Buscar
jueves, 25 de abril de 2024 02:08h.

La unidad de acción para la defensa y transformación de la sanidad - por Arturo Borges Álamo

 

FRASE BORGES

 

sanidad no se vende

La unidad de acción para la defensa y transformación de la sanidad - por Arturo Borges Álamo  *

Una táctica y una estrategia correctas son indispensables para la defensa y mejora de la sanidad pública y para la transformación sanitaria en sentido anticapitalista o socialista.

Traigo este planteamiento aquí, tras dilucidar las enormes dificultades que conlleva construir una unidad de acción abierta, no sectaria, democrática y participativa, con el objeto de llegar a conclusiones que sirvan para avanzar en la transformación de nuestra sociedad y de modo especial de la sanidad. Me sirve de base real mi experiencia en los movimientos sociales, fundamentalmente en la defensa de la sanidad pública y la salud, y en concreto en el archipiélago canario.

En Canarias, generalmente hemos conseguido aunar fuerzas sociales unitarias en lo que se refiere a dichas reivindicaciones con la excepción de algunos sectores penetrados de intereses que corresponden más bien a los poderes económicos empresariales. Otra cosa es que la movilización popular, pandemia aparte, no haya tenido la potencia necesaria para doblegar la influencia de esos poderes en la gestión de los sucesivos gobiernos autonómicos. Pero no ha sido un obstáculo para la movilización unitaria la concreción de las cuestiones básicas que nos unen dejando a un lado lo que nos pueda desunir, demostrándose en la práctica que esa táctica de unidad en la acción genera confianza mutua, flexibilidad y mejores condiciones para profundizar en los planteamientos y avanzar hacia una mayor coincidencia en la estrategia, ya no de mínimos.

Sin embargo, en el marco estatal hay toda una “tradición” de división e incluso enfrentamiento entre distintos colectivos que estando sincera y honestamente comprometidos con la defensa de la sanidad pública y la salud se empeñan en maximizar discrepancias “secundarias”, ya que lo primero debería ser aquello que les une “en teoría”, por lo menos hasta tener garantizada la derrota de la agresión neoliberal a los servicios públicos. Otra cosa es que a partir de ahí, como punto de partida o base mínima irrenunciable, se pueda aspirar a cotas superiores de medidas netamente anticapitalistas o socialistas. Esta lamentable situación es la que se da, a mi juicio, entre la Coordinadora estatal Anti-privatización (CAS) y la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP)-Mareas Blancas, como ejemplo, ya que se da también a su vez algo parecido dentro de cada uno de esos bloques.

Pienso que en la fase actual, la de “garantizar la derrota de la agresión neoliberal”, lo prioritario, que es además una característica cuantitativa que se convierte en cualitativa, pasa por la movilización más masiva posible de trabajadores y población en defensa de la salud y la sanidad pública y eso se debe y se puede llevar adelante conjuntamente, no cada cual por su lado.

Está claro que al depender buena parte de la gestión sanitaria de los gobiernos de las CCAA, se cruzan e influyen contradicciones específicas en las mismas, en cuanto a las características de las políticas que aplican dichos gobiernos y respecto de las cuales se requerirá una respuesta también específica, lo que no quita para que los enormes condicionantes que suponen tanto la UE como el Gobierno estatal deban a su vez recibir la respuesta acorde a sus políticas de modo coordinado y unitario en el conjunto no solo del Estado español sino también de la UE. En estos momentos son fundamentales las movilizaciones estatales y europeas, sin descartar las de carácter mundial en el marco de una grave pandemia.

Cuando el famoso Plan de “Recuperación, transformación y resiliencia” se queda en “solo resiliencia para la privatización” tenemos toda una política neoliberal a batir en el conjunto del Estado y de la UE, pasando la lucha específica contra la privatización en nuestro marco estatal, sobre todo, por la conquista de la derogación de la Ley 15/97 para sacar a las empresas privadas de la sanidad pública. Todo un programa de mínimos para avanzar si lo respaldan importantes movilizaciones estatales.

sanidad privatización

Rueda de prensa delante de la Consejería de Sanidad de Canarias 25/02/2021. 

Otro componente esencial de dicho programa debe ser el referido a los llamados determinantes sociales de la desigualdad en salud como son las condiciones de empleo y trabajo (donde se incluye el trabajo doméstico y de cuidados), la riqueza y su distribución, la accesibilidad y condiciones de vivienda, el tipo de transporte y movilidad, los servicios disponibles (incluyendo los sanitarios y sociales), y el entorno ambiental, entre otros,que generan peores indicadores de salud en las áreas geográficas y grupos sociales con menos recursos y mayor privación material. Desigualdad social que amplifica la desigualdad pandémica.

Ante ello es preciso cambiar profundamente el actual modelo sanitario, generando una sanidad pública (en la propiedad, provisión, gestión y evaluación de servicios) que ofrezca un servicio universal y equitativo, gratuito (pagado con impuestos y sin «repagos»), humano, no medicalizador, de calidad y centrado en la atención primaria y comunitaria, los cuidados, las desigualdades, los determinantes sociales de la salud y la salud pública, en un nuevo modelo de salud pública que debe bregar por la democratización de la vacunación, convirtiéndola en bien común de toda la humanidad mediante la liberación de las patentes y la producción y distribución de vacunas para todos. Y evidentemente, un sistema sanitario donde el personal (de enfermería, de medicina, auxiliar de administración y de enfermería, técnico, de limpieza, etc.) tenga buenas condiciones laborales, controlado y gestionado de manera pública y democrática, con la mayor participación social posible.

* Gracias a Arturo Borges Álamo y a HOJAS DE DEBATE

https://hojasdebate.es/sanidad/la-unidad-de-accion-para-la-defensa-y-transformacion-de-la-sanidad/

arturo borges álamo

HOJAS DE DEBATE

mancheta 34