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viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

Socialismo y capitalismo no pueden ser cómplices

Rescate del Socialismo, la tarea imprescindible - por Carlos Martínez

 

FRASE MARTÍNEZ

Rescate del Socialismo, la tarea imprescindible - por Carlos Martínez, politólogo, secretario general del Partido Socialista (PSLF), expresidente de Attac España y miembro de su Comité Científico *

 

Cuando se habla de renovar o actualizar el “anticuado socialismo”, o bien se recurre a tesis liberales, por cierto más antiguas todavía, o bien se recurre a la simple defensa del capitalismo con propuestas que  nos remontan a los siglos XVII o XVIII actualizadas, pero, con un retroceso con respecto a las ideas de Adam Smith, al cuestionar los impuestos y volviendo a situar en el centro de su política los regresos al colonialismo del XIX y la sobreexplotación obrera iniciada con la primera revolución industrial o incluso la esclavitud. Ni es una broma lo que escribo, ni mucho menos demagogia. También los capitalistas y los ultra-liberales del siglo XIX construyeron su bagaje cultural sobre la defensa de la libertad y para que hubiera libertad la asociación obrera debía estar prohibida.

Nada que ver el liberalismo del siglo XXI, con la Revolución Francesa ni con la de 1848 ni con las revoluciones liberales que por coherencia acabaron llevando a la democracia y las ideas republicanas y de ahí al nacimiento del socialismo científico y obrero, es decir al socialismo como consecuencia lógica de la democracia. Mientras que los liberales acababan otorgando al estado en exclusiva la defensa del orden público, la organización militar y la recaudación de unos mínimos impuestos que garantizarán ambas, pues la economía era cosa de la burguesía y las clases propietarias.

Esas viejas y obsoletas ideas, siguen presentes y lastrando la libertad, al objeto de sostener la libertad de explotar y enriquecerse a costa de las mayorías. Así de sencillo y así de simple y mientras tanto sesudos y sesudas “socialistas” y “socialdemócratas” llevan unos años pensando haber como ponen al día sus ideas y sus políticas copiando las viejas tesis liberales, falseadas y tornadas en neoliberales al tiempo que pretenden enterrar el marxismo. Incluso negando la mayor, la vigencia del socialismo en nombre del “socialismo” y/o buscando en los populismos de izquierda sucedáneos, de forma que al final todo ese magma no acaba sino provocando la frustración, la decepción y el fortalecimiento del neoliberalismo y/o las extremas derechas.

El socialismo en sí mismo es feminista igualitario, abolicionistas de la prostitución como forma de esclavitud. En resumen partidario de la igualdad entre hombres y mujeres. Pero también en este terreno se sepultan y ocultan las aportaciones de la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que con Luxemburgo y  Clara Zetkin a la cabeza elaboraron principios de igualación, redención y futuro ya en 1907. Sin olvidar el antecedente del Flora Tristán y su revista El Proletario.  El impulso de las mujeres socialistas a las reivindicaciones feministas no solo fue clave sino decisivo, por cierto con muchos efectos prácticos.

Otra cuestión parecida ocurre con el llamado ecosocialismo. Ya en la década de 1880 a 1890 William Morris desde la Liga Socialista británica inició el ecosocialismo, pero desde una base socialista y por tanto superadora del capitalismo. Tras muchas aportaciones entre otras las del ecofeminismo socialista verdadera avanzada del manifiesto ecosocialista de Rio en 2001 con Michel Löwy como uno de sus impulsores y que define el ecosocialismo como anticapitalista y por tanto con muy poco que ver con los partidos verdes de hoy que se encuentran en la esfera de un neoliberalismo verde en realidad. Existiendo también una especie de “ecosocialaldemocracia” por decirlo de alguna manera pero que poco tiene que ver con el ecosocialismo que además denuncia que es el capitalismo el destructor del planeta y por tanto defiende otro sistema.

Digo esto porque una cosa es investigar y adecuar el socialismo a las respuestas presentes y al capitalismo financiarizado o el “neoimperialismo” y otra muy diferente es someterlo al capitalismo. Socialismo y capitalismo no pueden ser cómplices o adecuar el socialismo al mercado más allá de las elucubraciones de Alfonso Guerra que sabemos dónde conduce, es un contrasentido y “trabajar para el inglés”.

Es cierto que el socialismo es democrático y por tanto no se apoya en ninguna dictadura más allá de la explicación de lo que es o era el concepto dictadura del proletariado que el mismo Julián Besteiro defendió y calificó como democracia plena y no bajo control del capital sino de las clases populares y trabajadoras. Porque lo que sufrimos hay en día no son sino dictaduras capitalistas bajo un envoltorio de libertades democráticas, lo que no impide gran cantidad de dictaduras liberales que en el mundo, no solo ha habido, sino que hay.  

Siendo socialista, estar por la igualdad, el feminismo, la defensa del medio y frente a la economía del carbono, es lo suyo. Con la proyección de un camino hacia el socialismo que parta de defender a las clases populares y organizar a la clase trabajadora en defensa de sus derechos, su salario, el trabajo y la dignidad sin ninguna discriminación por razón de sexo, raza o ideas. Realizar políticas de igualación, avances republicanos democráticos y procesos constituyentes que garanticen no solo los derechos humanos sino también la redistribución y la justicia. Ese fue el sentido de los partidos obreros, de los partidos socialistas y socialdemócratas de clase. Intervención en la economía y las nacionalizaciones de los sectores estratégicos y los servicios pùblicos universales su práctica.

Para ser más claros, hay dos ejemplos de libro de lo que no es ser socialista en mi opinión. El primero defender una monarquía encima corrupta y con raíces en una dictadura criminal que mandó asesinar a miles de socialistas. El segundo privatizar un banco público o sus restos como Bankia y regalarlo a una entidad privada que nada más ocuparlo tiene el plan de despedir a uno de cada tres trabajadoras y trabajadores y si no vemos el plan Caixa Bank 2023 y cerrar una de cada tres sucursales bancarias. Puesto que las y los socialistas creemos en la banca pública y las nacionalizaciones, insisto.

Por todo esto y mucho más necesitamos del socialismo, pero sobre todo del partido que recupere la ilusión y la posibilidad de una sociedad diferente e igualitaria y la participación política de la clase trabajadora del siglo XXI con su fuerza política, que no renuncie y solo recurra a ella en periodos electorales. Recuperar sin vergüenza y con orgullo del legado de Marx, Jaures, Iglesias, Rosa Luxemburgo, Largo Caballero, Salvador Allende o apoyar a personas como Lula, Sanders, Corbyn, Ocasio Cortez, las y los activistas de los derechos civiles, la igualdad, el feminismo, sindicalismo o la lucha por la paz y en defensa de la tierra.  

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez

CARLOS MARTÍNEZ PSLF    

   

 

 

 

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