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viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

irresponsabilidad de representantes políticos, la falta de coraje del Gobierno central y la ausencia de la autoridad única para todo el territorio

Peligrosas y torpes osadías políticas - por Nicolás Guerra Aguiar

 

FRASE GUERRA AGUIAR

 

Peligrosas y torpes osadías políticas - por Nicolás Guerra Aguiar *

Grandes, medianas y pequeñas ciudades españolas inauguraron la noche del pasado sábado la iluminación navideña, derroche de dinero público como si la situación económica invitara a tales despilfarros. A la par se potencian desde el poder situaciones de altísimo peligro para la población. 

NAVIDAD MADRID 2020

Trillones de luminiscencias e impactantes fulgores -fomentados, insisto- hicieron salir de sus casas a millones de españoles que, ante la aparente desidia de gobernantes, abarrotaron calles y plazas con absoluto desprecio a las elementales normas para combatir el coronavirus. ¡Torpes osadías municipales, atoletadas imprudencias!  

almeida   La irresponsabilidad de representantes políticos, la falta de coraje del Gobierno central y la ausencia de la autoridad única para todo el territorio (excepcionalmente en estas fechas) llevó al alcalde de Madrid, señor Martínez-Almeida (valga como ejemplo), a la peligrosísima contradicción de invitar al disfrute de la iluminación y, a la vez,  “cumpliendo todas las normas […], mantengamos todas las precauciones” cuando una de ellas, elemental y reiteradamente repetida por científicos y personal sanitario, insiste en las distancias físicas entre personas. 

NAVIDAD LUCES Y GENTE 2020

  Así, las imágenes publicadas por distintos medios de comunicación echan por tierra tal básica medida profiláctica: en la madrileña calle Preciados (tomémosla como modelo generalizador), por ejemplo, no cabía un alfiler, hipérbole lingüística pero tremendamente gráfica. 

  ¿Y qué añade como golosina el señor alcalde de Madrid a los nocturnos resplandores navideños? Pues... veintidós belenes: uno, en el palacio de Cibeles; los otros, por los  demás distritos. Pero añade: "Las aglomeraciones pueden suponer un riesgo […] El Ayuntamiento activará todas las medidas  imprescindibles para evitar que se puedan producir aglomeraciones que supongan riesgos". Es decir: no se mezclen, pero vengan a ver los nacimientos. Demencial.  

BELEN MADRID

   Sí,  demencial y contradictorio. Los ayuntamientos echan la casa por la ventana para impactar en sensibilidades ciudadanas; convocan a recorrer calles relumbrantes, portales... y a vivir intensamente los días prenavideños. ¿Acaso esperan por parte de la muchedumbre, a cambio, un comportamiento ejemplar y ejemplarizante, civilizado y racional,  ordenado y rigurosamente cumplidor de normas, conductas no logradas ni tan siquiera en Alemania? ¿O quizás ansían, como Machado, “otro milagro de la primavera”, “primavera” como símbolo poético de renacimiento, esperanza e ilusiones?

otro milagro de la primavera machado

PLAZA FARRAY   Frente a la reclamada “concienciación ciudadana” basten dos ejemplos cercanos e inmediatos. Noche del domingo pasado, plazoleta Farray: grupos de jóvenes allí concentrados -también inmunes al covid-19, ¡sanacas!- bebieron, bailaron y cantaron con la tuna a las sombras de la nocturnidad mental sin mascarillas ni distanciamientos, como en Pedro Hidalgo durante otra euforia botellonil… (Sus padres, quizás, duermen el placentero sueño de la corresponsabilidad mientras los vecinos, obligados a saborear las gotas de tarós y tarosadas, maldicen desde ventanas y balcones con sonoros exabruptos que hablan de madres, meretrices, relaciones filiales...) 

  ¿Pero qué puede esperarse tras el bombardeo propagandístico durante los días actuales sobre luminarias, estrellas de Belén, campanilladas de Papá Noel, árboles de fugaces astros policromados que giran y revolotean a velocidades de vértigo? Solo lo obvio, claro: la gente se echa a la calle. Y los ayuntamientos permanecen impertérritos ante las muy previsibles masificaciones, como si el “espíritu” navideño llenara de bondades,  dulzuras y benevolencias al conocido virus a cuyo favor hay, ¡qué tragedia clásica!, millones de muertos y decenas de miles en Europa (salvo Noruega, Finlandia...), la superdesarrollada Europa en cuyas geografías se sitúa España: “Su Sanidad está entre las mejores del mundo”, se pregonaba. La ceguera que denuncia Saramago.

CANARIAS DESTINO SEGURO

  Sí, escapan Finlandia, Noruega… ¿Influyen, quizás, idiomas, las industrias conserveras o las mareas? En absoluto. Ambos países  se enfrentaron radicalmente con prevenciones desde las primeras urgencias: impusieron cuarentenas sin discusiones ni alternativas. Los gobiernos actuaron con autoridad, rigor, seriedad y fundamentación científica de la más alta cualificación profesional, ausentes en España. Sin ambages, pase lo que pase. Como en regiones chinas: aislamientos preventivos... antes de los posibles brotes. ¿Resultados? No solo le van ganando la batalla al virus: salvan también la economía. (Por cierto: España va ya por 45 000 muertos.) 

CIUDAD CHINA VACÍA

   España, claro, es otra cosa. Granada, por ejemplo, ciudad durísimamente flagelada por la plaga reabre restaurantes, bares, tabernas y fogones (¡son prevísperas navideñas, paz y amor entre todos!) tras veinte días de cierre absoluto, cuya efectividad es notoria. ¿Y qué harán ahora miles de granaínos, cuya vida de mediodías y atardeceres volverá a circular por Navas, Plaza Nueva, Pedro Antonio de Alarcón,  Plasiegas, Pan, Rosario, Lepanto… (¡oh, las habas con jamón, manitas, alcachofas naturales, fritá, migas, remojón con bacalao…) normalmente en grupos? ¿Cómo les va a llegar el mensaje oficial del presidente de la Comunidad (“Sigue siendo una situación preocupante, nos jugamos muchísimo") si fue el mismo Gobierno andaluz quien exigió al español el respeto a su autonomía decisoria y se apuntó a víctima perseguida por el señor Sánchez? (Por cierto: el viernes murió un médico de familia granaíno. Coronavirus.)

GRANADA CONFINADA

  Los Gobiernos tienen la obligación de gobernar. Se les entrega el poder no para tentadores autoritarismos o control de libertades bajo excusas de otras galaxias como mayor protección ciudadana, descomposición nacional o pérdida de valores patrios. No, en absoluto: el Gobierno de un país democrático debe ejercer la autoridad para beneficio de la propia sociedad. Y el español está legitimado por la Constitución,  tiene las manos libres -si lo avala el Congreso- cuando están en peligro la salud pública,  vidas de ciudadanos...  

  Por tanto, quizás debería replantearse este mes -impactan apariencias de muy peligrosas ambigüedades, incluida la suya- la necesidad de un centro único de coordinación y terminantes dictámenes rigurosamente avalados.  (Así, además, daría descanso a quienes llevan meses de altísima tensión psicológica al mando de comités y comisiones. Ejem.) 

   No obstante, sospecho que ante la pasividad -cuando no supuestos desafíos a  básicas normas- vamos a tener una cuesta de enero muchísimo más pendiente. Si a veinte días de las fiestas navideñas se va imponiendo la idea -sucedió durante el verano- de que todo está bajo control y la victoria sobre el covid es inmediata, las consecuencias serán terribles: saltan todas las alarmas. (Iván, voluntario de la Cruz Roja, murió a los 48 años. Coronavirus.) 


IVÁN LIMA CRUZ ROJA

Iván Lima, voluntario de Cruz Roja

 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Ncviolás Guerra Aguiar

nicolás guerra reseña




 

MANCHETA 21