Buscar
sábado, 20 de abril de 2024 03:23h.

Vuelta a las andadas - por Isidro Santana León

¿No hay dinero para la sanidad, la educación y otros servicios imprescindibles para la población pero sí para gastar en berenjenales bélicos? ¡No pueden arreglar los problemas de España y quieren solucionar los del resto del mundo!
Vuelta a las andadas - por Isidro Santana León
 
¿No hay dinero para la sanidad, la educación y otros servicios imprescindibles para la población pero sí para gastar en berenjenales bélicos? ¡No pueden arreglar los problemas de España y quieren solucionar los del resto del mundo!

Sale en toda la prensa escrita y digital: colonial, metropolitana e internacional. “El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, ha reconocido que España estudia participar en una nueva misión internacional, la primera que se iniciaría por el Gobierno Rajoy, en Mali, pero puntualizó que no será inmediata ni unilateral y que sólo como último recurso tendría un carácter militar.

Morenés hizo estas declaraciones después de reunirse en Berlín con su homólogo alemán, Thomas de Maiziére, con quien abordó, entre otras cuestiones, la "preocupación común" por la situación en el Sahel, dominado en la actualidad por grupos terroristas islamistas”. Yo pienso que la verdadera preocupación de España está en que Alemania flexibilice su estricta política financiera, para que el Banco Europeo le compre deuda a bajo interés, porque el gobierno y el problema social y político creado, se le van de las manos; pero, claro, como siempre, a cambio de prestarse de acólito a las ceremonias asesinas que preparan sus jefes de la OTAN, a la que tuvo que alinearse para ser miembro del club mercader europeo: pertenecer a la banda lleva implícito tener pistolas y usarlas contra el supuesto enemigo que se oponga a los intereses o ambiciones de la “familia” y estar presto para dispararlas desde que avise “el padrino”.

Dice este ministro –tan mentiroso y embaucador como el resto de los políticos españoles–, que “sólo como último recurso tendría el complot carácter militar”… es decir, que pretenden ir a Mali en plan evangelizador, aunque si los humanos que allí habitan no aceptan las reglas del imperio porque, seguramente, piensen y vivan de una forma diferente –y la zona posee importantes recursos apetecibles de saquear– se promoverá un conflicto interno, armando a la parte que le conviene, que legitimarán como gobierno de transición y al servicio de los intereses invasores, bombardeando, cortando cabezas y linchando a los “perversos”, como paso previo a la valiosa democracia capitalista y a la implantación de los “derechos humanos”, además de hacer un gran negocio armamentístico. Procedimiento que usaron en Libia para derrocar a un “tirano” al que las “democracias” del mundo lo recibían en su suelo con todos los honores de jefe de estado; el mismo con quien algunos primeros ministros del viejo continente tomaron té y fumaron hachís en su acostumbrada jaima, en no se sabe qué punto de Libia; también jefe de un estado, con asiento en la Asamblea General de las Naciones Unidas, con voz y voto; representante de Libia en la UA  (Unión Africana), organización competente en los asuntos de África a la que ni siquiera se consultó antes de invadir la soberanía de este país, por oponerse Muammar al Gaddafi a que la rapiña extranjera controlara el precio del petróleo de su nación. Paradójicamente, el “pacifista” J. Luis Rodríguez Zapatero apoyó ese paripé del Consejo de Seguridad –el acuerdo más vergonzoso de la historia de la Naciones Unidas– promovido especialmente por Francia, alegando acogerse a una de sus resoluciones, cuando, hipócrita, España incumple flagrantemente la resolución 1514, con el hecho colonial de Canarias.

Es de recordar la abstención cómplice de Rusia y China en el caso libio, lógicamente a cambio de controlar éstos otras zonas del Mediterráneo como Siria, e  Irán, en el Golfo Pérsico, y de ahí el veto de las potencias asiáticas a las anheladas intervenciones de occidente en estos países, que, como todos los de la Primavera Árabe, están siendo propiciadas por la inteligencia de EE.UU, Israel y Europa, para imponer democracias a las que bautizo como Esbirratos Árabes.

Lo más abominable del golpe a Libia fue que apoyaron a unos supuestos rebeldes sin cara, representación ni ideología, y donde sobornaron a un traidor del gobierno legal para nombrarlo representante del “Consejo Nacional de Transición Libio”, corrupto que sin haber acabado la guerra ni celebrarse elecciones ya estaba Repsol y otras empresas del ramo negociando con él los intereses petrolíferos.

Pero se sigue en las andadas. Parece que se han olvidados del atentado yihadista –Al Qaeda– en Madrid, el 11 de marzo del 2004, que se cobró 191 personas muertas y 1858 heridas, represalia hecha a España por haber colaborado en la invasión de Irak, guerra sucia en la que el defenestrado presidente del gobierno español, José Mª Aznar, se alió con los mafiosos Tony Blair y George W. Bush, con el fin de adquirir “prestigio” internacional colaborando logísticamente con las bases militares estadounidenses en España, Torrejón de Ardoz y Rota.

No me puedo olvidar de la cobardía del secretario general de la ONU en aquel problema, Kofi Annan –para colmo premio Nobel de la Paz–, quien retiró la misión que investigaba la tenencia de armas de destrucción masiva –argucia de Bush para invadir Irak–, sin encontrar rastro ni evidencia de las mismas, tras la amenaza de Washington de bombardear Irak con la misión de las Naciones Unidas dentro.

Ahora vuelve a la escena este espantapájaros, ejerciendo acciones diplomáticas en el conflicto sirio, conociendo, sobradamente, que la resistencia y la disidencia ante el gobierno de Damasco está siendo sufragada y auspiciada por los mismos imperialistas de siempre.

Sorprende que tras los conflictos acaecidos en los países árabes, se haya reforzado el llamado integrismo islámico, ocupando importantes cotas de poder en los nuevos parlamentos, por lo que, a mi forma de ver, el terrorismo islámico es una excusa para instalar un sistema policiaco mundial, una clara dictadura, para controlar y desmantelar los derechos y libertades de la gente y así facilitar el avance de los poderes fácticos en el mundo. Pero, dentro de poco, toca Mali y los países limítrofes, donde Canarias podría cambiar el turismo por aviones de combate y prestarse como centro logístico de la OTAN para África, a pesar de que mediante plebiscito nuestra nación se negó a pertenecer a ese bloque militar ni a ningún otro, voluntad del pueblo canario que, como siempre, el colonialismo español se pasa por el forro, todavía queriéndonos hacer ver que su democracia funciona a la perfección.

Podría Canarias pagar muy caro su prestación, obligatoria, a los fines imperialistas, actividad vetusta que España vuelve a saborear, pero como palanganera de las potencias recogerá sólo los condones. Sí podría Canarias ser el punto de mira para cualquier atentado yihadista o el patio de maniobras y polvorín de armamento pesado del imperialismo, del que se atreverán a decir que es conveniente para nuestra economía y el empleo. Pidamos la independencia, pueblo, esto tiene mala pinta.