemia y el volcán de La Palma, ninguna sin la suficiente consistencia. Habría sido así, en caso de que gran parte de ellos hubieran estado afectados. El caso es qué, la vida para la mayoría de la población ha discurrido cumpliendo con el precepto laboral y en consecuencia, los parlamentarios regionales no deberían ser una excepción y menos, debido a la labor sin tanto riesgo que desempeñan.

Lo malo, es el tanto tiempo mal gastado y encima,  para prácticamente nada, pues no han tenido que esforzarse mucho para redactar y consensuar entre ellos un acuerdo unánime y sino se remedia, nos impondrán una  nueva Ley Electoral, que es prácticamente igual a la existente que había reformado a la original, sólo con la inclusión de la lista electoral regional, de 9 diputados y la bajada de los topes insulares del 30 al 15% y regional del 6 al 4%. Semejante bodrio fue el que nos rigió en las pasadas elecciones autonómicas. Siendo peor el remedio que la enfermedad y es qué, con esa bajada del tope insular, se les ofrece la oportunidad a populistas locales, de grandes zonas y barrios existentes en Gran Canaria y Tenerife, que en población duplican o triplican a islas menores como las de El Hierro y La Gomera, para configurar sus organizaciones políticas y obtener representación parlamentaria, haciendo aún más ingobernable a nuestro archipiélago.  

Está visto que vamos a tener qué, seguir soportando el insolidario e injusto insularismo, que tanto daño nos ha venido causando, dividiéndonos y en ocasiones enfrentándonos, en menoscabo de nuestra unidad. Las oligarquías insulares seguirán de enhorabuena, practicando el divide y vencerás. Cada una de ellas defendiendo sus propios intereses en connivencia y complicidad con sus organizaciones políticas y en este caso, igualmente con el apoyo de los parlamentarios canarios

A este paso, no sería de extrañar que aún teniendo las mejores condiciones: clima, paisajes, playas, situación geoestratégica entre tres continentes: Europa, África y América para estar a la cabeza de todo lo bueno del país, continuemos estando pero en lo malo: mayor paro, precariedad laboral y bajos salarios, más elevado abandono y fracaso escolar, elevadas listas de espera médicas y para atenciones sociosanitarias, incluida la Ley de la Dependencia con una media de mas de dos años y medio, para cumplimentarse el expediente administrativo que da el derecho a su percepción. Embarazos de jóvenes no deseados, etc.

Esta más que visto que la sensibilidad de los parlamentarios canarios brilla por su ausencia. Lógico, teniendo en cuenta que tienen su vida garantizada, viviendo muy bien como profesionales de la política. Acceden a los cargos sin grandes méritos o ninguno, pero pueden perpetuarse en los mismos, ya que no hay nada que se lo impida a través de una adecuada ley electoral y de partidos políticos, que contemplen de forma natural la regeneración y renovación de la vida política. De entre todos los casos, se puede contemplar como uno de los ejemplos más significativos el del presidente del propio Parlamento de Canarias, que con apenas 48 años de edad, lleva 23 en cargos institucionales y viviendo de ellos.

Empezó en 1999 como concejal del Grupo Municipal del PSOE en el Ayuntamiento de La Laguna y estuvo en ese cargo hasta 2011, cuando pasó a ser director general de Comercio y Consumo del Gobierno de Canarias, donde permaneció hasta  2015. A partir de éste año y hasta la actualidad, es diputado regional y desempeña el cargo de presidente del Parlamento de Canarias desde el 25 de junio de 2019.  

El deterioro y degradación de la vida política, es cada vez más evidente, como se demuestra por el incumplimiento del articulo 6 de la Constitución: “los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Aguado Suárez