Leyendo este estupendo artículo, recordaba yo lo que vengo diciendo desde hace tiempo. Que la historia nos indica las dificultades que sufrimos en la izquierda para unirnos, cosa que no hemos hecho desde febrero de 1936 (hasta en julio de ese año, la izquierda repelió la felonía franquista, cada cual por su lado). Y, por tanto, lo único que cabe desear es que no nos peleemos. Sea quien sea, tiene derecho a pensar lo que se quiera sobre otra gente que lucha en la izquierda. Lo que no se puede aceptar es que se le haga el juego al enemigo, deteriorando a quienes están de este lado de la pelea.

Víctor Alonso parte de las execrables ideas del nazi Schmitt, aquello de que si no estás conmigo, estás contra mí, y sigue apoyándose en un monton de autores y escuelas para diseñar este análisis sobre la conveniencia de no mantener la práctica habitual.

Yo creo que la exhortación a la lectura detenida del artículo debe incluir la de seguir sus indicaciones. No le demos facilidades a la agresión neolibetral.

Y, personalmente, le diré al admirado Willy Toledo, que lo mejor es enemigo de lo bueno. Que lo piense.

http://www.eldiario.es/zonacritica/Critica-amistad-politica-confluencia-izquierda_6_297530254.html