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jueves, 18 de abril de 2024 10:09h.

Solidaridad - por Antonio Cabrera de León

 

FRASE CABRERA SOLIDARIDAD

 

Solidaridad - por Antonio Cabrera de León *

Aunque cueste creerlo, las siguientes frases han sido pronunciadas por grandes figuras ultraliberales: “La solidaridad es un crimen”. “No existe la sociedad, sino los hombres, las mujeres y las familias”. “Tenemos que enorgullecernos de la desigualdad”. Hablan por sí solas.

Debemos proteger nuestro cerebro de fundamentalistas como éstos, porque nos extirpan la humanidad. El ser humano es social y político desde que nace. No sobreviviría sin ello. Ayer una suegra (madre política) ayudó a parir en casa a su nuera (hija política) en Carrizal, guiada telefónicamente por un enfermero del Servicio de Urgencias Canario (SUC, organización sanitaria, social y política). Posteriormente, una ambulancia (social y política) trasladó a la madre y al bebé al Hospital Materno Infantil de Gran Canaria, que es de toda la sociedad, porque la sociedad existe y lo sostiene. Si esa joven madre tuviera que pagar ahora la ayuda del SUC, el traslado en ambulancia y las 48 horas de estancia en el hospital, se arruinaría y le arruinaría la vida a su niño recién nacido. Pero eso no pasará porque decidimos pagarle todo eso entre todos. Eso es la solidaridad.

Una epidemia infecciosa se gestiona mucho mejor con la solidaridad que sin ella. En la solidaridad nadie es superior a nadie, tenga lo que tenga. No es la caridad vertical del rico hacia el pobre. La solidaridad es transversal porque nos iguala tengamos lo que tengamos, nos la damos entre todos y nos la reconocemos mutuamente como un derecho. Cuando la rompemos, cuando nos volvemos insolidarios, acaparamos papel higiénico sin importarnos si alguien se quedará sin él. Los medios de sofronización no destacan la solidaridad sino la insolidaridad. Nadie fue noticia por ir a comprar y llevarse sólo un paquete de papel higiénico.

Pero la solidaridad se está imponiendo. En momentos en que ocurren circunstancias como la que estos días nos afecta a todos, entendemos que el crimen es la insolidaridad y que la desigualdad debe avergonzarnos. Quizá ahora podríamos pensar un poco más en nuestro vergonzoso silencio ante la masacre de inmigrantes que en nuestro nombre se lleva a cabo cada día. El bobo Ortega, que estos días sólo podría dispararse a sí mismo, habla de virus chino. El cerdo rosa habla de virus extranjero. Siempre el extranjero, sea chino, o negro, o español (qué disgusto, saber que los españoles no somos blancos).

Quienes no entienden de solidaridad sino de acaparamiento, aprovechan nuestro agobio de estos días para comunicarnos en voz baja que han ido al notario para renunciar a heredar lo robado. Si no nos enteramos, mejor. No importa, aunque renuncie a heredar aún le quedará para comprar papel higiénico. Anuncian que mañana se dirigirá a la nación ¿Qué nación? La que llamamos España está hoy encerrada en casa, solidariamente, aplaudiendo en el balcón y sin robarle nada a nadie. Que te escuche tu padre desde Suiza, que es su nación.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA

MANCHETA 19