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jueves, 25 de abril de 2024 00:27h.

YPF y las Malvinas sin relación aparente - por Ciro Hernández Rodríguez


Aunque sean asuntos aparentemente inconexos, es muy probable que más de uno haya caído en relación entre la re-nacionalización de Repsol en Argentina a través de su filial YPF y la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Está claro que ambos hechos tienen un evidente común denominador: el petróleo.

YPF y las Malvinas sin relación aparente - por Ciro Hernández García

 Aunque sean asuntos aparentemente inconexos, es muy probable que más de uno haya caído en relación entre la re-nacionalización de Repsol en Argentina a través de su filial YPF y la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Está claro que ambos hechos tienen un evidente común denominador: el petróleo. Todos estamos al corriente de las tensiones y disputas que se generan a lo largo y ancho del globo en torno a la explotación y posesión de tan preciado recurso. Afirmar que todos los gobiernos tratan de obtener las mejores posiciones en este litigio por los recursos energéticos es una auténtica perogrullada.

 Partiendo de estas circunstancias, la situación argentina en la actualidad resulta bastante llamativa. Dada la particular geografía de una nación que se extiende a todo lo largo del cono sur, por fuerza existen yacimientos petrolíferos en tan bastas extensiones de una tierra marcada por sus peculiares accidentes geográficos. Como demuestra la historia de sus explotaciones, estos yacimientos serán de mayor o menor magnitud, pero en términos reales y potenciales cabe considerar a Argentina como un país productor de petróleo. Por eso resulta tan sorprendente que no sea un país energéticamente autosuficiente. Según Daniel Montanat, Ex secretario de Energía argentino, la balanza comercial energética argentina es deficitaria en cinco mil millones de dólares ¿Cómo se llegó esta situación?

 En 1990, cuando el barril de petróleo apenas costaba apenas cien dólares, dentro de la política general de privatizaciones puesta marcha por el gobierno de Carlos Menen para atraer capitales e inversiones extranjeros con los que sacar al país de la bancarrota, decidió privatizar el monopolio estatal de petróleos, YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), de tal modo que fue adquirido mayoritariamente por la española REPSOL. Con posterioridad se hizo patente qué, en la misma medida que la demanda y el precio de este recurso aumentaron con el acelerado crecimiento industrial del mundo y de la propia Argentina, también aumentó la necesidad y la conveniencia de disponer de el.

 Lo cierto es que tras décadas de gobiernos argentinos plegados a los intereses de otras potencias, algunos de los cuales fueron incapaces de defender sus recursos e intereses tal y como sucedió durante la Guerra de las Malvinas, Argentina fue perdiendo su suficiencia energética.

 Hoy en día, el gobierno de Cristina Fernández quiere recuperar ese control sobre los recursos estratégicos de su país, así es que ha abierto un doble frente. Tras los descubrimientos de los ingentes yacimientos realizados por los ingleses en aguas próximas a las Islas Malvinas y por REPSOL en Vaca Muerta, el Gobierno argentino lleva a cabo una legítima actuación consistente en la reivindicación de la soberanía sobre las Malvinas y la nacionalización de IPF para lograr la suficiencia energética.

 Hasta aquí todo es bastante comprensible, así es que una vez que ya lo sabemos cabe hacerle la siguiente pregunta al ministerio de asuntos exteriores del gobierno español ¿No le interesa a España y a su gobierno pronunciarse a favor de la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas? Después de todo la Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias acaba de concluir con un apoyo de 32 de los 34 países asistentes (excepto EE. UU. y Canadá) a esta legítima reivindicación.

 Por si el ministro Soria lo quiere tomar en consideración, la renuncia a la importación de soja frente la pérdida de la participación junto con el Estado argentino en la explotación del petróleo de Vaca Muerta, y puede que también el de Las Malvinas, parece una decisión muy poco favorable a los intereses de España, sobre todo en nuestra lamentable situación económica. Sin ninguna duda la soja no es para nadie un recurso tan preciado ni estratégico como el petróleo.

 Ciro Hernández [email protected]