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viernes, 19 de abril de 2024 23:37h.

Trenes para transportar desechos - por Ana Beltrán

Y yo que creía, ilusa de mí, que en el adiós de  Ricardo Melchor  iba incluido el definitivo adiós a ese tren de su particular y pertinaz  insistencia. ¡Cómo me equivoqué!  Don Ricardo lo dejó atado y bien atado.  Y pensar que ayer me sorprendí  cuando vi a su sucesor  en la prensa,  diciendo que por falta de dinero va a dar prioridad  sólo  a un tramo  del  sur…  Lo leía y no lo podía creer.  Pobre sur, tan maltratado  siempre desde cualquier ente público capitalino.

Trenes para transportar desechos - por Ana Beltrán

Y yo que creía, ilusa de mí, que en el adiós de  Ricardo Melchor  iba incluido el definitivo adiós a ese tren de su particular y pertinaz  insistencia. ¡Cómo me equivoqué!  Don Ricardo lo dejó atado y bien atado.  Y pensar que ayer me sorprendí  cuando vi a su sucesor  en la prensa,  diciendo que por falta de dinero va a dar prioridad  sólo  a un tramo  del  sur…  Lo leía y no lo podía creer.  Pobre sur, tan maltratado  siempre desde cualquier ente público capitalino.

Ante semejante  e inútil  dispendio  uno se pregunta: ¿para qué sirve ese tren, para  afear el paisaje, ya más que afeado? ¿Qué intereses muevan a  estos mandatarios para gastar nuestros impuestos en algo que no es prioritario,  que nadie ha demandado?  En cambio hacen oídos sordos a los que claman por el hospital del sur, que no son pocos.  ¿Cómo no se emplea el dinero en ese hospital, tan traído y llevado por  CC en cada una de las elecciones? Hace más de quince años que se comenzó y aun no se sabe cuándo se va a terminar, si es que algún día se termina. Si hubieran cumplido sus promesas  electorales  hace tiempo  que estuviera funcionado. 

 ¿Y dónde están los ciudadanos sureños,   alcaldes incluidos,  que no ponen el grito en el cielo?, ¿acaso  quieren que acaben de matar  a  la gallina de los huevos de oro?  La verdad,  no  lo entiendo.

 De cualquier forma, los trenes servirán para algo,  se dedicarán para el transporte de desechos. Por ejemplo: los de la enseñanza, los de  Sanidad, los de la nula asistencia a los dependientes, los de los comedores escolares… y  un sinfín de prerrogativas sociales a las que tenemos derecho y nos han sido restringidas, cuando no robadas. ¡Qué viva el tren!