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sábado, 20 de abril de 2024 11:34h.

Reforma electoral canaria. ¿Peor el remedio que la enfermedad? - por Antonio Aguado

 

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Reforma electoral canaria. ¿Peor el remedio que la enfermedad? - por Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista *

Canarias tiene las mejores condiciones para estar a la cabeza de todo lo bueno de entre las regiones o nacionalidades de España e incluso de gran parte de Europa: el mejor de los climas, paisajes y playas extraordinarias, situación geoestratégica entre tres continentes, Europa, África y América, posibilidad de autoabastecernos al cien por cien de energía alternativa, que en la actualidad no llega su desarrollo  al 16%, y de una suficiente agricultura para el pleno consumo de los canarios y residentes en Canarias y de los turistas que nos visitan, sin tener que disponer para el consumo de productos mayoritariamente importados (más del 80%) haciendo que la nuestra sea la cesta de la compra más cara y de peor calidad en relación a los que desde aquí podríamos producir, aun teniendo el instrumento del REA (Régimen Especial de Abastecimiento), que en teoría fue creado para abaratar los productos importados, pero en la practica está sirviendo para el enriquecimiento de los importadores. Disponemos de un REF (Régimen Económico y Fiscal), que nos debería posibilitar diversificar nuestra economía haciéndola más competitiva y con una mejor redistribución de la riqueza generada redundar en un mayor Estado del Bienestar. 

Sin embargo estamos en la cabeza pero en lo malo: paro con el 20,62 % casi 4 puntos más que la media del país y el juvenil junto con Grecia a la cabeza de toda la Unión Europea con el 37,4 %. Mayor precarización en el empleo y salarios más bajos, con la mayor cota de pobreza y exclusión social, alto índice de absentismo y fracaso escolar, mayores listas de espera para intervenciones quirúrgicas, atenciones medicas y pruebas radio diagnósticas y analíticas, los peores servicios socios sanitarios, embarazos de adolescentes no deseados y así un largo etc.

Parecería que somos una tierra gafada y sin soluciones, pero si las hay y depende de nosotros y nosotras mismos/as. Aunque siempre es más fácil recurrir al victimismo de afuera con Madrid y su Gobierno Central y no asumir nuestras propias responsabilidades. Peor es cuando utilizamos el victimismo parapetándonos en cada una de nuestras islas para defendernos en muchos casos dividiéndonos o atacando a las demás, aunque los casos más graves y que más condicionan son los protagonizados por las capitalinas. Por nuestras diferencias somos la única comunidad autónoma con vergonzosa doble capitalidad.

Siempre se ha dicho y la realidad lo ha venido confirmando (continúan siendo aunque no tanto), que los cabildos han sido el feudo natural de las oligarquías isleñas que defendiendo sus muchas veces mezquinos intereses nos han dividido y enfrentado. Llegamos a plantearnos en los debates en plena Transición la conveniencia de su disolución. Ese discurso coincidente lo utilizábamos todas las organizaciones políticas de izquierda, sindicales y sociales de la época y por el peso político que ejercía y con su líder carismático, era el Partido Comunista quien llevaba la iniciativa y compartíamos sus planteamientos. Con el tiempo se ha podido comprobar la deriva del referido líder carismático comunista y de aquellos políticos de “izquierda”  al llegar y ocupar sus cargos públicos con sueldos, dietas y prebendas, despachos, funcionarios a su disposición, coches oficiales etc.  Como para recordarles ahora a la mayoría de ellos aquellos debates que teníamos cuestionando la existencia de los cabildos.

Todo se ha complicado con la autonomía y el modelo que nos hemos dado o más bien nos han impuesto de la triple paridad por circunscripciones insulares muy desigual e injusto. Jugó un gran papel en su puesta a punto arraigo y consolidación la burguesía tinerfeña mediante la ATI (Agrupación Tinerfeña Independiente), para posteriormente constituir las AIC  (Agrupaciones Independientes de Canarias) y por último y hasta nuestras fechas el bodrio seudo nacionalista  o engendro llamado Coalición Canaria, que a diferencia de los auténticos nacionalismos fundamentalmente el vasco y el catalán, que están configurados y estructurados con las mismas siglas y sin sucedáneos provinciales y menos aun locales, abarcan al conjunto de sus nacionalidades. Por el contrario Coalición Canaria continua manteniendo el insularismo  en cada una de las islas, incluyendo sus propias y diferentes denominaciones y pastiches de siglas insularistas.

Para acabar con todo este esperpento y atraso, la solución como especie de panacea mayoritariamente consensuada y acordada por los políticos de turno (aunque muchos de ellos llevan alargando sus turnos desde hace bastante –demasiado- tiempo como políticos profesionales), ha sido reformar la ley electoral y no hacer con todas las consecuencias y garantías una nueva, para sin tibiezas ni “paños calientes”,  aplicar lo de: “acabar con el perro” (insularismos), para “terminar con la rabia” (división y enfrentamientos entre las canarias y canarios), con la creación de una sola circunscripción regional.

La reforma ya aprobada contempla ampliar el numero de diputados de 60 a 70, incluyendo una circunscripción electoral regional de 9 parlamentarios y 1 que completaría los referidos 70 se adscribe por el factor poblacional a Fuerteventura. Esto lo han estado vendiendo como un gran logro para romper la nefasta triple paridad junto a las bajadas de los topes del  30 al 15 insular y del 6 al 4 regional.

Esta mencionada bajada de los topes, podría complicar mucho más la situación llegando a ser peor el hipotético remedio que la enfermedad, con la aparición de más siglas no ya solo insularistas, incluso localistas y es que en las islas de Tenerife y Gran Canaria hay zonas y grandes barrios que triplican y más a islas menos pobladas, fundamentalmente El Hierro y La Gomera. Cumpliendo con los topes establecidos, ¿qué impide a lideres populistas localistas presentarse con sus organizaciones políticas a las elecciones y lograr representación parlamentaria?. De ocurrir y producirse una mayor fragmentación en el Parlamento, no cabe la menor duda que la gobernabilidad de Canarias se resentiría aún más.

Lo peor es que todo se ha venido haciendo al margen y a espaldas del Pueblo Canario y sin su participación, hasta el extremo que el Estatuto de Autonomía y la consiguiente reforma de la Ley Electoral, que nos afectará y condicionará, no se han sometido ni se someterá en referéndum a la consideración de los ciudadanos y ciudadanas de Canarias. Eso motivó el voto en contra de Podemos cuando se procedió a votación en el Parlamento Canario el pasado 10 de octubre del 2018.

 

Antonio Aguado Suárez