Una falacia que da por hecho de que quienes nos negamos a la introducción en Canarias de otras energías que las renovables, estamos defendiendo "tácticamente lo peor para conseguir lo óptimo en una década de estas". Es decir, que quienes nos oponemos al gas y a la biomasa aceptamos seguir quemando petróleo.

Fuerte artimaña argumental. Lo que defendemos, y Alfonso, que bobo no es, lo sabe muy bien, es que Canarias avance decididamente hacia la implantación de energías renovables, que son las que no queman nada, sin extravagantes "fórmulas de transición". Que todo el esfuerzo inversor se centre en las tecnologías limpias, no para conseguir a corto, ni a medio plazo, un cien por ciento de renovables en el mix energético, sino de revertir con urgencia la relación. Que Canarias pase del actual 95 % de petróleo - 5 % renovables, paulatinamente, hasta la situación inversa.

Porque Canarias, Alfonso lo sabe muy bien, insisto, puede perfectamente, las condiciones climáticas y la tecnología se lo permiten, alcanzar la soberanía energética. Aunque con eso se fastidie el negocio de las emprsas financistas de los partidos. 

Y sobre esta verdad, no hay cachondeo que valga.