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jueves, 25 de abril de 2024 15:33h.

El señor Aznar, Cataluña y el 21 de diciembre - por Nicolás Guerra Aguiar

 

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FRASE AGUIAR

El señor Aznar, Cataluña y el 21 de diciembre - por Nicolás Guerra Aguiar *

aznar faesLa Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) está presidida por el señor Aznar, expresidente del Gobierno y del PP. Tras las elecciones catalanas FAES celebra la victoria de Ciudadanos y, paralelamente, reprocha al PP que su único mensaje transmitido durante la campaña electoral haya sido la aplicación del artículo 155 por el Gobierno del señor Rajoy.

   El PP, ciertamente, fracasó en Cataluña por sus propios méritos a pesar de la reiterada presencia del señor Rajoy. Este había abusado de la primera persona (“yo”) y de un verbo odiado -ordenar- cuando tras la aplicación del 155 se adjudicó la disolución del Parlament (“He disuelto”, dijo), la destitución del Govern y la convocatoria de las elecciones últimas. Pero en ningún momento de la campaña habló de Programa, búsqueda de soluciones o imprescindibles diálogos.

rajoy albiol

albiol   Además, no se puede empezar una campaña electoral con mayor imprudencia e insensibilidad como lo hizo el señor García Albiol –presidente del PP catalán y cabeza de lista- cuando en el minuto cero lanzó a los vientos el grito de guerra “¡A por ellos!”, proclama hecha suya el 26 de septiembre por grupos de personas que despedían a guardias civiles y policías nacionales camino de Cataluña. El candidato se aproximó más al fervor de una cruzada que al sosiego imprescindible en un sistema democrático.

   Entre el sobrepasado apasionamiento de tales grupos y el traicionero subconsciente del candidato pepero no hubo diferencia alguna. La efervescencia frente a la razón. La actuación irreflexiva y arrebatada del candidato se opone a la palabra serena, inteligente y cargada de contenidos que debe caracterizar a quien pretenda convertirse en voz representativa. Además, ¿quiénes son “ellos”? ¿Los dos millones de catalanes que votaron legítimas opciones independentistas? ¿El millón cien mil que apoyó a Ciudadanos? ¿O acaso se refería a la desesperada busca de los ciento ochenta mil votos perdidos desde 2015?

   Cabe, no obstante, una posibilidad: que no fuera fracaso del PP como partido al cual reconocen miles de afiliados y simpatizantes serios y honrados. Así, desde la convocatoria de las elecciones comenzaron a llegar tímidas voces -es la estructura piramidal- contrarias a la designación del señor Albiol como cabeza de lista. Su encefalograma ideológico era demasiado cantoso en una Cataluña muy desgarrada y sensible ante situaciones desestabilizadas: de la misma manera que se venía hablando de las dos Españas desde el milenio anterior, los catalanes empezaron a sentir el mezquino impacto de fracturas, rompimientos y desequilibrios.

   Acaso por primera vez en su historia Cataluña se dividió manifiestamente entre independentistas y españolistas. Con excesivas precipitaciones e imprudentes y retadores comportamientos, los primeros exigían la República catalana (curiosa coincidencia entre los republicanos de izquierdas, los anticapitalistas y la acomodada burguesía que deificó al señor Pujol). Retaron al Estado y el Gobierno de Madrid aplicó el constitucional artículo 155: para su realización práctica envió a 12 000 guardias civiles y policías.

   Pero su unilateral enfoque y la convicción de que la fuerza todo lo puede no dejaron ver algo básico: la idiosincrasia, los distintivos propios de la sociedad, en este caso la catalana. La inmensa mayoría de los no independentistas se siente plenamente catalana. Española sí, por supuesto. Pero tanto como catalana. Así, ciertas actuaciones del Gobierno español no gustaron: todo dependía de Madrid. Los no independentistas se volcaron, pues, en Ciudadanos: españolista, sí; pero con sensibilidad catalana. A fin de cuentas, Ciudadanos nació en Cataluña.

COSPEDAL EJÉRCITO   A miles de ellos les dolía el mensaje enviado por la ministra de Defensa días antes de la aplicación del 155: sonó a velada amenaza. La señora Cospedal dejó caer, como quien no quiere la cosa, el recordatorio de algo obvio: las Fuerzas Armadas tienen la misión constitucional de “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. (Texto integrado en el artículo 8 de la misma Constitución que, en otros, garantiza el derecho a la vivienda digna; la satisfacción de las necesidades familiares a través del derecho al trabajo; la reinserción social de los condenados; el desarrollo de la personalidad humana a través de la educación…)

   Y el despliegue de 12 000 guardias civiles y policías les impresionó. Y las extralimitaciones también, siempre a las órdenes de la superioridad emanada de Madrid. Y Madrid ordenó el cierre del Parlament, la destitución del Govern…, como si la voluntad expresada en 2015 por toda la ciudadanía fuera, de golpe, arrasada. (Bien es cierto que Ciudadanos había exigido desde septiembre la aplicación del 155. Pero el Gobierno era del PP. Tres meses después, Ciudadanos reduce al PP a la representación simbólica. Habilidad de habilidades.)

   ¿Cuál es, pues, la situación actual? El PP es una muestra sin valor político en la sociedad catalana, harta también de la corrupción. Ciudadanos venció como partido. Frente a él, la posible tríada independentista. Y los osados e interesados independentistas de la anterior Convergencia i Unió consiguieron que la atención sobre su fundador, el señor Pujol, pasara a un plano secundario. Desde el Govern ya hablaban de amnistía para su gente, la misma gente de los casos Palau, ITV, Adigsa, Pika…: la corrupción organizada; el tres por ciento para el partido del poder; el expolio de la familia Pujol Ferrusola y su enriquecimiento… dejaron de interesar frente a la “invasión” ordenada por Madrid.

   El PP, concluyo, necesita un profundo revulsivo. La actual dirección ha traicionado sin rubor alguno a millones de votantes para quienes el PP fue la más convincente opción en varias legislaturas. Hay una muy poderosa corriente ciudadana de centro derecha o derecha pura desilusionada por las tropelías de importantes cargos peperos. Y, sobre todo, por el impuesto silencio frente a la descomposición ética.

juan arza   Es llegado el momento, pues, de la revolución interna. El Secretario de Estudios del PP catalán dimite y demanda "renovación urgente”. “Cambio de jugadores” exige García–Margallo, exministro rajoyano. Aznar reclama “mejor equipaje estratégico, discursivo y político”. Es decir, “¡Rajoy, vete!”, pregonan.

 

 

 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR RESEÑA