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viernes, 19 de abril de 2024 19:00h.

SOCIALISMO el sueño necesario - por Carlos Martínez

 

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SOCIALISMO el sueño necesario - por Carlos Martínez, politólogo secretario general del PSLF y miembro del Consejo Científico de Attac

 

Martin Luther King el gran líder negro de los derechos civiles en EE.UU, persona de izquierdas y socialista afirmó en su discurso más famoso “he tenido un sueño” y tras anunciar ese sueño, hiló un programa, que partía de un sueño de libertad, igualdad, fin del racismo y democracia. No puede haber socialismo, sin soñar primero una sociedad diferente, nueva, justa y que permita a las gentes buscar la felicidad sin ser explotadas, ni oprimidas. 

El soñar es necesario para hacer politica o de lo contrario se termina haciendo gestión –que no es lo mismo- además de acabar renunciado a las ideas, los programas o las promesas. Si no ilusionamos, no conseguimos cambiar las mentes no habrá socialismo. Lo cual no quiere decir que todo sea soñar. El socialismo se construye, se trabaja, se crea con esfuerzo colectivo y en libertad, sin libertad no hay socialismo, hay otra cosa.

Las derechas españolas, están construyendo un sueño y un imaginario lleno de sentimientos y con la ilusión de una España, unida y constitucional. Algunos incluso defienden la Constitución del 78 y al mismo tiempo entonan “el cara al sol” el himno de la Falange. Difícil encaje. Pero les da lo mismo. Nunca nos dicen que España quieren, pero sobre todo para que quieren España ¿Acaso la España de la precariedad, la reforma laboral que solo beneficia a los explotadores; la de encarcelar a todas y todos los disidentes; la de los alquileres por las nubes, la pobreza laboral; la contaminada, la que convierte la salud en un negocio, la que desea ser una colonia de Trump? Pero crean una ilusión y lo demás da igual. Trabajan las derechas para las multinacionales, los y las oligarcas, los ricos o la carencia de bienestar, pero da lo mismo. Hay una ilusión, España. La España de la oligarquía madrileña que nos domina, explota, vacía el territorio y encarcela desde Madrid a quien se atreva a llevar la contraria. Pero eso se oculta bajo el manto de España. Ese sueño vende y mucha gente se lo compra. Pero es que al otro lado, nadie sueña.

La II República llegó cuajada de sueños y sus promotores querían cambiar el régimen del caciquismo, el voto censitario, la más absoluta pobreza para las clases populares y las guerras coloniales donde se enviaba a campesinos pobres y analfabetos a morir por la patria, que Alfonso XIII representaba. Introducirían a España en la modernidad. Pero no solo eso, reforma agraria, voto femenino, ley de términos municipales, más de 6000 nuevas escuelas públicas en menos de un año… Soñaron y además la clase obrera soñó con el socialismo o el comunismo libertario (anarcosindicalistas de la CNT) y la revolución social. Se pusieron a construir y trabajar, lograron traer la democracia hasta que una vez más las derechas monárquicas organizaron un golpe de estado y tras fallar este, iniciaron una cruel guerra de exterminio de sus oponentes.

La derecha siempre trunca los sueños de la izquierda en el mundo entero. La democracia les sirve tan solo si ellos gobiernan.

Por eso ahora tras un acuerdo de progreso que apoya a una coalición de progreso, que por cierto no llega como un sueño de cambio real, pues eso supondría cambiar muchas cosas, entre otras la constitución y poder votar que jefatura de estado queremos, sino con la voluntad de resolver las cuestiones más nocivas de la legislación conservadora, se encuentran a una derecha que a pesar de ello no se conforma.

El problema es que nadie dice ahora la verdad y la verdad es que no es la derecha la que salta defendiendo los privilegios y las castas judiciales, funcionariales y familiares que detentan el poder económico, jurídico y económico, sino que son los propios estamentos y las más altas magistraturas del estado las que hacen la oposición y dictan a las derechas las acciones a seguir, comenzando por burlar incluso la justicia europea.

Un fuerte aliado es la CEOE y la gran patronal que avisa que derogar la reforma laboral y subir salarios será muy malo y perjudicará al empleo. Ya avisan. Van a por todas y lo hacen porque a estas alturas del siglo XXI el capitalismo extrae sus beneficios de lo que hurta en salarios y en derechos a los trabajadores y trabajadoras, así como de los impuestos que no paga y sin embargo utilizar el estado en beneficio propio para hacer más negocio.

Hoy en día no hay nadie más keynesiano que el alto directivo de una multinacional o un gran empresario. 

Frente a esto solo la fortaleza y la coherencia pueden resistir. Pero para resistir y vencer es imprescindible contagiar el sueño socialista, la convicción socialista y contagiar de ella a las clases populares y trabajadoras. No somos pueblo, somos clases, somos trabajadoras y trabajadores, con empleo, sin empleo, pensionistas o en los institutos y facultades. Somos una sola clase a la que otra pretende embaucar con su sueño, el mismo que esconde que la mayoría estamos para producir para ellos cada vez con menos salario y derechos, eso o el caos. 

Como hemos vuelto a principios del siglo XX en derechos salariales y sociales, no tenemos más remedio que volver en todo, incluida la ilusión socialista. Creo que muchos gestores socialdemócratas, socioliberales o populistas debieran a releer ciertas lecturas de juventud o leerlas si no las tuvieron. Claro que a veces uno tiene la tentación de recordar ese refrán de sindicalistas de clase en la transición, hablando sobre quienes escalan: “entre jefes no nos vamos a joder”.       

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez

CARLOS MARTÍNEZ PSLF

 

 

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