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viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

El siglo de la revolución. La era de la desigualdad.- por Ramón Armando León Rodríguez

 

paro juvenil

ramón armando león rodríguezUno de los grandes núcleos de exclusión, como se ha visto, es el de los jóvenes, con tasas de paro muy superiores a las de los adultos y obligados a aceptar contratos temporales de corta duración, con el problema añadido de que cuanto más tardan en incorporarse al mercado de trabajo, más probable es que hayan de contentarse con un lugar de baja calificación y poco sueldo.

El siglo de la revolución. La era de la desigualdad.- por Ramón Armando León Rodríguez *


Uno de los grandes núcleos de exclusión, como se ha visto, es el de los jóvenes, con tasas de paro muy superiores a las de los adultos y obligados a aceptar contratos temporales de corta duración, con el problema añadido de que cuanto más tardan en incorporarse al mercado de trabajo, más probable es que hayan de contentarse con un lugar de baja calificación y poco sueldo. A lo cual se añade el problema del encarecimiento de su formación, que está creando situaciones en que comienzan a generalizarse las noticias de estudiantes universitarios que pasan hambre o que sobreviven sin un alojamiento fijo (“homlessnes”).

A ello hay que añadir la masa de trabajo impagado que proporcionan becarios, empleados con contratos de prácticas o internos. En el verano de 2015 Goldman Sachs contrató a 2.900 internos a los que se animaba a que trabajasen en jornadas de 17 horas (un interno de Bank of America, de veintiún años de edad, murió tras una jornada ininterrumpida de 72 horas).

De esta situación ha surgido una realidad nueva, la de los “trabajadores pobres”, que tienen un empleo por el que reciben una remuneración que no basta para cubrir el coste de su subsistencia. En 2015 había en el mundo 987 millones de trabajadores viviendo en un situación de pobreza moderada y 327 millones en extrema pobreza (que subsistían con menos de 1.90 dólares al día). En Estados Unidos una encuesta realizada en 22 grandes ciudades mostraba que el 42% de quienes recurrían a obtener comida de las instituciones de asistencia tenían un trabajo, pero con sueldos tan bajos que no les permitían eludir el hambre. En Gran Bretaña el recurso a los «bancos de alimentos» ha aumentado considerablemente.


España no se queda atrás.

…¿O no?

* Del muro en FACEBOOK de Ramón Armando León Rodríguez

ramón pelibuey