Postureos o corazón, he aquí el dilema - por Antonio Criado
Postureos o corazón, he aquí el dilema - por Antonio Criado, socialista de Utrera *
La memoria es el escribano del alma. (Aristóteles)
Repasando recortes de prensa, me encuentro con uno que me trae recuerdos imborrables, una de las más comprometidas de mi larga vida de activista por la paz, pero que me dejó una sensación de que nunca sabemos lo que somos capaces de hacer.
Corría el 2008, cuando un compañero de Albacete que solía hablar conmigo sobre temas de la OTAN, me llama y me dice que viene a Sevilla y quiere hablar conmigo. Yo, que he organizado preparado y dirigido más de diez años la Marcha a Rota y Morón contra la OTAN, le digo que vale que me avise. Un sábado de mañana me llama y me dice que está en Sevilla, en lo que era la antigua estación de RENFE Plaza de Armas.
Me desplazo hacia allí, nos saludamos y pasa a contarme el porqué de su visita, “Antonio un grupo de compañeros estamos pensando hacer una acción anti OTAN en Bruselas y hemos pensado en ti, por tu compromiso y experiencia”, me dejó sorprendido, como es lógico me asaltaron varias dudas, ¿Quiénes iríamos, cómo, con qué medios? y lo más importante ¿cuál era la acción?
Juanjo, que así se llama este compañero, me lo pone todo muy fácil, iremos en mi coche, serán cuatro días, allí nos acogerán y todo está preparado, será una acción de protesta internacional, acudirán activistas de toda Europa. Vale le dije ¿yo desde Sevilla, como me voy? Pues te vienes a Albacete o a Madrid y allí te recogemos. De acuerdo.
La aventura comienza mal o yo me confundo o el me lía, cojo el AVE y me planto en Madrid en la puerta del Ministerio de Agricultura, allí me tendría que recoger. Pasa el tiempo, las horas y allí no aparece nadie, ya desesperado le llamo y Juanjo me dice que no que las fechas están equivocadas y que es dos días después, despotricando no sé qué hacer, muy enfadado, cojo el AVE otra vez para Sevilla acordándome de tó...
Cuando llego a casa, Esperanza se sorprende y me da la vara, me llama Juanjo muy preocupado ,el viaje es mañana que vas a hacer, yo ya no tengo dinero para más y además me sentó muy mal el malentendido, “hombre por favor no me dejes tirado”, me lo pienso y por la mañana cojoel tren para Albacete, en la estación me espera Juanjo, nos saludamos y me pide disculpas, me lleva a su casa , me presenta a su familia, familia por cierto encantadora, tendremos que hacer noche allí para salir de madrugada.
Tras asearme me lleva a un local donde están los compañeros que nos acompañan en el viaje, tres más Juanjo son de Albacete, un chico de Elche, otro de Bilbao y yo, hablamos del viaje, sobre la intendencia y la acción, tomamos unas tapas y nos retiramos a descansar.
Casi sin pegar un ojo ,nos levantamos, cogemos el coche, recogemos a los demás y partimos camino de Francia. Por el camino me voy enterando de detalles que Juanjo no me había contado y, tras muchas horas de carretera llegamos a Bruselas. Buscamos el centro social donde nos reuniríamos con las demás delegaciones internacionales, lo encontramos, aparcamos el coche y entramos. Aquello estaba lleno de gentes, todas muy Jóvenes, de diversos países, los organizadores eren una organización belga muy bien coordinada, un grupo de abogados, un grupo importante de mecenas que nos acogieron en sus casas, a los que no cabíamos en el centro. A mí me sorprendió tanta organización, acostumbrado yo a como lo hacemos aquí en España.
Los compañero belgas nos preguntaron si queríamos comer allí, ya que un grupo de creo que eslovacos cocinarían estilo vegano. Yo no conocía esa cocina y dije que vale. Tremendo error, que mal comí. El primer día, la novedad bien, pero a partir de la tercera comida todo me sabía igual, cuando veía los pollos asándose dando vueltas en los escaparates de los restaurantes, hasta salivaba y todo.
Hicimos la primera reunión donde nos presentamos todos y cada cual dijimos a quien representábamos. Cuando yo me presenté, me pareció que no hizo gracia el que yo fuera responsable de la secretaria de Política Internacional de IULV-CA (Izquierda Unida Los Verdes, Convocatoria por Andalucía), pero bueno, yo no hice mucho caso y como tenía claro mi papel allí, pues al loro. A la mañana siguiente nos desplazamos a un centro social en el centro de Bruselas. Era un centro social precioso, todo de madera, espectacular.
Allí ocurrió lo más sorprendente; yo que tenía claro que iba a una protesta o manifestación y que había prometido a Esperanza no meterme en líos, lo que allí ocurrió es para un buen estudio. Un chico tomó la palabra y muy pedagógicamente fue desgranando qué es la OTAN, a qué se dedica, qué hay detrás del brazo armado... de pronto, nos hace una pregunta ¿a qué habéis venido a Bruselas? Cada uno contestó lo que personalmente pensaba, yo contesté lo que ya he relatado: yo estoy aquí para manifestarme contra la OTAN.
Vale está muy bien y nos manifestaremos contestó el joven, pero estamos pensando otra opción, ¿Quiénes estarían dispuestos a asediar el cuartel general de la OTAN? Los que solo quieran manifestarse, que se pongan es esa pared, los que no quieran hacer nada a esa otra pared y los que estén dispuesto a asaltar el cuartel a esta otra.
Yo me fui a la pared de solo manifestase, pero una vez en la pared estábamos bastante gente, en la pared de no hacer nada solo unos cuantos y en la de asediar todos los más jóvenes, yo me lo pensé y me dije, ya que estoy aquí y si además se me apetece, no me voy a perder esta ocasión; además Esperanza no se va a enterar y me desplacé al bando “cafre”.
Tras esta selección del personal, salieron a escena tres Jóvenes que desplegaron una mesa y sobre ella vaciaron tres paquetes de lacasios (Pastillitas de chocolate de colores) con estas pastillas fueron diseñando la táctica que desarrollaríamos al día siguiente; se separaban por colores, cada color era una bandera y detrás de la bandera nos poníamos los diferentes grupos, a mí me pusieron en el Rosa (pink) cada grupo tenía una misión.
El resto del día lo pasamos ensayando y preparándonos. Nadie sabía la misión del otro grupo, el mío era de distracción. Ya los medios habían dado la noticia de que estábamos en Bruselas y teníamos siempre tres o cuatro policías detrás, esa era nuestra labor hacernos ver y atraer a cuanto smás policías mejor.
Ya por la noche el grupo de juristas y abogados, nos estuvieron dando instrucciones de cómo actuar, contestar y defendernos, teléfonos de contactos, qué ropa llevar y a mí uno de aquellos jóvenes me recomendó, que si quería llevar teléfono, donde meterlo, porque casi con seguridad o me lo partiría, o lo perdería. Yo me lo metí en el calcetín casi en el borde de la zapatilla.
Y llego el día D. Bastante nerviosos cogimos nuestra bandera rosa, y nos pusimos detrás; cientos de personas se fueron sumando, policías de esos que se ven de dos metros, con unos perros que parecían becerros de grandes, nos cercaron y caminaban con nosotros, dimos tres vueltas por los barrios lujosos del entorno del parlamento por una barriada de chalets, y los polis detrás. Enfilamos hacia el Cuartel General de la OTAN y allí ya se armó, el nerviosismo en los polis iba en aumento, curiosamente mi cuerpo estaba en calma total, sabía qué estaba haciendo y lo que me podía acarrear.
Llegamos las tres banderas por sitios diferentes y cuando vimos la verjas, nos tiramos para ella según habíamos ensayado, pero había dos policías roperos por cada uno de nosotros. Al chico de Elche le vi como uno de aquellos gigantes lo arrastraba por los adoquines, como si arrastrase un saco. A mí se me rodeó y uno de aquellos grandotes me instó a que pusiese las manos detrás, para ponerme la correílla. Por señas le dije que no y el tío se me encabritó. Viendo que me iba a zurrar le señalé que a la espalda no, que delante; y le puse las manos. Con muy mal genio me pego un apretón que casi me corta las muñecas. Hay por los medios fotos de como detuvieron a gente que solo miraba desde lejos. A una abuela con ochenta años la rodearon de polis a caballos y la esposaron .
Trajeron unos autobuses y nos metieron en ellos y nos llevaron a no sé dónde. Allí nos tuvieron más de tres horas, secuestrados, es allí donde nos enteramos que los chicos del grupo azul consiguieron entrar al cuartel general. Unos trescientos activistas han puesto en evidencia estratégicamente, a la organización más poderosa del Europa y del Mundo.
Dentro de los autobuses cundía la preocupación, de pie, con sed calor, ganas de evacuar, los nervios lógicos, la suerte es que con nosotros estaban los Payasos Universales, que entre bromaS y puñeterias que le hacían a los armarios nos hicieron, más soportable la espera, con aquellas correíllas clavadas en las carnes. A más de las tres horas el autobús se movió y nos llevaron a los calabozos del Palacio de Justicia de Bruselas. Allí abarrotamos todas las celdas en aquel patio enjaulado. yo me acordé de mi teléfono escondido, y como las correíllas de tanto moverme se me habían aflojado, saque una mano y me busque el móvil. Me puse al fondo de la celda, para no ser visto y llamé a Víctor, un compañero de Europa Pres, ahí se lió ya la cosa , a los diez minutos la noticia recorrió medio Mundo.
Comenzaron sus nervios, llamadas y más llamadas, nuestros eurodiputados, comenzaron a presionar. De pronto recibo una llamada de Esperanza, ¿Antonio tu dónde estás? Yo en el teatro. No, tú estás detenido lo acaba de decir Canal Sur. Que no, que estoy en el teatro. Y esa gente que se escucha ¿quiénes son? Son la gente aplaudiendo. Fue un momento cumbre, adrenalina total, a mi edad y con lo ya arrastrado un HONOR.
Empezaron a negociar con el grupo de abogados nuestro y cuando consiguieron, que nos soltasen sin cargo, previo ficha con fotos de perfil y de frente, nos hicieron firmar y a la calle. Recuerdo que yo tenía puesta la gorra que se me ve en la foto y cuando me estaban haciendo la foto de la ficha, yo veía a uno dirigiéndose a mí, como no le entendía me quede mirando y de mala manera le pego un revés a la gorra que salió volando, uf, me dije a este lo dejan que me dé en la cara y me revienta.
Lo vivido en aquellos días, la actitud de todos y cada uno de los que allí participamos, la generosidad de personas anónimas, esos payasos del mundo, los estrategas tácticos, todo es una masa de recuerdos, una experiencia única que jamás olvidaré , porque es ahí en esos momentos es donde se demuestra quien eres y a qué juegas. Ahí no valía, ni trampa ni cartón, pocas gentes de moqueta y mucho corazón.
¡¡A mí de siempre la OTAN no me da tranquilidad, me da terror!!
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Criado
