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jueves, 25 de abril de 2024 09:47h.

La Unidad Popular (Electoral) y la necesidad de la pedagogía - por Alejandro Floría Cortés

Intercambiando impresiones y debatiendo sobre los contenidos de los últimos textos aparecidos en las redes sobre Unidad Popular siempre hemos llegado, entre otras conclusiones, a una que ha parecido destacar sobre las demás:hace falta una pedagogía en el proceso.

La Unidad Popular (Electoral) y la necesidad de la pedagogía - por Alejandro Floría Cortés *

Intercambiando impresiones y debatiendo sobre los contenidos de los últimos textos aparecidos en las redes sobre Unidad Popular siempre hemos llegado, entre otras conclusiones, a una que ha parecido destacar sobre las demás:hace falta una pedagogía en el proceso.

El verano pasado, precisamente por estas fechas, empezaban a formarse las iniciativas Ganemos, acaso más centradas en la cuestión electoral, y no dejó de surgir esa misma impresión, tanto en el ámbito de la organización como en los trabajos de extensión con los distintos agentes sociales.

Ya en aquel momento me impresionó oír de boca de un activista veterano y voluntarioso en relación a este asunto:“Falta madurez y hay que asumirlo”.  ¿Dónde estaba el problema, entonces?, ¿porqué resultaba tan difícil tanto la construcción interna como el hecho de mantener el interés en un mensaje aparentemente tan sencillo?

¿Porqué, incluso, los resultados de las iniciativas de confluencia, aunque positivos, habían tenido menos alcance que el esperado?, ¿porqué se percibió más un trasvase de votos que una auténtica movilización?.

Lo que se venía llamando Unidad Popular no era tal, sino una mera construcción electoral que perdió excesivas energías en su formación y en los conflictos que impidieron frentes más amplios. Esta situación se dio en muchas localidades del estado, pero, evidentemente, medios y participantes se han centrado en los conocidos casos de éxito que han constituido un ejemplo y han abierto una puerta a la esperanza.

¿Se ha aprendido de los errores cometidos?. Por supuesto. El concepto, al menos en su vertiente electoral, se ha simplificado considerablemente: se pretende una acumulación de fuerzas desbordante en torno a una propuesta programática del Pueblo, con el Pueblo y para el Pueblo.

Y además, dicho concepto, ya ha alcanzado al electorado activo, que exige a los agentes mas politizados de la Unidad Popular voluntad, organización y generosidad, porque de no alcanzar suficiente presencia en las instituciones, ni se podrán hacer políticas para el Pueblo ni se podrán combatir las políticas que lo perjudican. Por otra parte, se acaba el tiempo: hay una reforma electoral en ciernes que, sin oposición suficiente, prácticamente imposibilitará que este Pueblo decida algún día por sí mismo.

Llegados a este punto podríamos distinguir dos grandes grupos que quisiéramos incorporar en el Proceso:

-         un electorado activo que no conoce o no comparte los principios de la Unidad Popular

-         un electorado abstencionista y despolitizado pero cuya movilización será clave tanto en la Construcción del Proceso como en el logro electoral

Ambos grupos van a demandar una gran cantidad de información que además deberá estar debidamente estructurada, pues, por una parte, el proceso de construcción de la Unidad Popular es también un Proceso Constituyente y, por otra, todas las cuestiones programáticas deben estar claramente interrelacionadas entre sí y vinculadas a los agentes que participan de ellas. Cuando el Pueblo pregunta “¿qué?”, hay que responder además al cómo, al cuándo, al dónde y porqué de forma perfectamente comprensible.

Se trata, y no se puede entender de otra forma, de un proceso de intercambio de información que no tiene fin, que se mejora continuamente y que se debe adaptar a los cambios. La información contextualizada proporciona visión de conjunto y la visión de conjunto estimula el pensamiento crítico.

Dicho pensamiento crítico debe brotar como réplica al pensamiento único de que “no hay alternativas”, de que “las cosas son como son”.... no en vano, “la lucha contra el sistema que nos rodea, no es más importante que la lucha contra lo que del sistema tenemos interiorizado.”

En este sentido, la Unidad Popular rompe el dogma del sujeto neoliberal aislado y sometido al mercado y propugna por un espacio de cooperación, respeto, bienestar y apoyo mutuo.

* En La casa de mi tía por gentileza del autor