En el digital de EL PAÍS -en la edición impresa, no- Fernando Iñiguez dedica otro emotivo recuerdo al compromiso de Rosa María Sardá con los pueblos oprimidos en general y con el saharaui en particular. Es que todos los pueblos oprimidos merecen nuestra solidaridad, pero en el caso del Sáhara Occidental, quienes -nos guste más o menos- tenemos algo que ver con el reino de Felipe, el último Borbón, tenemos un deber de proximidad, el de recordarle a este gobierno la responsabilidad que tiene este estado como depositario de la soberanía saharaui que tiene, por mandato de la ONU, que restituir a su legítimo titular, el pueblo saharaui. El artículo de Iñiguez lo recomienda Luis Portillo Pasqual del Riquelme.