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viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.

San Lorenzo, burro grande no anda - la opinión de Chema Tante

"Burro grande, ande o no ande", dice el refrán, demostrando que en todo hay excepciones. Porque la sabiduría popular no suele equivocarse, pero a veces, lo hace.
Entre la multitud de falsos dogmas pseudotecnócratas que nos han arruinado la vida, no es el menos trascendente la exaltación del desarrollismo, de la supuesta bondad de todo lo grande. Cuánto más grande, mejor, hasta llegar a la elefantiasis, dijeron y nos han puesto a merced de estructuras deshumanizadas, que, por alejamiento de lo pequeño, terminan por favorecer solamente a los grandes. ¿Por qué la Unión Europea ha terminado por ser un instrumento de opresión, traicionando los ideales de solidaridad con que nació? Porque la han convertido en un megaestado de estados, en lugar de ser, como debería ser, una asociación de pueblos. 

 

Esta falacia, asociada con la tergiversación del concepto de la economía de escala, nos han conducido al desprecio suicida de lo menor y de ahí, a la condena de lo local. Y, en esta espiral dialéctica nefasta,se han trastocado los criterios de colaboración entre pueblos y personas, condenándonos a participar de entidades sobredimensionadas en cuya dirección la gente no tiene participación alguna. Para mí, la evidencia histórica demuestra que lo grande equivale a distorsión de la democracia.

Pero es que, además, no es cierto que las grandes estructuras funcionen mejor por ser grandes. Las organizaciones y las instituciones funcionan mejor cuando están bien gestionadas, con independencia de su tamaño. Y las grandes dimensiones, lejos de tender a la perfección, son a menudo tierra abonada para la opresión y el ejercicio de la codicia.

En el caso de la gestión municipal, estoy convencido de que crear monstruos enormes no mejoran la organización, sino que la complican. Otra cosa es que los municipios se cooordinen y consoliden la prestación de los servicios. Pero la gestión política municipal, cuya cualidad esencial es la cercanía a la gente, no debe sobrepasar los límites generados por la propia evolución social. 

Por eso creo que la gente que en Gran Canaria está demandando la recuperación de su municipio, el de San Lorenzo, tiene mucha razón. Pero, además, cuando uno conoce las circunstancias dramáticas en que se produjo la anexión de San Lorenzo al municipio de Las Palmas de Gran Canaria, en mitad de la felonía franquista, el apoyo pasa a ser entusiasta.

Por eso yo también soy del municipio de San Lorenzo.

Chema Tante