Pegasus y el ciberespionaje de altos vuelos - por Erasmo Quintana *

Sorprendente es comprobar que las cloacas del basurero hayan caído sobre políticos del Gobierno, independentistas catalanes y vascos, así como abogados, periodistas y sus familias, pero sobre todo en la ministra de Defensa, Margarita Robles, la directora del CNI, Paz Esteban y el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuestionando y poniendo en peligro los cimientos de esta democracia.

Estiman que se extrajeron 2.6 gigas del teléfono presidencial y 9 megas en el de la ministra de Defensa. Se desconoce el contenido y grado de sensibilidad de las informaciones robadas, pero lo más grave de todo es que hay sectores del mismo Estado que conspiran contra el propio Gobierno y contra representantes de la soberanía nacional a través de mecanismos ilegales, a lo que se añade la legitimación por parte de la ultraderecha española con estas actitudes, como ejemplificó Macarena Olona, diputada de Vox en el Congreso, cuando se quejó: “Poco les han espiado”, expresando un clarísimo deseo de “involución democrática”. Observen estos claros y reveladores detalles los displicentes y pasotas de la política.

Parecen cosas de las películas de James Bond por lo rocambolesco de las escuchas telefónicas realizadas mediante el programa Pegasus a los partidos independentistas catalanes y vascos, hackeo en el que también aparece involucrado el presidente, Pedro Sánchez y su ministra de Defensa, Margarita Robles. En el mismo caso resulta estar también la exministra de Exteriores, González Laya, con ocasión del incidente con Marruecos por el problema de la avalancha migratoria del año pasado. En lo que tiene que ver con el espionaje a los independentistas, no se sabe si se hicieron por el CNI con la preceptiva autorización judicial, que en el caso catalán, Paz Esteban, demostró que sí. El hecho cierto es que, a día de hoy, todo está sumido en la nebulosa, un arcano. Tampoco se sabe qué temas fueron espiados y si han sido causa de algún país extranjero, o fue nacional. Todo se halla en la incógnita. La pegunta que nos hacemos es ¿en qué situación quedan el presidente Sánchez y su ministra de Defensa? En el más absoluto de los ridículos; y la ciberseguridad estatal, grotesca y lamentable situación también en la que queda. La Audiencia Nacional -han dicho- investiga el caso. ¿Quién espía a quién? Al mismo tiempo se está a la espera de la depuración de responsabilidades. Sin embargo, todo es tan volátil, que lo que hoy es negro, mañana es blanco.

Los partidos de la investidura ya han solicitado una investigación parlamentaria, a la que ya se opusieron PSOE, PP, Vox, Cs. Votaron a favor UP, ERC, EH, Junts, PdeCAT, la CUP, BNG, PNV, Más País y Compromis. ERC afirmó que la situación de Margarita Robles y la directora del CNI, Paz Esteban, es insostenible. Más tarde hemos sabido que el presidente Sánchez arropa a su ministra Robles, sin decantarse, al parecer, por la directora del CNI, que puede caer; todo es posible.

En el escándalo Pegasus, Sánchez ha dicho, “Aquí la única pregunta es quién ha fallado, y la respuesta clara: los servicios de inteligencia; no tiene mucho más”. Y el diputado Rufián: “No se entiende, decimos nosotros, que se anuncie hace 24 horas unos espionajes de hace un año. Inexplicable”. A lo que añadimos, el asunto es muy vidrioso, cuando menos, para nuestra lógica. También hay que tener en cuenta que el programa Pegasus lo tienen veintidós países, donde prospera el ciberespionaje y su ciberinteligencia. En lo de ser espiado, acompañan al presidente Sánchez, que se sepa, Macron, Merkel, Johnson y López Obrador. Mientras tanto, Sánchez no quiere investigación en el Congreso, pero deberá comparecer en un pleno para dar cuenta del escándalo, cosa que fue solicitada por todos los grupos políticos del Hemiciclo. La materia de que se trata es en extremo sensible porque entra en el ámbito de los secretos oficiales del Estado.    

El exvicepresidente primero del Gobierno, Pablo Iglesias, ve insostenible lo ocurrido y cree que es evidente que Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, “no pueden seguir en sus cargos por una simple cuestión de seguridad”. Además, que “hay sectores del propio Estado que conspiran contra el Gobierno de la nación y los representantes de la soberanía popular a través de mecanismos claramente ilegales. Íñigo Errejón, de Más País, dijo: “Tienen que rodar cabezas y depurar responsabilidades”. Que el espionaje con el programa Pegasus, made in Israel, es un caso de cajón para que se realice una comisión de investigación en el Congreso. Y Xavier Sardá, que cree que “los servicios de inteligencia van por su cuenta, y que hay que darlo a conocer”. Si el Pegasus viene con las instrucciones del escudo para detectarlo, ¿cómo es que pudieron darse las escuchas de espionaje?

Nos hemos enterado de que lo normal en las comunicaciones ministeriales es que sus móviles estén encriptados para los temas más sensibles y delicados. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, es responsable de los móviles de Sánchez, así como del secreto de las comunicaciones. También se ha conocido que en el caso del presidente, hasta que no se hizo el análisis del móvil oficial, no se supo que estaba siendo espiado. Asimismo, el Centro Criptológico Nacional detecta la gran vulnerabilidad ante el espionaje por medio del programa Pegasus. Varios líderes políticos mundiales, por este mismo medio, habrían sufrido espionaje como eficaz arma política. Cincuenta mil espionajes en todo el mundo, y Marruecos el mayor espía que sufrimos.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana