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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

“De rubia a rubia"- por Mario "Erre" Rodríguez

 

CRISTINA CIFUENTES

mario erre 100Estimada Cristina Cifuentes:

“De rubia a rubia"- por Mario "Erre" Rodríguez *

Estimada Cristina Cifuentes:

Me he tomado la molestia de escribirte la presente por varios motivos. Trataré de enumerarlos todos pero no me pidas que lo haga por orden de importancia ni ningún otro porque esa descabellada entrevista que concediste a un semanario de moda admite un número de alegaciones tan grande que tampoco creo que ni siquiera las merezca, porque tú, Cristina, eres la representante de los seis millones de ciudadanos que, unos con mayor y otros con menor alegría por ello, vivimos en la Comunidad de Madrid. Esa Comunidad de Madrid que tus compañeros y antiguos jefes y hoy enemigos (o enemigas) mas o menos subordinados y tú, sí, tú, habéis hecho trizas haciéndole creer a muchas y muchos todo lo contrario mediante publirreportajes pagados algunos por todos y otros dicen que por gente no muy recomendable. No hay que olvidar que tu puesta de largo oficial “de rubia” fue en el verano de 2003, cuando ese señor que hoy nadie conoce pero al que todos en tu partido le habéis reído las gracias, de nombre Francisco y de apellido Granados, te nombró vicepresidenta de la comisión parlamentaria que investigó el “tamayazo”, ¿te acuerdas? Tal vez no por los catorce años transcurridos (menos mal que eres la renovación) o tal vez porque no quieras, no lo sé. Solo sé que como espectador que fui de aquel sainete que hasta nos televisasteis en plan “pan y circo” ya a estas alturas de poco me acuerdo, pero de lo que si me acuerdo, por indignante, es de la sonrisa permanente e inocultable que Granados y tú lucisteis durante todo el show, ¿y sabes por qué me acuerdo?: porque no llegué a convencerme de si os estabais aguantando la risa todo el rato o era que teníais algún problema mandíbulas. Fíjate que cosas.

Pero todo eso fue hace muchos años y todos quisimos hacer “como que no sucedió” y así nos fue, así que vamos a hablar del presente que es a lo que iba.

Y el presente es muy negro para millones de mujeres en el mundo, incluidas España y Madrid, y ya no solo por las desigualdades socio-laborales que sufren si no porque las matan. Sí, Cristina, las matan, así, porque les da la gana, porque no se hacen las rubias, y ante el macho hay que hacerse la rubia, ¿verdad? Para que te haga caso. Y cuando una va a reunirse con los machos alfa hay que ir con tacón, ojo, y maquillada como una puerta, y con ropa carísima, total, son gastos de representación y los pagamos los demás. Así que como mínimo de Dior. Y no me hagas ser mala y opinar del Dior que me llevabas puesto en las fotos de la entrevista que entonces me lías y ya me olvido de lo que te quería decir y consigues tu objetivo. Eso es hacerse la rubia según tú, ¿verdad?

Pues mira, chica, es lamentable. Que una mujer empoderada como tú, que se supone que tiene mando en plaza, que hasta aparece en las quinielas para suceder a Don Mariano (algo que, si me permites el consejo te hará mas mal que bien) y que se supone que tendría que poner firmes a sus consejeros y a los mandamases del mundo empresarial, donde no abundan precisamente las mujeres empoderadas, resulta que se les hace “la rubia” para que le hagan caso. ¿También les preparas la comida, hija?

Menudo ejemplo has dado, señora presidenta. Menudo mensaje para las miles o decenas de miles de mujeres maltratadas que no saben cómo salir del laberinto y para las que deberías de ser una referencia: “haceos las rubias, chicas, y poneos tacón, es la solución” es tan desagradable que no voy a seguir.

Ni siquiera voy a comentar lo de las feministas que salen arregladas, porque tengo miedo a caer en tópicos machistas y hacer sangre literaria justo donde no hay que hacerla, ya me entiendes, ¿no? Cuestión de conceptos.

Pero bueno si eso sucediera, tendría cierto perdón, porque soy gay y según tus parámetros de comportamiento deduzco que si las mujeres tenéis que haceros las rubias para empoderaros, los gais tenemos la lengua viperina y nuestra misión en la vida es hablaros a las rubias de trapos y acompañaros de compras. Por cierto, soy gay como los cien de Chechenia, esos cien chicos o señores como yo que en lugar de estar ahora escribiéndote cartas cómodamente en casa o durmiendo en una cama o tomando algo en un bar están encerrados en campos de exterminio, mientras tú, que podrías al menos condenarlo públicamente ya que tienes tantos amigos gais y sacas al balcón del despacho un trapo arcoiris cada 28 de junio y vas a ser una de las anfitrionas del World Pride 2017, te haces la rubia.

En fin Cristina, tú misma, puedes hacer dos cosas: una sería buscarnos las vueltas e instar a que a las y los que te afeamos públicamente tu blonda salida de tono se nos aplique  la “Ley Mordaza” que tanto disfrutabas aplicando en tus tiempos de gobernadora civil de Madrid.

 

Sí, gobernadora, porque las que se hacen las rubias son gobernadoras civiles y no delegadas del gobierno, aunque quizá se adecúe mas a la mentalidad que mostraste el término “gobernanta” civil, es más berlanguiano, como berlanguiana es tu España y la de los machos alfa con los que te haces la rubia.

La otra cosa que puedes hacer es pedir disculpas a las y los madrileños, sobre todo a “las”, que representas y rectificar. Porque eso es de sabios. Te lo digo de rubia (ya canosa) a rubia.

 

Atentamente.

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Mario"Erre" Rodriguez

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