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jueves, 18 de abril de 2024 03:36h.

Y ahora, a mojarse tocan - por Nicolás Guerra Aguiar

En la actuación política hay interesados posicionamientos que permanecen y otros, por aquello de la humana ambición, cambian. Y Canarias no es excepción.

Y ahora, a mojarse tocan - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

   En la actuación política hay interesados posicionamientos que permanecen y otros, por aquello de la humana ambición, cambian. Y Canarias no es excepción. Así, el  PSC (Partido Socialista de Canarias) está encantado con el fortalecimiento de una anterior confraternidad: CoATIción lo invita a continuar en el Gobierno. Pero ya no solo en esta todopoderosa institución sino, además, en todas las que estén a mano, como si sus candidatos pudieran ser intercambiables cual estampas de futbolistas en etapas ya pasadas: Puskas y Gento por Ramallets, por ejemplo. Y los psocialistas, qué cosas, ya lo dan por hecho. Por otra,  el señor Hidalgo (del PSC) dice que la gente confía en “un pacto de progreso” con Podemos y Nueva Canarias para su investidura como alcalde de Las Palmas de GC.

   Aquí hay algo que se me escapa. Porque “progreso” en su riguroso significado no fue, precisamente, el Gobierno canario anterior del que formó parte el PSC, el mismo PSC que ahora recurre a tan manoseada expresión para conseguir la preciada alcaldía. Por tanto, una de dos: o el señor Hidalgo exagera con su “pacto de progreso” o, por el contrario, yo estoy fuera de lugar si pienso que “progreso” es todo aquello de lo que Podemos nos habló en su Programa: sacar a familias de la pobreza; reducir salarios a políticos y altos cargos; recortar asesores; luchar contra la corrupción; crear empleo digno; más trabajadores sociales; sacar a Canarias de la cola en enseñanza... Porque precisamente por este inconcluso listado la gente espera, y con rigor, el cumplimiento de la palabra empeñada por los candidatos de Podemos. Y cuando digo “candidatos” hablo de algunas personas de quienes conozco sus sensibilidades humanas, seriedad y rigor, y con las que he palpitado vinculaciones de contenido profundamente social.  

   Todo lo anterior es consecuencia de la inservible “victoria numérica” del PP (si a perder dos millones y medio de votos puede llamarse victoria). Así, confirma que el éxito final de lo que con tanta imprecisión se está llamando “triunfo de la izquierda” viene condicionado por los pactos, pues muchos municipios y comunidades dependen de ellos. Es el caso, por ejemplo, del Ayuntamiento de Madrid en donde la señora Carmena (candidata de Ahora Madrid, ligada a Podemos) depende de los nueve votos del PSOE.

   Lo mismo sucede  en Las Palmas de GC. Para evitar que gobierne el señor Cardona, candidato del PP, es preciso el tripartido PSC – LPGCpuede (versión municipal de Podemos) – Nueva Canarias. Por otra parte, la victoria (incompleta) de NC en el Cabildo de Gran Canaria le da la presidencia al admirado señor Morales, aunque en minoría. Necesita el exalcalde de Agüimes los votos del PSC y de Podemos.

   Son los anteriores tres ejemplos de lo que ahora les significará a los componentes de Podemos enfrentarse a la realidad. O lo que es lo mismo, de ellos dependen la alcaldía de Las Palmas de GC y la presidencia sin desestabilizaciones del Cabildo Insular... en alianza con el PSC. Y a la inversa: Podemos depende del PSOE para gobernar en el Ayuntamiento de Madrid.  Pero hete aquí que en los tres casos siempre está presente el PSOE / PSC.

   Pues bien.  Es el momento de que Podemos actúe y se moje, como se mojan quienes buscan lapas de fondo. Porque, no olvidemos, a nadie se le esconde que el PSOE (no el socialismo) no es  devoto de Podemos. Y en la campaña electoral quedan ejemplos de furibundos ataques psocialistas a su gente: “Lo nuevo vende, aunque en muchos casos sea oportunismo ideológico”, dijo el señor  secretario general del PSOE. Y esto otro: “Pablo Iglesias es un político que miente más que habla”. Y “El PSOE nunca pactará con el populismo”... Y como nadie del PSOE “matizó” las acusaciones del señor Sánchez, debo suponer que todos los psocialistas (incluido el señor Hidalgo) estaban de acuerdo con su secretario general. Por tanto, ¿para qué reclama el candidato psocialista el apoyo a un partido populista (el PP lo llamó bolivariano) de quien no debemos fiarnos en cuanto que su secretario general “miente”? Acierta usted, estimado lector. Y Podemos siempre lo tuvo claro, y así lo pregonó: el PSOE también forma parte de la casta. Además, “Si el PSOE quiere hablar con nosotros debe efectuar un giro de 180 grados para hacer políticas sociales”, afirmó el señor Iglesias. “Ahí está nuestra posición en Andalucía”, añadió.

   También a la inversa, claro. ¿Reclamará Podemos en Madrid el apoyo de los psocialistas para obtener la alcaldía? Supongo que todo tiene su contraoferta: ¿será, acaso, la conformación de un Gobierno psocialista en Andalucía? Tres veces, tres, Podemos negó su voto -e incluso su abstención- a los psocialistas andaluces en el Parlamento. Y Podemos se mantiene en su postura porque la señora candidata, embriagada en soberbias, ni ha cambiado su mensaje, ni ha dado su brazo a torcer, ni ha aceptado las básicas condiciones que Podemos le ha puesto por aquello de la transparencia en una estructura que no es ejemplo de pureza ética. Deduzco, por tanto, que mucho ha de cambiar el planteamiento de la señora candidata para que, al fin, Podemos vote a favor de su investidura.  ¿O acaso hay atajos?

   Y si pactaran o se aliaran en Las Palmas de Gran Canaria, ¿exigirá Podemos que el señor Hidalgo firme aquella exigencia de 180 grados -luz y taquígrafos- y defina con minuciosidad y rigor qué es el “pacto de progreso”, a ver si coincide con la palabra dada por Podemos?  

* Publicado por gentileza del autor