¿Qué tiene que ver el escándalo de UBER con las Areas Económicas Especiales de Venezuela? - por María Páez de Victor
Recomendado por Luis Britto García
¿Qué tiene que ver el escándalo de UBER con las Areas Económicas Especiales de Venezuela? - por María Páez de Victor
“El más grande desafío que las sociedades enfrentan siempre ha sido el conducir su comercio y sus deudas sin permitir que los mercaderes y los acreditadores hagan su lucro abusando de sus clientes y sus deudores.”
(Michael Hudson)[1]
Se hace necesario examinar la mega-industria taxista UBER.
La trayectoria de UBER es como una fábula de Esopo con una lección moral muy profunda.
Excepto que no es fábula
Hace unos días, el periódico inglés, The Guardian,[2] ha revelado un escándalo de mayores proporciones relacionado a la industria taxista UBER. Esta compañía se basa en no emplear choferes para sus taxis, sino cualquier persona con auto propio puede alistarse como taxista en la compañía, la cual no tiene ninguna obligación de prestaciones con el chofer. Los UBER se han proliferado por toda Europa y Norte América, a costa de los taxistas empleados regularmente, sus sindicatos y reivindicaciones. Hasta ahora solamente los taxistas franceses han hecho manifestaciones contra UBER.
El periódico inglés revela que Mark McGann, alto ejecutivo de UBER entre 2014 y 2016, dirigió la campaña para extender esa compañía en Europa, Oriente Medio y Africa. Su consciencia le atormentó por los hechos que él mismo había cometido, y decidió revelar como, a sabiendas, UBER se burló de las leyes y reglamentos en más de 40 países, abiertamente mintió acerca de los beneficios económicos que UBER representaba para esas economías y para los choferes. McGann le entregó al Guardian 124,000 documentos y correos electrónicos para comprobar sus denuncias. A su vez, el periódico compartió los mismos con más de 100 otros periódicos y medios. The Guardian ha iniciado una investigación periodística, The Uber Files con todos los sucios detalles.
Admitiendo su culpa en todo esto, McGann confiesa como UBER se insertó en los mercados violando leyes y regulaciones que rigen a los taxistas y el transporte. Incluso apoyaron manifestaciones violentas. Su tarea era persuadir a los gobernantes que cambiaran las leyes para “crear un ambiente más benéfico a los negocios” esa es la canción de la siniestra sirena.
Pagaron miles de dólares a profesores de alto nivel en Europa y EEUU para que escribieran informes que favorecieran a UBER, recibiendo algunos hasta 100,000 euros por sus falsos informes. UBER penetró los más altos escaños del poder político en países que incluye USA, Inglaterra, Francia, Rusia, España, Holanda, Bélgica, Italia, España, y Canadá con una red de corrupción y de influencia ilícita realmente increíble.
Dice Mc Gann que él mismo se asombró de la facilidad con que se le abrieron las puertas en los corredores del poder, sabiendo que la manera de lograr ésto fue sumamente injusta y anti-democrática. “Me arrepiento de haber formado parte del grupo de personas que disfrazaron los hechos para obtener la confianza de choferes, consumidores y las élites políticas.”
Lo que ha de disparar alarmas es como los políticos, dueños de los medios y jefes de industria, corrieron hacia sus falsas promesas: UBER convenció con mentiras a comisionados de la Unión Europea, embajadores, políticos de alto rango, presidentes, primeros ministros, ministros de transporte, políticos municipales, en fin, todos los que tenían algún poder político. La promesa era “favorecer los negocios.”
Los objetivos de UBER era quitar las regulaciones laborales y de seguridad que rigen los mercados de los taxis, obtener monopolio en las ciudades, transformar el sistema de transporte para que los beneficie a ellos y promover el día en que puedan dispensar de los choferes mismos e instalar autos que se manejen por sí mismos.
La hediondez de conspiración, corrupción, soborno, e injusticia es de tal escala que será difícil que UBER pueda ser considerada con la adulación que hasta ahora ha obtenido.
Y qué tiene que ver todo ésto con las Areas Económicas Especiales (AEE) venezolanas?
La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, casi unánimemente, ha aprobado, en principio, que se establezcan áreas en el país donde inversores, especialmente inversores extranjeros, puedan actuar para fomentar la actividad económica. Se contempla otorgar a las industrias allí establecidas ciertos privilegios relacionados a impuestos y regulaciones. Los detalles de estos arreglos todavía están por determinarse. Y allí está el meollo: como dicen, el diablo está en los detalles.
AEE han sido establecidas en otros países que también deseaban obtener divisas y fomento económico. Lamentablemente, las consecuencias no han sido uniformemente beneficiosas. Es necesario examinar bien a fondo cuales son las mejores condiciones y principios que han de regir estas zonas para que realmente sean de beneficio al país.
Se tiene que partir del hecho que Venezuela necesita desarrollar su capacidad industrial, es decir sus medios de producción. Cualquier medida económica de envergadura que se promulgue, además, tiene que atenerse a pautas del Plan de la Patria y de los principios del socialismo bolivariano que son la base de la aceptación popular del gobierno nacional. Y no se puede permitir ninguna destrucción ambiental.
No es poca cosa como Washington ha atacado a Venezuela con su guerra híbrida.
La inescapable realidad es que las más de 600 mal-llamadas “sanciones”, medidas coercitivas, ilegales e injustas, de los EEUU y sus aliados, desde hace 7 años vilmente han hecho sufrir al pueblo venezolano. Se estima que más de 100,000 personas murieron a causa directamente de estas medidas imperiales.[3] Impidieron la compra de comestibles, medicinas y vacunas, e impidieron la producción y venta de petróleo, todo lo cual redujo los ingresos petroleros del país en un 99%. Destruyeron la moneda, impidieron el uso del sistema bancario internacional, robaron la compañía petrolera CITGO y se la entregaron al mamarracho Juan Guaidó a quien pretendían era el verdadero presidente de la nación. Los fondos venezolanos en el exterior se convirtieron en una piñata: los bancos europeos se los robaron incluyendo el banco nacional inglés se ha apoderado de 32 toneladas de oro venezolano en sus bóvedas.
T. M. Gebewalde,[4] analista de Etiopía, desde un punto de vista más bien capitalista, luego de hacer un análisis de las AEE en muchos países, considera que los AEE de más éxito son los que facilitas agrupaciones de compañías que puedan facilitar entre si tecnologías y mercados. Comenta que algunas compañías, por estar conectadas con cadenas globales, pueden limitar su capacidad de exportar, los abusos laborales son preocupantes, y por último, indica que no ha sido grande el efecto de los AEE en promulgar la tecnología por falta de suministro domestico necesario. Gebewalde concluye que solamente las AEE de China pueden decirse que han sido acertados logrando objetivos deseados. Es muy significativo que los beneficios de los AEE más sobresalientes han ocurrido en la China que goza de un gobierno central fuerte, que no se deja empujar fácilmente por los instrumentos capitalistas como el FMI y el Banco Mundial, o los grandes directores industriales del Oeste. Es menester que Venezuela estudie a fondo este logro de China.
La economía global hoy en día realmente se encuentra en manos de una gran oligarquía que tiene una misma ideología, tal como lo señala el economista Michael Hudson: el sistema imperial busca que las naciones más débiles se endeuden para entonces tomar el control sobre sus políticas económicas. Venezuela tiene que desarrollar sus medios de producción sin caer en la trampa de deuda y financiamiento que le ate las manos al gobierno nacional que puede durar por muchos años venideros.
UBER nos indica como una industria comercial, tan solo de taxis, logra socavar las decisiones políticas, influenciando con mentiras y corrupción, para obtener ventajas económicas. Cuanto más poder no tendrán las grandes petroleras del mundo y las fuertes industrias que desearan abrir sus negocios en las AEE de Venezuela?
Aún hay tiempo para que los diputados y el Ejecutivo analizen con gran detalle las circunstancias en que desarrollaran las AEE. Pueden considerar, por ejemplo:
· Desarrollar conjuntamente con CELAC una serie de principios y prácticas para el establecimiento de AEE en los países de nuestra región, de modo que haya una coordinación tal que las grandes industrias no estén contraponiendo un país contra el otro en sus negociaciones.
· Designar un comité – o incluso una persona- que se responsabilice comprensivamente de las AEE. No puede haber impunidad, es necesaria la vigilancia para que los acuerdos se cumplan y que no haya abusos. En especial, se debe vigilar constantemente contra el soborno y corrupción.
· Que las compañías que se les permita funcionar en las AEE no dupliquen o injustamente compitan con las industrias nacionales que se desea florezcan.
· Que la soberanía venezolana sea respetada; ninguna ley penal, laboral o ambiental pueda ser violada. Y si se permiten excepciones, estas deben ser de corto tiempo, con fechas de comienzo y final, y deben ser por razones muy especiales.
· Que se permitan los consejos comunales en estas zonas.
La moral de esta “fabula” de UBER que tiene relevancia para Venezuela es la siguiente:
Se puede invitar a entrar al cocodrilo, pero no hay que olvidar nunca que es un cocodrilo.
[1] Michael Hudson, “The End of Western Civilization”, Naked Capitalism, 12 July 2022, https://popularresistance.org/
[2] The Guardian, https://www.theguardian.com/
[3] Alfred de Zayas, “Economic Sanctions Kill”, 18 March 2022, COUNTERPUNCH, www.counterpunch.org
“Former UN Rapporteur on Human Rights: US Sanctions Have Killed More Than 100 Thousand Venezuelans”, Orinoco tribune, Black Agenda report, 4 March 2020; Venezuelanalysis.com, “US-Led Sanctions Against Venezuela: a Primer” July 2022
[4] Tewodros Makonnen. Gebewalde, “Special Economic Zones: evidence and prerequisites for success”, International Growth Centre, May 2019, https://www.theigc.org/wp-
* La casa de mi tía agradece la gentileza de María Páez de Víctor y la colaboración de Luis Britto García
