Buscar
viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

Pequeñas acciones y grandes movimientos, la espiral de la no violencia - por Koldobi Velasco

"Hoy les hago llegar una entrega de un breve relato de algunas reflexiones y aprendizajes del viaje a la conferencia de noviolencia en Sudáfrica. Iré haciendo monográficos de diferentes temas, pero acá, primero, un resumen general." Koldobi Velasco, Alternativa antimilitarista, MOC Canarias

CONFERENCIA NO VIOLENTA
No hay parte en el mundo donde no se construya la paz, gran esperanza en estos tiempos sombríos donde el oscuro es el filtro para ver. Eso sí, desde lo pequeño, lo sencillo, desde la locura de desobedecer, dejando de ser cómplice y parte para recomenzar a ser gente con gente, en procesos de humanización.
 
Nos encontramos más de 220 personas, activistas de 80 organizaciones, de los cinco continentes y de más de 60 países empeñadas en compartir nuestros análisis, dolores, alegrías y estrategias políticas de transformación. Todas convocadas por la Internacional de resistentes a la Guerra, una alianza mundial, creada en 1921, como respuesta a la 1º guerra en la que el mundo tomo el camino de la espiral de la violencia por bandera y en la que con el paraguas común del lema: Contra la guerra que es un crimen contra la humanidad y sus causas” se echó a andar para transitar otras alternativas.
 
Desde la perspectiva que da la hermosa diversidad y la intensa complejidad, comenzamos a comunicarnos las pequeñas acciones y cómo se van generando grandes movimientos de transformación, surcando mares noviolentos, por que como decía un compañero de Kenia: “la violencia es una forma de vida y la noviolencia, como alternativa, es otra; y es la que elegimos”.
 
Constatamos las diversas maneras de hacer violencias, de militarizar nuestras vidas cotidianas, de generar sufrimientos por los vínculos entre capitalismo, militarización y patriarcado, como están colonizando las conciencias de las personas más jóvenes, como la guerra es un negocio y por tanto un crimen organizado, como el gasto militar es un insulto aberrante a la vida, reflexionamos como el extractivismo, práctica colonial y de expolio de recursos naturales, va de la mano de reforzar la militarización de los pueblos y hace sagrada una cultura del desarrollo que solo hace desestabilizar, desposeer, desplazar, deshumanizar y finalmente matar.
 
Nos acercamos al continente cuna de la humanidad donde su riqueza genera pobreza, su seguridad da inseguridad, su agenda de desarrollo promueve subdesarrollo y las ayudas internacionales dependencia y comercio de armas. Un continente castigado, cuyos procesos noviolentos están invisibilizados y con la prioridad de la construcción de la paz, de que nadie tenga condiciones de vida sin vida. Repasamos procesos de resistencia civil después de cambios de régimen, viendo que los cambios que se hacen con pistola, necesitan pistolas para mantenerse y que la noviolencia construye procesos de cambios profundos y duraderos, como la historia nos avala. Pusimos en común formas de construir la paz y de formarnos en noviolencia y cómo afrontar la catástrofe del cambio climático, una auténtica guerra a nuestra naturaleza.
 
Las redes regionales fueron fortalecidas, como estrategia organizativa para seguir construyendo desde abajo y por abajo; especial mención a la red Panafricana noviolenta, en el que participan 33 países y cinco archipiélagos, entre los que nos incluímos Canarias y se añadió el Sáhara Occidental.
 
Compartimos las buenas noticias de las alternativas, hechas a fuego lento, con pico y pala, desde el compromiso inmenso que allí se destilaba, con inmensa alegría y tanta fe (o locura) que se irradiaba verde por todos los rincones. En cualquier caso sabiendo que cada persona que prefiere morir a matar es un paso enorme en nuestra lucha.
 
Hoy y siempre no puede haber paz sin desarrollo justo, ni Justicia sin paz, por eso es la prioridad acabar con la violencia estructural que es ya la 3º guerra mundial que lleva más víctimas que las dos anteriores. Nos contaba una mujer de Ghana, que “construir paz en este momento es dar pan y sembrar semillas, dar mango y plantar la pipa...”
 
En estos tiempos de violencias disfrazadas de pactos económicos, trasnacionales, extractivismos, asesinatos, criminalización de la disidencia,comercio de armas,desigualdades abismales... el llamado claro es a una revolución noviolenta, que ya estamos haciendo, con pequeñas acciones y grandes movimientos, que son un grano de arena pero en el ojo de Goliat.