Las Sinsombrero, las olvidadas del 27- por María José Roca, concejala de Unid@s se puede en el Ayuntamiento de La Laguna *

“Todo el mundo llevaba sombrero, era como un pronóstico de diferencia social. Pero un buen día, a Federico, a Dalí, a mí y a Margarita Manso, otra estudiante, se nos ocurrió quitarnos el sombrero. Y al atravesar la Puerta del Sol nos apedrearon, insultándonos como si hubiéramos hecho un descubrimiento, como Copérnico o Galileo. Nos llamaban maricones, creían que despojarse del sombrero era una manifestación del tercer sexo”, así comienza el documental de la mano de Maruja Mallo (pintora) que cuenta la historia de las olvidadas, las invisibilizadas del 27, generación creativa preguerra, donde muchas mujeres, herederas de las primeras feministas, revolucionan el mundo del arte, son creativas, pintoras, escritoras, poetisas, filosofas, son invisibilizadas por sus compañeros por la sociedad de entonces y por la de ahora.

Hace poco celebrábamos un 8 de marzo multitudinario en sus manifestaciones, ya que en lo que llevamos de año los feminicidios son más de 24. Esa es la punta del iceberg de esta sociedad machista, dominada por el hombre heterosexual. Una lacra que requiere un gran pacto de estado, la implicación de toda la sociedad e invertir recursos en educación.

Si, la educación es fundamental, el acceso a las referencias femeninas en todos los campos es imprescindible, crecer sabiendo que Federico García Lorca fue un poeta fundamental para comprender el momento histórico, un referente de la literatura del siglo XX, que sus versos perduren y se estudien y sus obras se representen sin parar es un logro, sin embargo, que a casi nadie le suene el nombre de Josefina de la Torre, poetisa, novelista, cantante lírica y actriz Gran Canaria, que llego a fundar su propia compañía que fue un icono de las vanguardias españolas en aquella época es imperdonable.

Que una figura como Josefina de la Torre sea una gran desconocida entre la mayoría de canarios y canarias es, sin duda alguna, culpa de las Instituciones políticas que no saben o no quieren entender que las mujeres ocupamos un espacio político, cultural, científico, laboral y social que debe ser reconocido, puesto en valor, estudiado, transmitido, no hay que esperar a que desde la iniciativa individual, de la sociedad se pida a gritos que dejen de invisibilizarnos, si no que es desde arriba, desde donde los cambios profundos deben comenzar a propiciarse.

Josefina, como el resto de “Las Sinsombrero”, la filósofa María Zambrano, María Teresa León escritora y activista social, Ernestina de Champourcín poeta hipermoderna, Marga Gil Roësset escultora e ilustradora, forma parte del riquísimo legado que dejó una generación que desarrolló parte de su obra en la libertad y la ilusión, antes de saber que España entraría en una guerra fatal y una posterior dictadura. Donde las mujeres que nos ocupan tuvieron un doble exilio, las que consiguieron marcharse alejadas de su tierra, las que no, vieron como sus derechos desaparecían. El otro exilio fue distinto y perdura aun hoy, el exilio de sus propios compañeros, no reconociéndolas dentro de las compilaciones que hicieron de los artistas de la época o las memorias (ni Dalí ni Neruda las mencionan apenas). El exilio continúa en una sociedad donde aun sus nombres son invisibles, donde las Instituciones no son capaces de reconocer la riqueza artística que generaron estas mujeres rompedoras, libres pensadoras y ultramodernas.

A quien le interese conocer un poco mas de “Las Sinsombrero” debería pasarse por la Biblioteca de La Laguna, que gracias a la iniciativa y el trabajo de recopilación de las personas que allí trabajan hay una bonita muestra de estas valientes mujeres.

* En La casa de mi tía por gentileza de María José Roca

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