La visita de Biden marca la subyugación abyecta de los líderes europeos al imperio estadounidense

Es un espectáculo patético. Los gobiernos europeos están postrados ante el imperio americano.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, voló a Europa esta semana con los códigos nucleares presidenciales expuestos por su séquito. Entre la flota de aviones presidenciales estaba el “avión del fin del mundo”, un Boeing 747 especialmente equipado capaz de resistir la radiación nuclear y servir, si fuera necesario, como un “Pentágono en el cielo”.

Biden asistió a tres cumbres de emergencia consecutivas del G7, la OTAN y los líderes de la Unión Europea en Bruselas. Según se informa, fue la primera vez que se invitó a un presidente estadounidense a asistir a una cumbre de líderes de la UE de este tipo.

Había una sensación palpable de drama artificial exagerado con respecto a la guerra en curso en Ucrania. La intervención militar de Rusia en ese país está ahora en su cuarta semana. Moscú ha alegado razones de autodefensa y protección de las personas de habla rusa en Donbass de un régimen nazi respaldado por la OTAN en Kiev.

Los medios occidentales y sus gobiernos, por otro lado, han afirmado que las acciones de Rusia son una agresión no provocada y el peor episodio de barbarie desde la Segunda Guerra Mundial. Hay temores febriles en los medios occidentales de que Rusia despliegue armas químicas, biológicas y nucleares de destrucción masiva. También hay temores histéricos de que Rusia ataque a Polonia, los países bálticos y el resto de Europa.

Los medios occidentales presentan la visita de Biden a Europa como una repetición de la supuesta defensa estadounidense de Europa del nazismo y el comunismo.

Esta es una distorsión increíble por parte de los medios occidentales. Todo el trasfondo del conflicto en Ucrania fomentado por EE. UU. y la OTAN durante las últimas tres décadas se ha borrado en un agujero en la memoria. Así de limpia está la guerra relámpago de Estados Unidos y la OTAN sobre Yugoslavia, cuyo 23 aniversario se celebró esta semana. El expansionismo agresivo de la OTAN y la hostilidad hacia Rusia han culminado en la actual guerra en Ucrania. Sin embargo, los medios occidentales presentan esto como una supuesta agresión rusa unilateral y una tiranía maníaca en Moscú.

Durante su carrera de medio siglo como político, Joe Biden respaldó fervientemente la guerra de Estados Unidos y la OTAN en Yugoslavia, así como innumerables otras guerras criminales imperialistas y operaciones de cambio de régimen. Es personalmente responsable de fomentar el régimen golpista en Kiev desde 2014 en adelante. La militarización de Ucrania por parte de Estados Unidos y la OTAN, incluido el funcionamiento de los laboratorios de guerra biológica patrocinados por el Pentágono, está asociada con la participación directa de Biden en el apoyo al régimen antirruso de Kiev y sus paramilitares nazis.

La ironía de la advertencia de Biden sobre el uso de armas de destrucción masiva por parte de Rusia en Ucrania es repugnante más allá de las palabras. Los terroristas yihadistas a los que Estados Unidos apoyó en Siria fueron responsables de atrocidades con armas químicas como provocaciones para el bombardeo de Siria por parte de la OTAN. El hijo de Biden, Hunter, está implicado en la financiación de laboratorios de armas biológicas en Ucrania a través de su firma de inversión de capital conectada con el Pentágono, Seneca.

Y, sin embargo, a pesar de esta flagrante corrupción y criminalidad imperial, Biden fue recibido esta semana por los líderes europeos que están demostrando sin lugar a dudas que no son más que una vergonzosa colección de vasallos.

El resultado es que Biden está vendiendo masivamente más armas estadounidenses a Europa que nunca. Está enviando más tropas estadounidenses a las bases europeas. La UE ha impuesto muchas más sanciones a Rusia que Estados Unidos, lo que ha infligido mucho más daño a las economías europeas que a las estadounidenses. Biden firmará nuevos acuerdos con Europa sobre el suministro de exportaciones de gas estadounidense que son más caras que el gas ruso. La eliminación del comercio energético europeo-ruso es el mayor logro de los intereses imperialistas estadounidenses.

En toda la Unión Europea, la censura draconiana de los medios ha bloqueado por completo los medios de comunicación rusos Sputnik y RT. A los ciudadanos europeos se les niega cualquier información o análisis alternativo. Lo que está haciendo la UE es mucho más represivo que lo que está haciendo EE. UU. en términos de censura de los medios. La llamada democracia europea está saliendo del armario como protofascismo.

Es un espectáculo patético. Los gobiernos europeos están postrados ante el imperio americano.

Es flagrante lo que afirma el presidente Biden. Una nueva Guerra Fría que está remodelando Europa bajo la hegemonía estadounidense, vendiendo armas y gas caro a Europa mientras excluye a Rusia de desarrollar relaciones normales con sus vecinos continentales. La guerra en Ucrania ha tardado mucho en llegar debido a las políticas estadounidenses facilitadas por políticos como Joe Biden y Madeleine Albright, la exsecretaria de Estado que dirigió el bombardeo de Yugoslavia por parte de la OTAN en 1999, quien murió esta semana.

Es increíble que ninguno de los líderes en ejercicio de la Unión Europea haya expresado críticas o discrepancias con la nueva Guerra Fría ideada por Estados Unidos. Por supuesto que no. Son comprados y pagados como las putas que son, mientras sus poblaciones sufren la pobreza, el militarismo y la sombra de la guerra nuclear.

Los líderes europeos son como quislings lamiendo la bota de su amo. Su sometimiento abyecto está envalentonando el belicismo imperial estadounidense contra Rusia. Parecen dispuestos a dejar que su propio pueblo sufra las consecuencias del conflicto liderado por Estados Unidos, incluso hasta el punto de facilitar una Tercera Guerra Mundial en Europa.

Existe la idea errónea de que el fascismo en Europa fue de alguna manera un desarrollo único en la Alemania nazi. El Tercer Reich tuvo muchos colaboradores europeos en Polonia, los países bálticos, Italia, Francia, España y otras fuentes encubiertas como el establecimiento británico durante la década de 1930.

Los medios estadounidenses y occidentales presentan a Biden y a los llamados líderes europeos como un modelo de democracia y rectitud. La verdad es que estamos viendo el regreso del fascismo en Europa bajo el liderazgo de la hegemonía estadounidense. Cuando Biden asumió el cargo en la Casa Blanca en enero de 2021, declaró: “Estados Unidos ha vuelto”. Para cualquiera que prestara atención a la historia y las ambiciones de poder de Estados Unidos, ese tipo de jactancia jingoísta se consideraba ominoso. Se está volviendo más ominoso con cada paso que toma Estados Unidos para terminar las tensiones imprudentes con Rusia y, de hecho, con China.

Estados Unidos ha vuelto, y los vasallos europeos están de espaldas, y también de frente... porque, ya sabes, tenemos que ser pluralistas de género en nuestra nueva era fascista sensiblera.

Lo que es aún más vergonzoso es que la clase política europea está actuando como un felpudo para el imperialismo estadounidense contra los intereses urgentes de los ciudadanos europeos. El interés último es el de tener paz. Esa contradicción es un presagio de una agitación social masiva en toda Europa en rebelión contra sus líderes traidores.

* Gracias a STRATEGIC CULTURE. En La casa de mi tía con autorización