El presidente castellano-leonés, trincado por el fondajo - por Nicolás Guerra Aguiar *

.  Así, vicepresidencia, presidencia del Parlamento y varias consejerías pasan a sus manos. La verdad es que entre lo conseguido por el señor Abascal (presidente de VOX) y lo ofertado inicialmente por el PP -solo colaboración desde el Parlamento regional- hay abismales, profundas e insondables diferencias. Pasó algo así como lo que en Gáldar se llama “Tener al otro trincado por el fondajo”.

  (Permítame, estimado lector, una aclaración lingüística: la voz “fondajo” -‘Parte trasera de los pantalones’- no la registra el Diccionario de la RAE, pero sí “fondillo” con el mismo significado. El Diccionario Básico de Canarismos, el Ejemplificado de Canarismos y el Histórico-Etimológico de Canarismos remiten el término a “fondaje”: ‘GC. 1.  Pequeña cantidad de un líquido, generalmente con sedimentos o impurezas, que queda en el fondo de un recipiente’. Por tanto, parece que la forma “fondajo” es una variante norteña de “fondillo”, la reconocida por la RAE. Pero es / fue usada también en el Sureste isleño: el señor Cerpa Acosta, economista y abogado, insistente lector y grancanario, no dudó en definírmela como ‘Parte trasera de los calzones’.)    

  Salvado el lapsus para la precisión lingüística, retomo el planteamiento iniciado en el primer párrafo sobre el pacto de gobierno PP / VOX en Castilla – León e, inocentemente, me planteo dos preguntas: ¿hubo reparos? ¿Algún microátomo de pudor, recato, nocturnal autoflagelación del señor Fernández Mañueco frente a tal impuesta claudicación a pesar de su inicial negativa? 

  En absoluto: trátase de “lo normal” según las generalizadas, relajadas y relajientas normas del ceremonial. Recordemos: el PSOE mantiene el pacto e interesados entendimientos con Podemos (“¿Con libertarios? ¡Ni de coña!”, oyose por doquier) y otras fuerzas (“¿Con Bildu, HB? ¡Jamás!”), pues necesita apoyos directos e indirectos a nivel nacional; el PP aznariano se hermanó con independentistas catalanes -incluía catalanización lingüística en la intimidad-; la tránsfuga canaria señora Espino repudia a Ciudadanos y saltaperica hacia CoATIción Canaria agarrada al acta de concejala, aparentes desequilibrio, desajuste político… (La misma CC, por cierto, que -2019- pidió en Tenerife la dimisión de dos consejeros cabildicios de Ciudadanos expulsados por el partido tras apoyar una moción de censura.)

  La presencia de VOX en los más importantes órganos de decisiones políticas de Castilla – León, ¿podría (el potencial / condicional solo indica ‘posibilidad’) desestabilizar, romper sensibles estabilidades, perturbar la consistencia rigurosamente imprescindible en un Estado democrático tal como apunta la Constitución Española en el preámbulo:  “[…] establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran”?   ¿Ella misma se debilitaría?

  Es decir: ¿podría afectar a planteamientos doctrinales básicos en un Estado de derecho sin condicionantes ni restricciones por razones de raza, religión, color de la piel? ¿Traducirá limitaciones a derechos como absoluta libertad para elegir la  orientación sexual, reclamar la voluntaria interrupción del embarazo, educación aularia en valores de respeto, libre albedrío, conciencia social, antiadoctrinamientos? 

  A fin de cuentas cuatro chorraditas, caprichosas banalidades, ya lo sé: lo importante es mantener el poder aun a costa -hipotéticamente, claro- de elementalidades éticas, decoro y pureza. (Por cierto: para no herir susceptibilidades, ¿el señor ppresidente de Castilla – León hará oídos sordos a la Ley de Memoria Histórica, diciembre/2007? ¿Y su Gobierno al completo defenderá “la discrepancia”?)  

  ¿Qué hará el concienciado nuevo Partido Popular terminada (¿tregua?) la etapa de vociferaciones, insultos, desprecios, prepotencias, vacíos programáticos, vaivenes a conveniencia, mentiras…? ¿Rompería lazos con algunos no caracterizados por coincidencias con el renovado equipo del señor Feijóo -centrista, moderado, prudente, conciliador… supuestamente? (Por cierto: mientras el aspirante a presidente del PP recorre toda España para exponer su programa ante forofos y militantes, ¿seguirá recibiendo la nómina con cargo a la Comunidad gallega?)

  Para empezar, el futuro presidente lo tiene muy claro: “Es mejor perder un gobierno que ganarlo desde el populismo” (theobjetive.com). Lo cual ratifica el punto de vista -lamento institucional- del Partido Popular Europeo: el PP español debe situarse “En el centro derecha evitando los flirteos con los radicales y movimientos de extrema derecha como Vox". 

 Periodistas y medios afines al PP español tampoco recibieron la noticia entre voladores y papagüevos, Banda de Agaete e improvisadas Rama y Retreta. Así, el señor Vallés (Antena3) es contundente: “Se trata de una decisión […] muy arriesgada para los populares, casi temeraria”. 

  Me sorprendió días atrás un matutino comentario del señor Alsina (Onda Cero), algo inaudito en tal profesional ni tan siquiera prudentemente objetivo frente a la llamada “izquierda moderada”. El impacto detuvo mi caminata allá en las horas del alba: “¡Qué lucidez [la del señor Mañueco] al convocar elecciones para liquidar a Ciudadanos y gobernar solo... y terminar encamado y agarrado por los mismísimos con los de Abascal!”.    

  “Los mismísimos” a los cuales se refiere el señor periodista de Onda Cero no son por textura, volumen, función primera, ubicación y accesibilidad los “fondajos”, próximos (eso sí es cierto) a los primeros... pero fisiológicamente ajenos a los mismos. Se trata, más bien, de una argucia lingüística pues “Agarrar [a un macho] por los mismísimos” con poderío, consistencia y atenazamiento giratorio inmoviliza y bloquea su simbolismo: el macho deja de ser tal cuando “llora como mujer”  (Romancero).  

  Y los tales “mismísimos”, “vulgarmente” conocidos como ‘huevos’ (RAE), forman parte de muchísimas secuencias españolas: “¡Lo impuse por...; Me toca los…; Es cuestión de…; Hay que echarle…; Tócame los…!”. (Sin embargo solo usamos la voz en singular cuando se trata de figurada succión (“¡Chúpame un…!”) o alto precio (“¡Me costó un...”!). Sabia que es la lengua…  

  Difícil lo va a tener el señor Feijóo si reclama coherencia y cordura: quizás el señor Mañueco se encuentre plácidamente pactado… A fin de cuentas durante su alcaldía protegió con policías municipales el medallón de Franco instalado en la Plaza Mayor de Salamanca… quizás puesto por su padre o su suegro (alcaldes franquistas... ambos dos). Dios los junta. ¿Hágase su voluntad?

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar