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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Tenerife sur ya tiene su engañabobos hospitalario - por Toño Linares

De pronto se me vino a la mente la imagen de esa cosa que los cargos públicos llaman “hospital del sur”, esas instalaciones que ni siquiera cuentan con una marquesina para que los usuarios se resguarden de la intemperie, ese monumento a la desprecio de la ciudadanía del sur que los impulsores de la sanidad privada ofrecen como la “gran solución” a las necesidades de los enfermos de esta parte de la isla,

Tenerife sur ya tiene su engañabobos hospitalario - por Toño Linares *

Al igual que todos los veranos, la televisión pone refritos, uno de ellos un wéstern que trataba sobre la guerra de secesión americana, donde con unas tablas y una lona edificaban un cuarto, en su interior uno al que llamaban Doc. armado con un serrucho de carpintero, unos alicates de electricista y unas tenazas de herrero, dotado de un surtido de whisky de Kentucky como analgésico y un palo entre los dientes del paciente como anestesia, en la puerta un cartel con la leyenda “Hospital”. De pronto se me vino a la mente la imagen de esa cosa que los cargos públicos llaman “hospital del sur”, esas instalaciones que ni siquiera cuentan con una marquesina para que los usuarios se resguarden de la intemperie, ese monumento a la desprecio de la ciudadanía del sur que los impulsores de la sanidad privada ofrecen como la “gran solución” a las necesidades de los enfermos de esta parte de la isla, esa escenificación de la infamia a un pueblo que no se cansan de llamar hospital a sabiendas que no es otra cosa que un sanatorio decimonónico.

No nos extraña ver esta desvergüenza en quienes dicen ser los regidores de las administraciones públicas, con inauguraciones incluidas, con fotos electoralistas, pero sobre todo cumpliendo con el deber de fomentar e impulsar la sanidad privada. Incluso legislan a favor de la privatización como es el caso de la ley 4/2000, que dice que en el sur de Tenerife se construirá un centro sociosanitario y que el tratamiento de enfermedades agudas se concertarán con el sistema privado. Pero es que ni siquiera un centro sociosanitario han hecho, incluso han retirado servicios como la unidad de Terapia Ocupacional, sólo han hecho una recepción de clientes para los hospitales privados, pues con la insistencia de mentir reiteradamente llamando hospital a este “monumento al desprecio”, quieren convertirlo en su verdad, para cuando el usuario detecte que no cumple su expectativas, se consolide la intención institucional de que lo público no funciona, que lo privado es lo ideal.

Habría que analizar en los anales de la historia para comprobar si ha existido tal insulto a un pueblo, si ha existido una denominación de un lugar que defina claramente lo que realmente ha hecho en el sur, ese lugar cuya nombre viene como anillo al dedo: “EL MOJÓN”. Sí, eso realmente es lo que tenemos, eso es lo que nos han impuesto, eso es lo que tendremos, pues el criterio prioritario de los representantes del empresariado sanitario, que ha asaltado los sillones institucionales, es el de despilfarrar dinero en instalaciones inútiles e inservibles, para mayor gloria de quienes sufragan sus gastos electorales, para que aparentemente todo cambie continuando igual.

De los alcaldes del sur solo podemos decir que ni están ni se les esperan, pues bien que se reúnen para impulsar carreteras, bien que se congregan para aprobar gilipuertos, bien que se ponen de acuerdo para favorecer a las eléctricas, en fin buenos vasallos en busca de un buen señor.

 Tenerife sur ya tiene su engañabobos hospitalario, su monumento al insulto, su escenificación del desprecio que sienten los cargos públicos por la ciudadanía del sur, ahora solo falta que reiterando la mentira tantas miles de veces como sea necesario, conviertan este esperpento en su verdad hospitalaria, así se darán por cumplida la misión que le han encargado sus amos, con la esperanza de que el pueblo no rinda pleitesía.

En La casa de mi tía por gentileza de Toño Linares