Clavijo: ¿Ramalazo de cordura, o trampantojo enredador? - por Chema Tante

“Hay que limitar el número de turistas”

Creánme si les digo que esta mañanita de domingo, leyendo la entrevista que le hace Txema Santana a Clavijo en EL PAÍS, se me prendió una efímera candela de esperanza de que, por fin, iba a poder escribir en positivo sobre el nuevo presidente minoritario en votos que una ley electoral absurda encarama al gobierno de las islas. Porque, lo mismo que me hubiera gustado decir algo bueno de su totorota antecesor, Paulino, me gustaría poder hacerlo con este sucesor que nos ha tocado. Pero ni Paulino ni Clavijo -quién por cierto, ahora dice que no es independentista- me dan la más mínima posibilidad para ello.

Por fin alguien se atreve a decir una verdad duramente negada por la mentalidad político-empresarial canaria. Que no es lógico comentar la actividad turística en un crecimiento sin fin. Esto esta bien. Pero, cuando la declaración viene acompañada de otra, en la que amenaza "con desbloquear y simplificar la gestión del suelo."  Y con "simplificar la gestión urbanística". Hablando en plata, lo que dice Clavijo que hará -no es la primera vez que lo dice- es dar mayor libertad para construir más plazas, atraer más inversión y, en definitiva, seguir ampliando nuestra ya mastodóntica sobreoferta alojativa.

Es que, si leen ustedes con atención, la soflama de Clavijo no pasa de ser un melífico saludo a la bandera que no se lo cree ni el propio protagonista. Porque ¿qué significa "fijar un tope al número de turistas"? ¿cuál sería ese tope? ¿20 millones, 50 millones...100 millones? La realidad es que el tope comercial, operativa y medioambientalmente razonable del número de turistas en Canarias hace mucho que se ha superado. Los doce millones actuales de turistas "oficiales", más la multitud de quienes vienen "a casas de amistades", que no aparecen en las estadísticas pero que vienen, defecan, orinan y pesan igual que el resto, suponen una carga para el territorio intolerable, primer y más dañino inconveniente y, también importante, reflejan que la gestión comercial de carácter masivo a bajos precios.

Canarias no puede recibir 12 millones de turistas, ni mucho menos. Porque eso supone un disparate ecológico, magnificado además por el hecho irremediable de que ese enorme colectivo viene en avión, con el  consecuente perjuicio para la capa de ozono. Y, encima, sin que ello suponga beneficio para Canarias, sino para las empresas, muchas de ellas, de fuera.

Canarias tiene que reformular inmediatamente su esquema estratégico, sustituyéndolo por el turismo selectivo, de lujo, Pocas personas a altos precios, con estancias más largas y pocos vuelos. Un esquema que fortalezca la rentabilidad social, por la vía de integrar al sector de producción de alimentos y las renovables, que haga descender las actuales necesidades de importación, que llegan al noventa por ciento. Y con el necesario control sobre los términos de contratación y trabajo real desempeñado.

Este cambio de criterio, con reducción de la oferta alojativa, exige muchísima menos inversión. Y liberaría una importante cantidad de suelo, que podría dedicarse a otros menesteres, agrícolas o, donde sea conveniente, industriales. Industriales, como convienen a Canarias, poco depredadores del territorio y nada contaminantes. Farmacia natural, informática, conocimiento... Y ahí es donde hay que incentivar las nuevas inversiones. Pero esto no le cabe en la cabeza a Clavijo. Porque el ideario económico neoliberal canario no puede imaginar otro ámbito de operación que el tantas veces trillado y que tan perjudicial ha resultado: el concepto de que el negocio está en construir, no en gestionar las infraestructuras.

Y déjenme añadir algo más. Dice Clavijo que él no es independentista, y ni mucho que me importa. Pero es que larga, también, que en CC "nunca hemos tenido en nuestra identidad como partido la independencia". Aquí demuestra Clavijo su absoluta ignorancia política, al tiempo que demuestra la ausencia de nacionalismo en su partido. La teoría política asume que -por simple coherencia ideológica- el objetivo final, así sea en el plano de la utopía, de una organización nacionalista, es la independencia. Y, si Cc no asume esto, termina de demostrar, como lo ha hecho tantas veces en la práctica, que su nacionalismo no pasa de una mentira instrumental

http://politica.elpais.com/politica/2015/07/11/actualidad/1436629405_990404.html

http://www.laopinion.es/canarias/2015/07/12/clavijo-aboga-limitar-numero-turistas/617545.html

http://maspalomasahora.com/not/34344/clavijo-aboga-por-limitar-el-numero-de-turistas-en-las-islas/