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sábado, 20 de abril de 2024 11:34h.

Nadie puede estar por encima de la ley, ni siquiera los tribunales supremos

Pueblo y democracia - por Antonio Cabrera de León

 

frase cabrera de león

Pueblo y democracia - por Antonio Cabrera de León *

Ningún rebaño elige pastor. Si naces oveja, él estaba ahí antes de que tú nacieras y seguirá estando cuando mueras. Viene de fábrica. Él decide si serás cordero sacrificado o si serás cabra lechera. Decide durante cuánto tiempo darás lana y serás trasquilada, o cuántos años te ordeñarán y cuándo serás carneada. Decide sobre ti y lo hará sobre los baifos que alumbres, como lo decidió antes sobre tu madre.

Apenas eres parido te instalan un chip en la oreja. La versión actualizada del que le instalaron a tu madre. Cada vez que el viento mece tus orejas el chip te susurra “oveja que bala bocado que pierde”. No pienses, come. No leas, no reflexiones, enchúfate a la pantalla. Así te pastorean desde la infancia para que desees lo que no necesitas y lo pagues con dinero que ellos te prestarán.

Lo de pueblo y democracia no es una redundancia. Sólo los rebaños que luchan por decidir cada día son demócratas. Hay ganados, pueblos enteros, que prefieren un pastor. Gentes que se rinden a un rey que los encadene. Sólo el rebaño que no se deja arrebatar el derecho a decidir ejerce la democracia. No es fácil, nadie dijo que lo fuera. Los pastores se consideran dueños de tu vida y la de tu familia, dueños del prado que necesitas para comer, dueños de todo. Por lo general tienen perros y no les falta ayuda de otros pastores que defienden los privilegios de su clase.

Dijo León Trotsky que “La democracia burguesa y la dictadura fascista son instrumentos de la misma clase: los explotadores”. Yo diría más bien que sin democracia las clases dominantes explotan a los trabajadores bajo cualquier régimen, incluido el que Trotsky creyó que lo impediría. La democracia nos es arrebatada todos los días, a menudo en nombre de la democracia. En cuanto la gente intenta que los muchos gobiernen en bien de los muchos, eso resulta ser populismo (pronúnciese despectivamente). Lo democrático resulta ser, como máximo, elegir una élite que te diga lo que se puede y lo que no.

Somos educados para obedecer, para renunciar a la democracia. Que gobiernen ellos, que inventen ellos. Si aceptas eso borran de tu vocabulario palabras como dudar, discrepar, objetar. No sabrás pronunciarlas, mucho menos ejercerlas. No levantarás la testuz de la hierba por miedo a significarte. Miedo a que te llamen radical si opinas lo que no conviene a quienes quieren gobernar en tu nombre. Así les permites decidir a quién se favorece con lo que es de todos.

Para la democracia el deber de la objeción de conciencia ante órdenes ilegales, o legales pero inmorales. Para la democracia los límites a la propiedad privada cuando atente contra la dignidad de la comunidad. Para la democracia la libertad de expresión defendida junto a cada titiritero, junto a cada rapero encarcelado. Para la democracia exigir la dependencia de la justicia del único poder legítimo, que es el de la población. Para la democracia repudiar el derecho escrito e interpretado para las élites. Ni doctrinas botines, ni supremeo de aforados. Nadie puede estar por encima de la ley, ni siquiera los tribunales supremos que reciben varapalos de instancias jurídicas internacionales y se los pasan por el arco del triunfo.

Hacen falta generaciones de ovejas para prescindir de los pastores, pero hay que persistir o aceptar la esclavitud. El método es sencillo: libertades, derechos e impuestos. Democracia.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León

 

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA

MANCHETA 9